"It was just like first love"
Elizabeth Clare es una chica normal, con sueños y grandes expectativas. Su vida nunca ha sido de aquellas en las que las aventuras se hacen presentes a la vuelta de la esquina, más bien, esta historia comienza donde Liz...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Seguramente mamá enloquecería al ver todo el desorden, pero luego lo limpiaría. Era lo que menos me preocupaba en ese momento. Reunir todo lo que necesitaba era mi prioridad, y mientras lo hacía, planeaba el resto en mi mente. Una, dos, cinco, ¿veinte? ¿Era lo necesario? ¿Era suficiente? No lo sabía, pero bastaba. Agregaría de todo, sería una mezcla única.
—Elizabeth, ¿qué es todo ese ruido?
—Nada, mamá, solo busco algo.
—¡Pues parece que luchas con alguien ahí dentro!
—Tranquila, má, no es nada.
Las hojas de papel volaban una tras otra mientras decidía qué llevaría el regalo, y por un instante cuestioné si lo que hacía era demasiado, pero descarté la idea, a los pocos segundos. Él había hecho demasiado por mí, y yo debía pagárselo de la mejor manera.
En pocas horas mis padres irían a una cena con unos amigos, y mi hermano probablemente se fugaría con su "pandilla". Tendría la casa sola y podría hacer lo que quisiera, en lo que, por supuesto, invitaría a Levi, y entonces le daría su regalo. Calcule mentalmente el tiempo de salida de mis padres y me acerque a la mesita de noche donde se encontraba mi teléfono. Lo tomé y tecleé un mensaje rápido para Levi en el cual le indicaba que viniese en aproximadamente una hora y media. Una vez que recibí su mensaje confirmando que vendría, me dispuse a continuar con mi labor.
Trate de hacer el regalo lo más lindo posible. Decoré la caja con un poco de brillantina y use el mismo moño que uso él para el primer regalo que me dio. Tal vez lo recordaría y sería un lindo detalle. Solo necesitaba guardar todo y acabaría, pero entonces, unos estruendosos golpes se hicieron presentes en mi puerta. Apurados y desesperados; con urgencia.
—¡Pensé que te estabas duchando! —dijo mamá abriendo la puerta por completo—. Elizabeth Marie.
La observé alarmada.
—¡¿Qué diablos es todo este desastre por el amor de Dios?!
—Ay, mamá.
—Ay, mamá —me imitó con voz graciosa—. ¡Levanta todo esto y ve a ducharte!
—Ya, mamá.
—Ya, mamá —volvió a imitarme, esta vez con voz más marcada—. ¡Apúrate!
Y acto seguido cerró la puerta de un golpe estruendoso, haciendo que algunos de los papeles de suelo se elevaran en vuelo.
Esto hizo que la confusión se filtrara rápidamente en mi sistema puesto que mamá no actuaba así frecuentemente. ¿Y por qué que me duchara? Lo había hecho esta mañana.
Guardé todo en la bolsa y comencé a arreglar un poco el desastre que había creado minutos atrás. Me sentí nerviosa. Dios, no veía la hora en que llegara y le diera su regalo. ¿Le gustaría? ¿Cómo reaccionaría? ¿Qué diría? ¿Qué haríamos después?
