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Aproveché el día, después de nuestro experimental encuentro claro está, de enseñarle a leer a Camila. En esta casa realmente no había mucho material con el que trabajar, pero me las había ingeniado para enseñarle algunas cosas después de todo.

—A ver, ¿Te sabes todas las letras que existen? ¿Cómo lucen?

Estábamos usando por segunda vez la mesa, esta vez no para comer. Le pedí el favor a Ethan de conseguirme alguno que otro libro o algún texto para poder enseñarle a leer a Camila, también algunas hojas, una pluma y algo de tinta, a lo que me respondió que cruzara mis dedos para conseguir las últimas cosas.

—Creo lo sé, tengo buena memoria ¿Las sabes tú?— claro que las sabía, podía leer y escribir correctamente cualquier cosa en castellano, e incluso sabía algunas palabras en ingles.

—Eso creo— le respondí para no desanimarla ni que pensara que iba a ser difícil saberlas todas—. Las principales que tienes que saber son la A, E, I, O y U, sin esas letras no podemos formar una palabra que tenga sentido. Imagínate que no existiesen, entonces tu nombre sería Cml— intenté pronunciar esas tres letras, sonó bastante gracioso en realidad, por lo que ambas reímos.

—Si te llamases Lrn juro que nunca te llamara por tu nombre. Gracias a quien invento esas letras— miró hacia arriba— Gracias señor o señora de las letras— ¿Por qué no?, una mujer pudo haber aportado algo a las letras.

—Guarda silencio Cml, estamos aprendiendo las letras aquí, si quieres puedes hacerle un altar a quien descubrió las letras luego— lo que estaba haciendo me causaba risa—. Bueno, como te decía antes de tu repentina alabanza, esas letras son las más importantes y no puedes olvidarlas ¿Entendido?

—Si Señorita Jauregui— negué varias veces con la cabeza.

—Las que menos usamos, pero no las hacen menos importantes son la Ñ, X, W, y la Z.

—La Ñ suena como a un chiste— y pronunció "eñe" varias veces riéndose sola. Que Dios me ayude—. De acuerdo, continúa— recuperó la compostura, tal vez ayudó la mirada de seriedad que estaba dándole.

—Y la H es muda, podemos usarla varias veces sin darnos cuenta porque no la pronunciamos, sólo esta ahí para hacer compañía. Ahora dime todas las letras que conozcas, las iré contando y te informare si alguna no esta en tú conocimiento.

Las dijo todas, en un orden extraño pero las dijo. No podía esperar menos de Camila, ella es muy inteligente y brillante, también es muy atenta a todo lo que le dicen y eso le da más ventaja.

—Felicidades, las sabes todas— anuncié cuando acabo de recitarlas.

—Merezco un premio— puso su boca como la de un pato, un pato muy lindo por cierto, para que le diera su premio el cual era un beso, y gustosa se lo di.

—Sigue así y tendrás muchos premios al final de nuestra sesión de aprendizaje— un poco de motivación no vendría mal—. Muy bien, buscaré una palabra simple para que juntes las letras que sabes y la formes, imagino que algunas las debes haber aprendido con Allyson.

—Solo me enseñó mamá, papá, su nombre y el mio— soltó una carcajada de la nada—. Ese día cuando pude leer su nombre dije "Ally- son", fue un buen día. ¿Sabes cuando tengo que pronunciar ambas L's? Es muy confuso.

—No lo tengo concreto, pero estoy más que segura de que sólo se pronuncia una L de las L's cuando se trata de un nombre de una persona, por ejemplo, Isabella, lleva un par de L's pero solo se pronuncia una de ellas— explico sin mirarla tratando de buscar una palabra simple ya que "mamá" y "papá" las sabe—.  Aquí. Esta es tu primera palabra— señalé la palabra "cama" en el libro que traía en mano—. Tomate tu tiempo.

—C... a... m... a—pronunciaba cada una de las letras con el entrecejo fruncido—. Ca - ma, ca...ma ¡CAMA!— alza la voz con emoción— ¿Es cama no?— se contuvo, dudó estar en lo correcto.

