Me había despertado hace tres minutos, y faltaban tres más para que Caroline llegara a mi casa. Vivíamos irónicamente cerca. Lamentablemente, la había citado pensando que al siguiente día estaría bien, más en la madrugada, desperté con el mismo peso en el corazón que seguía tras de mi los últimos tres días. Y ahora cuatro. Lo extrañaba tanto.
Era tan irónico como en un principio me negaba rotundamente a tener sentimientos por él, y negaba que el los sintiera, y ahora añoro su compañía y me hace tanta falta que siento que me quedo sin aire. Y él me extraña a pesar de lo intensa e idiota que puedo llegar a ser.
Lo que tardo yo en comerme una manzana a medias y ponerme ropa limpia, Caroline tarda en llegar.
Hacía un día particularmente bello. Las nubes parecían haber sido absorbidas por una aspiradora, dejando al sol completamente solo en medio del cielo, así que decidí que sería lindo tener nuestra charla fuera, sentadas bajo una sombrilla, bebiendo jugo de naranja.
Por primera vez en semanas, vi a Caroline en un vestido sin mangas, que resultaba ser muy parecido al que admiraba en las vitrinas el día en que Austin me contó todo. Me fije en sus brazos, y supe distinguir las ahora casi invisibles marcas de los dedos de mi amigo.
—Hola —sus mejillas estaban sonrosadas, su cabello ondulado, sus ojos brillantes, parecía saludable, feliz, y me dio tanta pena tener que arruinársela.
Le devolví el saludo y le pedí que se sentase junto a mí. Debí haber parecido un niño comprado con lo bonita y femenina que se veía ella.
—¿Querías hablar de algo conmigo?
Hice una mueca. No estaba del todo segura, pero tenía mucho que decirle, convencerla, abrirle los ojos, y ahora que estaba aquí debía poner en práctica el discurso que ensayé frente al espejo la noche anterior.
—Sí —afirme, y esperé unos segundos antes de soltar la bomba—. Tiene que ver con Austin.
—Agh, Liz.
—Lo sé, lo sé —me incorporé en la silla—, pero es bueno.
—Depende si lo ves de tu lado o el mío.
Bebí un sorbo de mi jugo. Se sentía bien tomar algo así después de pasar a base de agua y yogurt para no vomitar.
—Es bueno de los dos —pero empezaba a dudar.
Se quedó callada unos segundos, luego accedió a escuchar mi verborrea.
—Hablé con él, Caroline —no hacía falta contarle que sabía lo de las marcas. Ya había involucrado a demasiada gente—, me ha confesado algunas cosas.
Me observo. Vi angustia y ansias en sus ojos. Lo tome como un "quiero que me digas, pero quiero que te calles".
—Cuéntamelas.
—Piensa terminar lo que sea que tenga con Maddie, porque le gustas. Mucho.
La única manera de expresar lo que sentí después es diciendo que sentí un peso menos en el hombro, y un peso más en el otro, y la inclinación quería hacerme caer.
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First Love | Levi Miller
Fanfiction"It was just like first love" Elizabeth Clare es una chica normal, con sueños y grandes expectativas. Su vida nunca ha sido de aquellas en las que las aventuras se hacen presentes a la vuelta de la esquina, más bien, esta historia comienza donde Liz...