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Esta era la situación. Ethan ya me había defendido un par de veces,  ahora venía un hombre corriendo hacia mi al mismo tiempo que iba un hombre corriendo hacia él. Miento si digo que no entré en pánico, sin embargo se esfumó todo cuando pensé en la supervivencia, en que inevitablemente tenía que decidir entre ese hombre o yo, y yo no saldría perdiendo.

—Yo me encargo de ese Ethan, concéntrate en el otro— hablé en voz alta, para que pudiera escucharme.

No era buena en las peleas de cuerpo a cuerpo, pero últimamente he salido victoriosa de ellas. El hombre que venía era más bajo que yo, ni siquiera se detuvo a pensar en que yo era una mujer, aunque probablemente no lo sepa con mi vestimenta holgada y el peinado que traía, no se me notaba ningún rasgo femenino.

Venía corriendo con el cuchillo levantado. No tengo mucho conocimiento sobre ataque y defensa, no obstante me atrevo a señalar con seguridad que él solo se estaba descubriendo en la manera en que iba a atacar viniendo así. Justo como Ethan me dijo, use mis piernas, y cuando el sujeto estaba por llegar, me agaché un poco tratando de seguir su juego para luego levantar mi pierna izquierda dándole una patada a aquel hombre en su zona sensible.

Mientras se lamentaba, como sabía que ese hombre no lo dejaría así y que iba a contraatacar, aproveché para lanzarle otra patada, esta vez un poco más arriba lo que hizo que se doblará. El golpe también me dolía a mi en mis dedos, que se golpeaban con la parte de adentro de la bota. No pensaba asesinarlo, eso no estaba en mis planes, por lo que terminé dándole algunos puños en el estómago y en su cara para cuando Ethan me dio la vuelta y no pude ver lo que le hizo.

Lo que si pude ver fue el barco, que quedó justo frente de mi al intercambiar posiciones con Ethan. Agradecí mucho ese día por haberme volteado en el momento justo cuando vi a dos hombres subirse corriendo a nuestro barco. Dos hombres que no eran de nuestra tripulación, se notaba por la ropa que traían que era muy diferente a la que traían los nuestros. Mis piernas actuaron solas y comencé a correr hacia el barco.

—Lauren ¿Adonde vas?— oí a Ethan gritar, de seguro él venía corriendo tras de mi.

Esquivando todo y todos me abrí camino hacia el barco, saltando por encima de cuerpos sin vida y esquivando los ataques enemigos. Casi cuando iba llegando, del lado derecho alguien golpeó mi cabeza, dejándome algo desorientada por un momento. Creo que fue tan duro el impacto que mi cabello se soltó, dejándome más expuesta al peligro.

Aquella persona lanzó a golpearme de nuevo, y con unos reflejos desconocidos esquivé el golpe y solté otro hacia él, no tenía tiempo para esto, Camila estaba en peligro. Siempre voy a querer olvidar esta parte de mi vida, saqué mi cuchillo de su escondite y lo clavé en el lado izquierdo del cuello de ese sujeto. Se sintió como clavarlo en un pedazo de carne. En cuanto lo extraje, un chorro de sangre salía de su cuello mientras él caía sobre sus rodillas, tratando de bloquear la salida de la sangre con sus manos. Miré mis manos brevemente, había matado a alguien, yo, la que estaba tan en contra de quitarle la vida a las personas había caído con el peso de mis propias palabras.

—Lo siento— dije para aquel sujeto, que estaba agonizando en el suelo.

No podía hacer más nada la verdad, ya él estaba muriéndose y no podía hacer nada para evitarlo. Entonces seguí corriendo cuando me acorde del peligro en el que Camila estaba. No creo que haya pasado mucho desde que esos hombres se montaron al barco. Miré en todas direcciones buscando a Ethan, y lo encontré luchando un poco más atrás de donde estaba. Con mi evidente acto ya era una asesina, y si Camila estaba en peligro tendría que repetirlo de nuevo.

Lo primero que hice al llegar al barco fue correr hasta la zona de los camarotes, hacia Camila. Si alguien estaba ahí aparte de Camila no quería que se enteraran de que alguien más había subido al barco, no sería algo muy ingenioso, entonces al bajar las escaleras lo hice con mucho cuidado, de una forma silenciosa pero rápida.

Mar Dorado | Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora