"It was just like first love"
Elizabeth Clare es una chica normal, con sueños y grandes expectativas. Su vida nunca ha sido de aquellas en las que las aventuras se hacen presentes a la vuelta de la esquina, más bien, esta historia comienza donde Liz...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡No te entiendo, Liz!
Miré hacia el techo, exasperada. Ni yo me entendía.
—¡Te gusta! —seguía gritándome Caroline—, y se ha fijado en ti. ¡Tienes tanta suerte, maldita sea! ¡Daría lo que fuera por estar en tu lugar! ¡Alguien famoso se ha fijado a ti! ¡Tienes la oportunidad de ser la chica de un famoso y tú vas y sales corriendo cuando te pide una cita!
La miré tan inexpresiva que creo que escuchaba los engranajes de su cerebro trabajando para saber en qué pensaba yo.
—No es el hecho de que sea famoso, Caroline —puse mis ojos en blanco—, es sobre lo que siento. ¿Se han parado a pensar en que es lo que siento yo?
Desde el sofá del frente, Levi conectó sus ojos con los míos.
—Te gusta.
—Eso no tiene nada que ver —agité mis manos en señal de negación—. Bueno sí, un poco, pero no es a lo que me refiero ahora mismo.
Caroline frunció su entrecejo, confundida, y las gafas se le resbalaron por el puente de la nariz. No se molestó en ponerlas de vuelta en su lugar.
—Quiero decir —continué— que no soy buena en estas cosas. ¡Ustedes lo saben! Me han visto. Y esto va a terminar mal si lo intento, lo sé. No quiero dejar de ser su amiga—suspiré—. No creo ser lo suficientemente madura para esto.
Levi observó pensativo el suelo mientras Caroline preparaba un gran discurso en su mente para gritármelo.
—Mira, Liz —respiró un par de veces—. Nadie decide si eres lo suficiente madura para algo. Si tú lo quieres, ve por él. No por miedo a fallar vas a quedarte con las ganas de saber qué se siente.
La miré con ojos de corderito, rogándole que pare de hacerme sufrir de esa manera. ¿Por qué todo el mundo me decía lo mismo? Tenía bastante en claro que me gustaba, y que quería algo con él, pero jamás se habían puesto a pensar en lo que conlleva una relación o una conquista, o como sea que se llame.
¿Qué debía hacer ahora? ¿Tomarlo de las manos cuando caminemos por las calles? ¿Abrazarlo a toda hora? ¿Besarlo?
No soy buena demostrando lo que siento, es por ello que siempre dejo que los demás tomen la iniciativa, porque yo no sirvo para eso.
Nunca he tomado la mano de alguien primero, ni besado a alguien primero, ni invitado a una cita a alguien primero.
—Caroline —rogué.
Ella bufó y giró su cabeza tan rápido que hasta dio miedo.
Levi, asustado, levantó su cabeza y miró a Caroline expectante.
—Mira, puede ser muy irritante e incluso exasperante —dijo y yo me quejé en voz alta—. Pero solo necesita un ligero empujoncito. ¿Puedes hablar con ella un rato?
