Just one more moment,
Thats all that's needed,
Like wounded soldiers,
In need of healing
Time to be honest
This time I'm bleeding
Please don't dwell on it
'Cause I didn't mean it
I can't believe I said I'd lay our love on the ground,
But it doesnt matter 'cause I made it up forgive me now
Everyday I spent away my souls inside out
Gotta be some way that I can make it up to you now, somehow
By now you know that,
I'd come for you,
No one but you,
Yes I'd come for you,
But only if you told me to,
And I'd fight for you,
I'd lie its true,
Give my life for you,
You know I'd always come for you
I was blindfolded
But now I'm seeing
My mind was closing
Now I'm believing
I finally know just what it means to let someone in
To see the side of me that no one does or ever will
So if your ever lost and find yourself all alone
I'd search forever just to bring you home
Here and now, this I vow
By now you know that,
I'd come for you,
No one but you,
Yes I'd come for you,
But only if you told me to,
And I'd fight for you,
I'd lie its true,
Give my life for you,
You know I'd always come for you,
You know I'd always come for you
No matter what gets in my way,
As long as there's still life in me,
No matter what remember you know I'd always come for you
Yes I'd come for you,
No one but you,
Yes I'd come for you,
But only if you told me to,
And I'd fight for you,
I'd lie its true,
Give my life for you,
You know I'd always come for you,
No matter what gets in my way,
As long as theres still life in me,
No matter what remember you know I'd always come for you,
I'd crawl across this world for you,
Do anything you want me to,
No matter what remember you know I'd always come for you,
You know id always come for youI'd come for you - Nickelback
ÁNGEL
Sólo hasta que estuve en mi casa quitándome la ropa para meterla a la lavadora me di cuenta de que había un papel en el bolsillo de la chaqueta. Un papel que yo no recordaba haber puesto allí.
Bostezando, lo abrí para leer qué decía.
"Quisiera hablar contigo, fui la psiquiatra de Danielle cuando era pequeña. Hay un par de cosas que deberías saber antes de seguir con ella. Búscame en la clínica donde su madre estuvo internada. Pregunta por Leticia."
Apenas y podía entender lo qué decía porque, como todo doctor, tenía una letra casi indescifrable.
Era evidente que el papel era para mí. Seguramente lo habían puesto durante el velorio cuando cualquiera podía acercarse. No recordaba a nadie en especial.
Me recargué contra la lavadora pensando en si debía o no acudir al llamado de la psiquiatra. ¿Qué me podía decir? ¿Qué me podía decir que yo ya no supiera? Es decir, Danielle ya me había sus más íntimos secretos, incluyendo lo del sexo con su propio padre. Aún no superaba ese dato. Pero tenía la duda de si buscar a la psiquiatra. Estaba segura de que a la rubia no le gustaría ni poquito que yo me pusiera en la tarea de hurgar su mente a través de una tercera persona que, posiblemente, la conocía más que ella misma. La curiosidad me picaba.
No fue hasta que me encontré subiendo en el bus que me dejaría en la clínica a las afueras de la ciudad que caí en cuenta de lo que estaba haciendo. Pero ya estaba a mitad de camino, no me devolvería.
La ocasión que vine en el carro con Danielle no había notado que, antes de la entrada principal, había una reja. Desde ahí la clínica parecía más una mansión vieja y embrujada que un hospital psiquiátrico. Me recordaba a una película llamada "El Orfanato".
Casi suelto la risa cuando caí en cuenta de que pasar mi tiempo con Kyra había tenido sus consecuencias; ahora no podía ver o escuchar algo sin compararlo con una película.
Era terrorífico, y sonaba también pero, parecía que me había convertido en una especie de fusión entre Kyra y Danielle. Tal vez un poco sarcástica y cruda como la rubia pero algo inocente como la pelirroja. Suspiré aburrida. No podía seguir con ambas así como así. No importaba si Danielle lo sabía y Kyra no, ninguna de las dos se lo merecía.
Antes de alcanzar el timbre, alguien me habló por detrás y el corazón casi se me sale de un grito.
― Tranquila, Ángel ― dijo una mujer de cabello rojo castaño y ojos grises ― No pensé que fueras a venir― sus mejillas estaban salpicadas de pequeñas pecas pero su rostro no se veía para nada infantil. Llevaba una bata blanca, una falda recta hasta las rodillas y unos tacones negros.
Tuve que esforzarme por controlar los latidos de mi corazón.
― ¿Le...leticia?― tartamudeé.
― Sí, cariño― respondió algo molesta ― justo regresaba de buscar unas flores que crecen fuera de la clínica, a una de las pacientes le gustan mucho― explicó mostrándome unas flores moradas que tenía en las manos ― ¿Entramos?― invitó.
Tragué saliva. Ahora que estaba sola, sin Danielle, podía sentir todo el peso de ese lugar. Me intimidaba. Lo veía muchísimo más grande que yo, capaz de absorber personas que, en lugar de curarlas, las volvía peores. Alguien loco debía ponerse peor después de estar ahí adentro.
Forcé una sonrisa y entré junto con la señora.
El recorrido fue silencioso. Parecía que notaba mis nervios y no me presionaba. Por un momento me pidió que esperara al lado de una recepción mientras ella iba a entregar las flores. Regresó a los pocos minutos y me llevó a su oficina. Con un gesto me indicó que me sentara frente al escritorio mientras que ella lo hizo del otro lado de la mesa.
Espalda recta, piernas juntas, manos sobre las rodillas, cabizbaja y los ojos enfocándose en cualquier cosa menos en el otro par de ojos que me observaba, esa mi posición.
― ¿Por qué tan nerviosa?― preguntó.
No respondí.
― No tengas miedo, no voy a hacerte nada malo, sólo quiero que hablemos― dijo. Noté que su tono de voz era más suave que antes.
No me di cuenta de que no estaba respirando hasta que abrí la boca y, en lugar de que salieran palabras, entró aire.
La mujer sonrió satisfecha.
― ¿De dónde conoces a Danielle?― inquirió mientras se acercaba a un archivo.
― De la escuela, estudiamos juntas― contesté adivinando qué buscaba.
― ¿Y cómo fue que terminaste siendo su amante?
Ok... directo al punto.
― La verdad, no lo sé― revelé riendo nerviosa ― Fue algo raro, nunca me había hablado y, de repente, ahí estaba, muy interesada en mi; no sé cómo terminé en su casa, ni cómo fue que nos besamos― declaré esforzándome por recordar. Curiosamente, mis recuerdos no eran muy claro aunque sólo habían pasado... ¿6 meses?
― ¿No lo recuerdas o no sabes?― cuestionó.
― No tengo recuerdos claros― aclaré confundida.
Algo dijo pero no la escuché.
― ¿Cómo sabe que somos...amantes?― curioseé. Era extraño usar esa palabra, Danielle me había entrenado para decir "amigas con derechos".
¿Entrenado?
― Fui la psiquiatra de Danielle hace años, antes y después de que matara a su hermana Daphne― confesó sacando una carpeta bastante gruesa.
Se acercó y la puso frente a mí. Luego, regresó a su silla y se sentó esperando a que yo la abriera.
Lo hice con ciertas reservas. No era como si yo entendiera el lenguaje médico. Leí muchas cosas pero no entendí prácticamente ninguna. La miré confundida.
― Dime, ¿conociste a Daphne?― retomó. Esa mujer esa demasiado tranquila para mi gusto.
― Sí, el día que murió, ¿por?
― ¿Cómo la recuerdas?
― Pues...igual a Danielle.
― ¿Segura?― retó ― Quiero que pienses muy bien cómo la recuerdas, eso te dará pistas para entender lo que hay en ese archivo― pidió recargándose contra el escritorio.
Apreté los labios y cerré los ojos. Desde que Danielle me confesara que Daphne era su hermana gemela había dejado de pensar en ella. Sólo fue un beso en un campamento y nada más. Nada importante.
Era rubia, aunque su cabello no brillaba como el de la porrista. Sus ojos no eran tan brillantes como los de Danielle, más bien eran de un castaño oscuro que parecía casi negro. Su cuerpo, a comparación del de mi amante que vi unos días después, era más delgado. Era más pálida. Sus labios eran secos. Sus manos no estaban tan cuidadas como las de su hermana. La expresión en su rostro era como de...enferma, no de orgullosa.
― ¿Y bien?― presionó la doctora.
― Sí, eran diferentes, me sorprende recordarla tan claramente― confesé arrugando el entrecejo.
― ¿Alguna conclusión?― curioseó mostrándose más interesada.
― ¿Daphne estaba enferma?― indagué. Sí, enferma, eso la describía perfectamente.
La psiquiatra sonrió complacida.
― ¿Ya entiendes la historia clínica que te pase?
― No, la verdad no soy muy buena en biología.
Suspiró.
― Daphne tenía leucemia, y anemia al igual que su madre, sólo que a mayor escala― reveló ― ¿Sabías que cuando nacen gemelos es muy probable que uno de ellos sea perfectamente saludable y el otro no?― comentó.
― No sabía...― le estaba dando cuerda.
― Bueno, pues Daphne era muy enferma― intentaba decirme algo.
Abrí el archivo y lo miré de nuevo. Entendí algunas cosas.
― ¿Le hicieron un trasplante de riñón?
― ¿Puedes adivinar quién fue la donante?
Entrecerré los ojos tratando de leer la respuesta en su rostro.
― Danielle...
Asintió.
― Danielle era la donante de su hermana, le dono su riñón a los 8 años, y de médula a los 11, al menos unas 10 veces por año debía hacerle transfusión de sangre a su hermana― enumeró.
Abrí mucho los ojos. Fue evidente que Leticia tenía muchas más cosas para contarme que la misma Danielle.
― ¿Cómo conociste a Daphne?― preguntó con una media sonrisa.
Involuntariamente, mis mejillas se enrojecieron.
― Nos besamos...― desvié la mirada.
La pelirroja no se sobresaltó.
― Debí imaginarlo, a Daphne le gustaban las mujeres― declaró como si hablara sola.
De repente me sentí muy enojada.
― ¿A qué viene todo esto?― cuestioné cerrando la carpeta de golpe ― ¿Por qué me hizo venir? A parte de haberme besado con Daphne, ¿Qué relación tengo con ella? ¿A mí qué me importa todo esto sobre ella y su enfermedad?― tuve que apretar las manos para calmarme.
La doctora seguía inalterable.
― No con Daphne, con Danielle― explicó ― ¿Quieres conocer la historia o prefieres irte? Te invité porque me pareció que adorabas una diosa falsa y frágil sin saber absolutamente nada, como todos los demás que la rodeaban en el velorio de su madre― se recargó contra el espaldar de su enorme silla de cuero.
Me encogí en mi silla.
― Danielle no es falsa ni mucho menos frágil― defendí en voz baja.
― ¿Eso significa que quieres conocer la historia?― retó.
Apreté la mandíbula.
― ¿Qué gano?― tragué saliva. Danielle me iba a matar si se enteraba del pacto demoniaco que estaba a punto de firmar.
― Salvarla― afirmó de inmediato.
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Friends with Benefits - TERMINADA
Roman pour AdolescentsLos amigos con derecho no tienen reglas, no tienen limites, no hay obstáculos, es todo perfecto hasta que te enamoras. No es un tipo de romance cursi, ni tierno pero quien sabe todo cambia con el tiempo, hasta los sentimientos. Historia con tematica...