Accidente

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Luhan realmente odiaba compartir la cama, pero aguantó solo por tratarse de Minseok. Esa noche descubrió muchas cosas sobre su compañero, como por ejemplo, que suda mucho al dormir pero no huele mal y que de hecho, huele bien, también que tiene mucha fuerza en aquellas delgadas piernas, lo descubrió ya que lo pateo unas cuantas veces, habla dormido o más bien, balbucea y que es totalmente adorable al dormir. Detestó el hecho de que estuvo pendiente de él todo el tiempo.

No pegó un ojo. Se dio la vuelta para no encontrarse con el rostro del bajo, pero la intranquilidad no se iba, además sin querer a ratos se volteaba a observarlo. Su corazón estuvo acelerado, pero el cansancio le ganó como a las 5 am y simplemente se durmió.

El sol en su cara fue lo que lo despertó. Con la lentitud de un recién despertado vio la hora en su teléfono 6:30 am, tiempo de levantarse. El pequeño que aún estaba a su lado dormía como un bebé por lo que decidió no despertarlo aún. Estaba de lado con una mano en su mejilla, no podía interrumpir esa escena. Lo miraba con cara de idiota y al notarlo, se abofeteó a sí mismo sin embargo siguió observándolo. ¿Cómo no enamorarse de esa cosita? Podría estar ahí viéndolo dormir todo el día. Minseok se movió y se dio la vuelta robándole a Luhan el paisaje que tanto disfrutaba. Este último solo suspiró, mientras abría la puerta para irse a la cocina cuando el bajo habla:

-Luhan... 

El rubio sorprendido contesta:

-¿Qué pasa?-Tragando saliva 

-¿Qué hora es?

-Son las 6:30, ya debes levantarte.

Se quitó las frazadas y se levantó. Su cara estaba hinchada, como siempre al despertar. Luego de estirarse un poco se fue a la cocina con toda la flojera del mundo. 

Luhan solo se le quedó mirando mientras tenía la mano en su pecho. Dolía.

Se dirige rápidamente al baño. Cierra con fuerza la puerta y se desliza por esta mientras trata de calmar su agitada respiración. Todo esto fue causado por Minseok, por su belleza innecesaria. Hizo que el corazón de Luhan se desatara. Comenzaba a darle rabia el no poder controlarse, sabía que si no lo lograba pronto no podría aguantarse las ganas de rodearlo con sus brazos y besarlo. Lo más triste es que sabía que el pequeño era completamente inocente, el solo se levantó, además él no tiene la culpa de ser tan bonito. Se sentía asqueado de sí mismo, parecía un pervertido. El enojo comenzó a apoderarse del él.

Ya los dos con sus uniformes y con estómago lleno, se dirigieron al instituto. El trayecto fue silencioso. Solo el ruido de los autos y el de sus zapatos contra el suelo. No tenían de que hablar. Luhan se sentía raro, no era algo que pudiera explicar bien. Sentía su pecho apretado y moría por decir algo para romper aquella situación, pero nada salía de sus labios y de su acompañante tampoco. Tuvo que resignarse a mirar sus pies todo el camino.

Una vez ahí, se despidieron con normalidad, una sonrisa y un "nos vemos". La sonrisa de Minseok era como de costumbre, bonita y deslumbrante, al contrario de la de Luhan. Su ánimo estaba por los suelos.

No puso atención en clases, su mente estaba en blanco y no sabia la razón. En los recreos las pasaba con el bajo hablando de libros, siempre con emoción pero con una notable disminución y el regreso a casa era lo mismo que el camino al instituto, silencioso. Luego de cenar, Luhan iba directamente a dormir. Minseok por supuesto lo notó, pero solo calló porque quería tratar de averiguar que era lo que lo tenía por su cuenta. Fue así hasta el día viernes, el último día del pequeño en la casa de los Xiao. 

Al final de clases, lo fue a buscar como todos los días. Entró al salón donde solo estaba el pequeño, lo vio durmiendo en su pupitre. Sacó la silla del escritorio de al lado y la puso junto al muchacho. Se dedicó a observarlo una vez más. El ambiente fue cambiando de a poco. En ese momento sólo existía Minseok, él y nadie más, lo único que se podía escuchar era la respiración del pequeño y el fuerte palpitar del corazón de Luhan. Lo miraba con tristeza.

¿Desde cuando verte es tan doloroso?

Ya no eran nervios, era dolor lo que atacaba su cuerpo y su alma.

¿Por qué le haces esto a mi corazón?

¿Por qué me tuve que enamorar?

Luhan comenzó a soltar lágrimas mientras decía aquellas palabras, sin apartar la vista de Minseok.

De pronto el bajo abre los ojos y se sienta de forma correcta.

No estaba durmiendo realmente.

Observador.  [LUMIN/XIUHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora