—Siempre llevas colores oscuros y tristes— comentó mientras me abotonaba mi camisa negra de espaldas a ella, una de las muchas que tengo.
—No necesariamente el negro tiene que ser triste, los colores pueden significar lo que quieras que signifique para ti.
—¿Entonces para ti el negro es felicidad?
—El negro puede ser lo que yo quiera, en este momento es comodidad, seguridad, mi piel, a pesar de haber agarrado color estos meses, es muy pálida para otros colores.
—Toda la vida he creído que el negro es dolor, tristeza, sufrimiento.
—Hay cierta idea de que los colores opacos son los tristes y los brillantes los felices. Mira esta mañana, el día necesariamente no está triste porque llueva o está feliz porque el Sol ilumine, aunque parezca raro, lo niños les hace feliz cuando llueve, juegan en la lluvia y sonríen cuando el día está gris.
—También lo hacen cuando el Sol está presente.
—Exactamente. Un color no define tu estado de ánimo, puedes definirlo tú misma, tú puedes decidir si reír un día gris o llorar en un baño de luz dorada.
—Eres increíble— me dedicó una de esas sonrisas que me encantan—. Por cierto ¿A donde crees que vas?
—Que atrevimiento de su parte hacer dicha pregunta Karla ¿Se le olvida quien es la que manda aquí?— mi tono autoritario no tardó en aparecer.
—Perdoneme mi señora, no debí ser atrevida con usted— siguió el juego como siempre. Sonreí y luego me acerqué a ella.
—Tengo que bajar a buscar la crema para tus brazos, traeré el desayuno también.
—Señorita Jauregui déjeme hacerlo, soy sirviente después de todo.
—Una sirviente muy guapa— acune con ambas manos su precioso rostro—, a la que tengo que cuidar mucho porque le adoro con mi vida— un pequeño beso en su nariz de mi parte le hizo arrugarla de esa forma tan linda que me gustaba—. Volveré antes de lo que crees.
—Lauren— pronunció mi nombre. De inmediato volteé, sorprendiéndome por el besote que plantó en mis labios—. Voy a estar extrañándote.
—Y yo a ti— le di otro beso antes de marcharme. Nunca obtendría lo suficiente de los besos de Camila, siempre queda esas ganas de más, es adictivo.
Es raro como realmente la extraño cuando acabo de dejarla, estoy pensando en ella durante todo el día, es mi primer pensamiento cuando me levanto y el último cuando me acuesto. Es bastante extraño, pero me gusta pensar en ella, en lo delicioso que huele su cabello, en el chocolate de sus ojos, en su sonrisa, en lo coloradas que se tornan sus mejillas cuando le hago algún cumplido, en sus labios... me encantan sus labios, los suaves que son, lo carnoso, el color que tienen, su exquisito sabor; fácilmente podría pensar en Camila todo el día y las cosas que me gustan de ella, que son todas, porque no hay ninguna cosa que no me guste de ella.
—Lauren ¿Está oyendome?— preguntó Marta a mi lado ¿En que momento había llegado a la cocina?
—Sinceramente no, discúlpeme, ¿Qué decía?
—Le decía que le tengo la crema que me pidió. Debe aplicarla de una manera generosa, le dormirá los brazos a Karla Camila pero el dolor se irá más rápido— en sus manos reposaba la mitad de un coco, adentro estaba una crema blanca con un olor muy agradable.
—Se lo agradezco mucho Marta.
—Es lo menos que puedo hacer— replicó ella con una sincera sonrisa.

ESTÁS LEYENDO
Mar Dorado | Camren.
FanfictionEra 1651 y la joven Lauren sólo buscaba su libertad, sin saber que encontrará a alguien que la hará prisionera. AU: Alternative Universe •Portada hecha por: @star_2203