-¿Saben? Sería demasiado difícil saber dónde se encuentra el sujeto -nos comenta Haddock-, si no fuera porque su dragón es de un tamaño mayor al de un búnker de guerra.
Dejamos de avanzar al mirar desde el aire aquel enorme alfa, justo al lado del Parlamento Escocés. Imaginamos que estará conversando ya con varios diputados, hablando blasfemias de nuestro amigo furia nocturna.
-Haddock, ¿estás seguro de haber traído a Chimuelo? -observo sus ojos, esperando quizás alguna pizca de duda en su próxima respuesta.
-Claro que estoy seguro -no llega dicha duda-, él es mi amigo, y confío plenamente en él.
-Pues prepárense -digo en un hilo-, porque estamos a punto de... Winter, déjame respirar un poco...
Observo a la chica que engancha mi cuerpo con sus brazos y piernas, como si al dejar de hacerlo fuera a morir. Y sí, quizás sí moriría, pues caería unos sesenta metros. Me deja sin respiración, y fácilmente podría bajar al suelo y dejarla ahí para evitar que me asfixie, pero prefiero no hacerlo, es como si cada sentido de mi cuerpo me advirtiera no hacerlo ya que quizás me arrepentiría al instante. Y es que cómo no estar de acuerdo, no hay razón válida que me permita dejar de oler su atrayente aroma, sentir su cuerpo, y gozar de la sensación que me proporciona el hecho de que la reina que me gustó con un simple primer vistazo, me esté abrazando con todas sus fuerzas. Por mí que me mate por falta de aire ahora mismo, al menos mis últimos momentos serían los mejores.
La reina parece ignorar cualquier cosa -incluyendo mi reciente petición-, sólo concentra su atención a una cosa: no caer.-Bien, ¿y cuál es el plan? -me cuestiona el vikingo, mirando con diversión la manera en la que la reina me aprisiona.
-Hay que limitarnos a dialogar con los mandatarios con los que haya hablado, veamos si conseguimos ser más influyentes que él.
-Bien, bajemos.
Aterrizamos frente a la entrada del Parlamento, el acceso parece libre, y agradecemos el no haber sido detectados por el gran dragón blanco. Me propongo a dar un paso pero me entero de que Winter aún no se suelta de mí.
-Ehm... Winter -le llamo, sin embargo sigue ausente, así que decido acariciar su espalda para que me note-. Winter...
Mi última acción provoca que me presione más fuerte, me abraza tan eufóricamente que me hace plantarme la idea de llevármela así por el resto del día.
-Winter... Winter... -balbucea.
-Hemos llegado -le anuncio.
-Hemos llegado... -continúa con su balbuceo.
-¡Adoro cómo se ven juntos! -halaga Hiccup al bajar de su dragón- No sabía que le gustaras tanto a Winter.
El comentario me anima bastante y también colorea mis mejillas ligeramente.
-Sí, nos vemos muy bien... No sé cómo me gusta tanto Fro... ¡Espera, ¿qué?! -la reina parece reaccionar de estrepitosa manera, y se aleja bastante de un solo brinco, haciéndome sentir vacío por no sentir su tacto.
-Uy, perdona si los interrumpí -se disculpa el vikingo-, aunque quizás sería lo mejor, digo, estamos a punto de...
-¡No, no! No interrumpes nada, sólo -se mueve nerviosa- pensé que aún no aterrizábamos, sí, eso. Y tenía miedo de caer, ¡es mi peor temor! Gracias por avisarme que ya estamos en suelo, Haddock.
-Claro, claro... -nos lanza una mirada pícara con sus ojos verdes.
La reina se gira avergonzada hacia mí. Sólo levanto los hombros, y continúo caminando detrás de Hiccup, entramos al gran lugar. Como cualquier parlamento, el lugar se encuentra repleto de asientos para todo diputado, los cuales también se encuentran presentes, pero extrañamente están arrinconados al final de la sala, con una cara atemorizada. Justo frente a ellos está Mano Dura, quien nos mira con una sonrisa burlona.
ESTÁS LEYENDO
'The Big Eight' -SuperHéroes del Mundo
Fiksi PenggemarSoy Jack Overland. Un chico que su única preocupación es divertirse. O al menos así era, hasta que descubrí en qué podría usar mi más grande secreto: mis poderes de hielo y nieve. Un día, la Tierra se vio amenazada por un villano, que ni las fuerzas...