"It was just like first love"
Elizabeth Clare es una chica normal, con sueños y grandes expectativas. Su vida nunca ha sido de aquellas en las que las aventuras se hacen presentes a la vuelta de la esquina, más bien, esta historia comienza donde Liz...
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Me había hecho muchísima falta una reunión de amigos. Todos juntos. Sin rencores, solo lo bueno, todo junto.
Me encantaba ser parte del grupo grande que se paseaba por lo centros comerciales, jugando, tonteando, toqueteando maniquíes y riéndonos de los figurines de cartón con frases bobas como slogan.
Últimamente la distancia ha sido mi fiel compañera. Lo único que ha pasado por mi mente ha sido Levi, Levi, y Levi. Y me hace bien un descanso. Compartir con el grupo original. Sin novias ni novios y amigos con derechos o lo que sea que Austin y Maddie tengan. Además, mantener el contacto con los amigos es un poco más complicado al estar en verano y no verlos a diario en el colegio.
Colegio.
Jamás he tenido un novio que estudie en un colegio distinto al mío, mucho menos uno que estudie en casa. ¿Vendría a verme a las salidas? ¿Pensaría en mí, como yo pienso en él? ¿Me extrañaría?
¿Lo podría considerar como mi novio?
Tuve que pararme en seco un minuto para recomponerme. Mis pensamientos se estaban desviando hacia él. Toda yo lo hacía, como una flor que crece hacia la luz. Casi empezaba a sentirme vacía, cuando me di cuenta de que no era la única.
Austin parecía distante. Aunque Olivia, trataba de animarlo, ella también parecía un poco triste, a pesar de no tener a alguien formalmente.
Me fastidiaba mucho el hecho de que todo ahora se basaba en el amor. Tenía quince años. Yo desconocía que a los quince años empezabas a depender del amor. Claro, notaba muchos cambios emocionales, pero jamás, nunca en mi vida, me vi a mi misma dependiendo de otra persona. Cada lugar, cada palabra, me llevaba de vuelta al tejado, a la habitación, a la cafetería, a la alfombra roja. No podía desatarme de él, por más que quisiera, aunque no lo había intentado.
El diagnostico de Olivia fue que sentía muchas cosas por él, y lo hacía con intensidad. Que incluso ahora que lo quería, no podía estar sin él, y que si llegara a amarlo, me consumiría a mí misma como a un maldito cigarrillo.
—¿Liz? —Austin se separó un poco del resto del grupo y me llevó con él. No parecieron notarlo ya que estaban demasiado ocupados calificando el busto de una figurita de cartón.
—¿Sí?
—Me gustaría hablar contigo —imaginé que tenía que ver con Maddie por la intensidad que me transmitía su mirada, pero cuando nombró a mi amiga castaña de lentes, que observaba embelesada un bonito vestido amarillo en una vitrina, el shock me agitó la cabeza.
—¿Qué pasa con Caroline? —esto, me intrigaba demasiado. Y por un minuto, solo uno, olvide al resto del grupo.
Sus bonitos ojos verdes destellaba culpa, y algún otro sentimiento que hasta la fecha no logro discernir. Aquello encendió en mí una llama de curiosidad, y una fogata de sospecha.
