"It was just like first love"
Elizabeth Clare es una chica normal, con sueños y grandes expectativas. Su vida nunca ha sido de aquellas en las que las aventuras se hacen presentes a la vuelta de la esquina, más bien, esta historia comienza donde Liz...
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No podía decidir entre aquel bello vestido azul cielo que perfilaba mi cuerpo o aquel precioso vestido coral que me caía perfecto desde la cintura.
Jamás me había visto enfrascada en el dilema de no saber qué usar, y normalmente no hubiese usado un vestido, si no se tratara de un evento tan importante para mí como lo era ese.
Después de tanto tiempo anhelándolo, yo, Elizabeth Clare, iba a una premiere.
Pero no era cualquiera, se trataba de la premiere de «Peculiar», una de las más grandes obsesiones que había tenido en un gran tiempo. Y cuando nos referimos a obsesiones, esta debe ser masiva para ser la más grande, puesto que tengo demasiadas.
Cuando supe que harían una película con aquella trama, no me interesé, pero en el momento en el que el tráiler llegó a la pantalla de mi televisor, me quedé embobada, sin saber qué hacer o cómo reaccionar. Un niño que controlaba cosas con su mente me parecía una copia barata de Matilda, pero reaccioné diferente al ver como usaba aquellos poderes para asustar y principalmente para venganza.
Aquel niño de bellos ojos azules y cabello claro, como la miel se quedó en mi mente por mucho tiempo. Protagonista de mis sueños y dueño de mis suspiros. Albergaba esperanzas de poder verlo de cerca.
Después de toda una semana rogando y rogando, mis padres habían accedido a darme permiso para asistir al evento yo sola. Ya había ido a muchos lugares sola, y a mi corta edad, ya había alcanzado la autosuficiencia y me valía de mi misma.
No era fácil conseguir permiso para ir a un gran evento como aquel, pero mis argumentos y ruegos parecieron servir.
Dos semanas me había paseado por los centros comerciales con mis amigas, mi madre e incluso mis amigos varones, tratando de elegir el atuendo perfecto para esa noche. Verificando tallas, cortes, escotes... Algo raro en mí, debido a la falta de experiencia y —la mayoría de veces— ganas, pero esta ocasión era especial.
Al final, decidí llevar el coral que me permitía lucir bien sin necesidad de usar zapatos altos. Era de estatura normal, no quería aparentar mayoría de edad. Quería ser tan solo yo. Normal y sencilla, como siempre lo he sido.
Caminaba nerviosamente de un lado a otro dentro de mi habitación, canturreando una nana que me sabía de memoria, tratando de no pensar en todas las cosas malas que podían acontecer esta noche. Deseaba que todo fuese perfecto, aunque conociendo el aura que me rodea y la suerte que cargo conmigo, así hiciera un pacto con el mismo diablo, por lo menos algún evento debía acontecer para que mi noche se arruinara por completo o por lo menos, me hiciera pasar un mal rato.
Mamá me esperaba con el auto fuera de casa, y a mí me temblaban las piernas todo el trayecto hacia la puerta. Los nervios estaban comiéndome viva mientras que la aguja del reloj avanzaba y cada tic-tac significaba un segundo menos de espera y un segundo más cerca de un posible ataque cardiaco.