—Lo es— soltó un grito de felicidad. Se comenzó a aplaudir ella misma como pudo ya que le dolía mover sus brazos, luego estiró sus labios hacia adelante, los cuales besé—. Te felicito, eres increíblemente brillante, estoy orgullosa de ti.

—Pensé que no lo haría bien, pero lo hice. Estoy tan feliz que abrazaría a Ethan si cruzase por esa puerta en este instante— reí con muchas gana, retorciendome en la silla. Me dolía el abdomen de tanto reír.

—Eres única— limpiaba una lágrima que había surgido de tanto reírme—. Te voy a dar un dato. Separa cada vez que veas a una letra simple acompañada de una de las importantes, como por ejemplo lo hiciste con la palabra que te di, dijiste primero "Ca" y luego "Ma", posteriormente las uniste y formaste la palabra que buscabas, así puedes asociar todo más rápido y aprenderás a leer antes de lo que te imaginas.

—Búscame otra palabra Lrn, quiero aprender las palabras largas también.

—Todo a su tiempo Cml, seguiremos con algunas palabras cortas aún, luego podrás aprender a leer algunas oraciones largas y eventualmente serás capaz de leer lo que quieras.

Ella leyó todas y cada una de las palabras que le di, aprendía bastante rápido aunque tuviera dificultad con algunas cosas, y claro, siempre reclamaba un premio cada vez que las leía. Ni yo había aprendido tan rápido, mi hermana mayor, Taylor, más de una vez había llegado hasta su límite tratando de enseñarme, entonces yo me escabullía al salón y tomaba un gran libro sin importar el contenido, practicaba muchas palabras para que mi hermana no se molestara conmigo y estuviera orgullosa de mi.

—¿Quieres ir a descansar?— pregunto después de muchas horas de estudio.

—Más que nada. Me duele el cerebro— suspiró, imagino que de cansancio, y cerró sus ojos aún sentada.

—¿Cómo sabes que te duele el cerebro?

—Porque me duele en la cabeza, y en la cabeza esta el cerebro— se veía adormilada y podría jurar que estaba a nada de quedarse dormida sentada en la silla.

—Tiene mucho sentido— esbocé  una sonrisa—. Vamos a que tu cerebro descanse. Si estabas cansada tenías que decirme.

—Quería aprender mucho, que tal si mañana llega mamá y no me deja aprender y me separa de ti— no había duda, ella estaba realmente cansada a tal punto de decir semejantes incoherencias.

—Entonces tendría que robar a su hija hasta que aprendiera todo, y tal vez un poco más— susurré sobre su oído mientras estaba tras ella. Abrace su cintura, guiándola a la cama, sus ojos estaban cerrados y sin mi corría el riesgo de tropezar.

—No me gusta que me abraces y que yo no pueda hacerlo— se quejó recostaba en la cama. Le quité sus botas, mis manos estaban entumecidas por todos los golpes que había propinado con ellas y no era capaz de moverlas tan bien.

—Yo dormiré abrazada a ti esta noche ¿No te gusta la idea?— no perdí tiempo en sacar mis botas y a continuación desabotonaba mis pantalones, dejándolos caer al suelo. La verdad este día también ha sido agotador para mí.

—Mmm... me gusta tanto como tú me gustas— parecía apunto de quedarse rendida ante el sueño, así que me apresuré a soplar las velas que iluminaban nuestra habitación.

—Ven aquí, estas muy lejos para abrazarte— demando.

Se movió hacia mi y yo hacía ella, estiré mi brazo y se acostó en el dándome la espalda. La rodeé con mi otro brazo por su cintura y la apegué más a mi cuerpo, sintiendo su calor e inhalando el olor mentolado de su cabello.

—Buenas noches mi pequeña— susurré. Di un beso delicado en su cuello y cerré mis ojos.

—Buenas noches mi Luna— alcance a oír antes de quedarme dormida del todo.

Las noticias de que habían decapitado a Francisco Alejos llegaron a mis oídos muy rápido esa mañana. Puede que sea la peor de mis afirmaciones pero estoy tan feliz de que ya no esté con nosotros, aunque eventualmente, todos íbamos a morir luego.

Mar Dorado | Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora