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[Narra Deniss]

Cuando entré en la habitación Ian estaba dormido en la cama y estaba todo completamente recogido, fui al baño y le pegué un vistazo pero no había nada de mis pertenencias o las de el esparcidas por la habitación y la maleta estaba preparada en la puerta.

Lo miré en la cama. Es un maldito amor. Me acosté a su lado esperando a que quizás despertara, me acurruqué de lado y Ian levantó sus cejas para después abrir sus ojos y volverlos a cerrar, formó una sonrisa adormilada -Una foto dura más, BomBón- abrió sus ojos para mirar directo a los míos -¿Te cuento cosas?- al momento de puso serio y me miró con atención. Siempre me sorprende la manera tan brusca de cambiar sus expresiones. -Cuéntame- dijo acomodando su espalda a la cabecera de la cama. - Quiero ayudarlo, el hizo lo mismo conmigo- rodó sus ojos y se incorporó para mirarme directamente a los ojos -Deberías ignorarlo y salir corriendo- dijo Ian haciendo una linea con sus labios para después sonreír ligeramente.

Justamente eso era lo que había hecho toda mi vida, huir de mis problemas -no puedo seguir escapando de mis problemas- dije cansada de hacer siempre lo mismo. El entrecerró los ojos y se sentó en el borde de la cama de espaldas a mi.

-Esta perdido, prefiere a las drogas antes que a ti.- esa afirmación fue como una maldita espada descuartizando mi corazón.

-Eso es mentira- dije dolida y acostumbrada a sus bruscas salidas. Me incorporé en la cama mientras Ian se abrochaba los zapatos.

-¿Es mentira? Si no está perdido sabes que se acabará perdiendo ¿Vas a ir detrás de el para siempre? - Dijo levantándose de la cama con una de sus cejas hacia arriba y sus ojos entrecerrados. Esto era lo más cerca a molesto que había visto a Ian.

-Sólo hasta que esté bien- dije intentando convencerlo.

-Oh por Dios ¿Como puedes ser tan inocente?¿Crees que no le han intentado ayudar ya? Vuelve a caer una, y otra ,y otra vez.- Ian me abría con sus ojos bien abiertos y su cabeza un poco reclinada hacia atrás. Una de sus cejas estaba levantada al igual que el labio superior estaba ligeramente levantado dándome la sensación de que cada vez estaba más cabreado.

-Pues seré yo la que esté allí cada vez que caiga.- Arrugó todo su ceño malhumorado al escuchar mis palabras.

-Tu sola no puedes con el, no voy a dejar que lo hagas Bombón creía que eras más lista.- su labio superior se elevó más en señal de rabia.

-Pues ayúdame.- dije levantándome de la cama. Haciendo que el negara con la cabeza incrédulo.

-A esto me refería con lo de las expectativas, he sido bueno una vez con mi hermano y ahora esperas que vuelva a hacerlo otra vez.- Cada vez que hablaba de su hermano hablaba sin esperanzas, era negativo, ni siquiera pensaba darle una oportunidad aún sabiendo que es su hermano pequeño. Podía ver el rencor hacia Yavé producido por aquella mujer.

-¿Como puedes hablar así? Es tu hermano.- le dije intentando sacar a la persona que había conocido hace apenas dos días.

-Por su culpa perdí todo lo que me llenaba, no quiero que haga lo mismo contigo- el problema era que Yavé era el único que me llenaba a pesar de todo, lo quiero. Ian relajó su ceño de enfado.

-¿Sabes? No te pido que le ayudes a el. - Ian entrecerró los ojos -Te pido que me ayudes a mi a sobrellevar esto- cambio la dirección de la mirada, se lo está pensando.- Eso es lo que suelen hacer los amigos. Ayudarse mutuamente.-

Después de decir esto me dirigí a por la maleta, era hora de irse a Valencia. Mi padre volvería en dos días. Abrí la puerta y Ian la cerró inmediatamente por mi espalda. Me giré con mis brazos cruzados encontrándome a Ian muchísimo más tranquilo que antes y mirándome fijamente con un brazo apoyado en la puerta. -Te ayudaré, pero no lo haré por tu novio.- me dió una tarjeta de su empresa-El primero es mi número de trabajo, el segundo es el de la oficina. Enviando un mensaje a mi número de trabajo te conducirá a mi número privado. Llámame cuando lo necesites- dijo para después abrir la puerta dejándome con el "Gracias" en la punta de la lengua sin despegar la vista de mi encontrándome a un Yavé que asesinaba a Ian con la mirada. Genial, el ambiente estaba tan tenso que podía cortarse con una esponja. Yavé me cogió por la cintura enviándole la última miradita a Ian. Creo que se va a liar bastante cuando Ian me tenga que ayudar con Yavé. Los cuatro bajamos a recepción a devolver las llaves de las habitaciones y después nos dirigimos al coche de Ian. Los "Dos cariñosos hermanos" metieron las maletas en el maletero en silencio.

A la tercera bala, vencida.(Ian Somerhalder)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora