Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros; que como yo los he amado, así también se amen los unos a los otros.
Juan 13:34Desperté de lo que parecía ser una siesta de días por ligeras caricias en el cabello, propinadas por parte de Camila, quien al abrir los ojos pude ver que ella tenía los suyos cerrados. Me incorporé despacio haciendo que ella abriese sus preciosos ojos, me mirara y me sonriera.
—Hola— susurró—¿Cómo te encuentras?
—Estoy... me siento, no lo sé— solté un gran suspiro—¿He dormido mucho?
—No tanto, como mucho la mitad de la tarde.
—¡Oh! Cuanto lo siento Camila, estuviste tanto tiempo aguantando mi peso mientras dormía, debes estar dolorida.
—Tú siempre lo haces por mi. No te preocupes, estoy encantada de hacerlo— sonreía, pero al instante su cara se torno en toda preocupación—¿Puedes contarme qué te ocurría o qué te ocurre? Has entrado a la habitación bastante rara y estabas muy pálida, me has dejado preocupada.
—He visto cosas horribles hoy, cosas que no quiero que tengas en tu cabeza, cosas que disminuyen mi estadía en esta tripulación. Se ha tenido el mayor de los éxitos por medio de métodos violentos y sin compasión, no quiero seguir más aquí, no es bueno para mi y mucho menos para ti— mi voz cayó en picada, no pude evitar sollozar para que luego viniesen las lágrimas, llorar es algo que no me gustaba hacer frente a los demás, pero el sentimiento es tan fuerte que no puedo controlarlo. Ya era la segunda vez que Camila me veía llorar.
—Shh tranquila, todo va a mejorar, ya lo verás— me recibió en sus brazos con calidez y fuerte, tratando de reconfortarme.
—He sido tan ciega o simplemente no he querido verlo, estoy rodeada de tanta maldad, y está afectandome de una manera extraordinaria.
—Tú no eres como ellos, eres mucho más, alguien especial de buenos y hermosos sentimientos. Vamos a superar esto juntas.
—¿Lo prometes?— a este punto creo que había empapado su camisa con mis lágrimas.
—Lo prometo— subió mi rostro con sus delgados dedos y limpió mis lágrimas—. Ya no llores Lauren, me hace poner triste tu llanto.
—Lo siento— tomé una gran bocanada de aire y luego la solté, eso me ayudaba siempre a serenarme.
—¿Mejor?— asentí—. Así me gusta— dijo y luego sonrió.
Me quede mirando su sonrisa y su cara de felicidad, al principio yo también sonreía junto a ella, pero luego sin quererlo me quedé contemplándola, la manera en la que sus ojos se encogían cuando sonreía, sus ojos que brillaban con la intensidad del sol, algunas veces su pequeña nariz se arrugaba de una forma muy linda, su lengua que se escapaba un poco de sus dientes cuando reía y ella la mordía para tratar de retenerla adentro. Camila era toda una obra de arte quien nadie jamás pensó en admirar hasta ahora.
—¿Pasa algo más?— mi mirada fija en ella la hizo cuestionarse.
—Dios, eres tan hermosa— hablé sin pensarlo, la hipnosis que me produce su belleza fue más que el control sobre mis palabras. Ella bajó su mirada y mordió un poco su labio inferior, cosa que pocas veces la había visto hacer—. No te escondas por favor. Perdona si lo que he dicho ha estado fuera de lugar, no lo volveré a hacer— se hizo lo que más temía, el silencio.
—También creo que eres hermosa. Incluso desde la primera vez que te vi realmente lo creí— susurró después de un momento mirando sus manos.
—Camila— llamé y ella levantó su mirada— ¿Crees que pensar de ti en esa manera esté mal? Me refiero al hecho de que pensemos de esta manera la una de la otra— no estaba segura si quería escuchar la respuesta.
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Mar Dorado | Camren.
FanfictionEra 1651 y la joven Lauren sólo buscaba su libertad, sin saber que encontrará a alguien que la hará prisionera. AU: Alternative Universe •Portada hecha por: @star_2203