Observador. [LUMIN/XIUHAN]

Primer sueño

Luhan y Minseok se habían quedado el resto de la tarde juntos, hablando de sus gustos, metas y deseos, empezaban a conocerse...

Ya de noche, Luhan caminaba hacia su casa con una sonrisa de oreja a oreja que nadie podría quitarle en un buen rato.
No podía creer que se hubiera atrevido a hablarle, ni que hayan podido conversar tan placenteramente. Se dio cuenta de que comparten muchos gustos y además, prometieron juntarse al día siguiente. No podía esperar, ansiaba ver otra vez ese lindo rostro y ni idea de por qué.

Una vez tirado en su cama, recordó esa bonita mirada que le causó un largo suspiro.
Cerró sus ojos y se durmió al instante, había sido un día agitado para su corazón.

Minseok estaba frente a él, sentía su respiración agitada en su rostro completamente rojo.
El pequeño chico se acercaba cada vez más y como una mariposa, se posó sus labios en los de Luhan. Eran suaves como el algodón, húmedos y diminutos. Sus manos de apoderaban de su rostro y despeinaban su rubio cabello. Luhan solo se dejaba pero luego decidió imitarlo.
Minseok lentamente se subía al cuerpo del alto. Un susurro en su oído.

- Lu-ha-nnie~

Abrió los ojos. Eran las 5 de la mañana. ¿Pero que clase de sueño fue ese? Luhan fue a lavarse la cara y se quedó despierto para procesar todo, todo esto mientras sus latidos estaban sumamente acelerados. Al final, decidió dormir nuevamente para olvidarlo todo.

Por la mañana, el sol brillaba tras algunas oscuras nubes pero eso no arruinaría lo que Luhan tenía planeado para hoy.
Bajó las escaleras y se fue a preparar para ir a clase. Sus padres estaban de viaje por lo que aprovechó para gritar y demostrar su emoción sin importarle nada. En su mochila puso sus historietas y libros preferidos para compartir.

Se fue a clases. !Se le hizo eterna! Solo quería que llegaran las 4 para juntarse con Minseok.

La hora llegó y Luhan corriendo se dirigía al árbol, y bajo el una vez más estaba el pequeño muchacho, con una gran y esponjosa chaqueta que hacía que pareciera un adorable malvavisco.
Luhan se acercó y un nuevo "hola" salió de sus labios.
Minseok con una sonrisa cálida le responde.

Ese día, las hojas del gran árbol se volvían rojizas.
El otoño estaba llegando.