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[Narra Deniss]

-¿Ya hemos llegado?- pregunté al ver que nos estábamos metiendo en un garaje -Vamos a mi casa a coger ropa normal y a comer - contestó Ian -¿Donde estamos?- pensaba que vivía en Valencia -En granada- estábamos todavía lejos de Ceuta. -Yo no tengo ropa normal- dije mientras Ian estaba metiendo el culo del coche en su aparcamiento -De camino a mi casa hay tiendas- otra vez me volvía a arrepentir de no haber cogido dinero de casa -¿No vives aquí?- puso el freno de mano y quitó las llaves -Es un hotel, me dejan aparcar aquí porque les hice rebaja en la última fiesta de noche vieja- después abrió la puerta y salió del coche, wow, tiene pinta de tener bastante éxito montando fiestas. Salí del coche y me puse los zapatos mientras que Ian me esperaba parado en medio del garaje, después nos encaminamos a salir de allí y dirigirnos hacia su casa -¿Esta muy lejos de aquí tu casa?- pregunté cargada con mi bolso y la bolsa de la farmacia -A unos quince minutos, está en el centro y está prohibido entrar con el coche- fruncí el ceño, eso era una verdadera putada -No...llevo dinero- dije algo avergonzada -Lo sé, te he revisado el bolso- abrí mis ojos sorprendida -¿Tu madre nunca te ha dicho que es de mala educación rebuscar en el bolso de las mujeres?- sonrió de lado dirigiendo la mirada hacia mi -¿Y a ti no te han dicho que tienes que salir con identificación por si te pasa algo?- en realidad mi padre me lo había repetido mil veces -Vamos a esa tienda. Además, sólo llevabas el móvil - rodee los ojos mientras entrábamos a una tienda. Miré primeramente el estante de los pantalones y cogí unos de talle alto vaquero oscuro -¿Que talla usas?- preguntó Ian mientras miraba los pantalones, me morí de vergüenza -34- mentí. El frunció el ceño y me miró -No usas una 34- genial me está llamando gorda -¿Como lo sabes si voy con el vestido?- miró mis caderas -Por que la 34 no es una talla humana- miré los jerseys de arriba disimulando -La 40- dije en un susurro para que después me diera un par de legins negros -¿L de camiseta?- preguntó mirando conmigo los jerseys -si- me dio una camisa beis a cuadros y un jersey verde botella mientras yo buscaba la talla de una camisa blanca, pero el seguidamente puso un jersey rojo en mi brazo - Me gusta el rojo para la camisa blanca- dijo con una sonrisa torcida para después seguir mirando por otra estantería. El rojo es mi color favorito.

Cogí una chaqueta de lana, larga y color canela, una camiseta básica blanca y una bufanda negra de lana para después dirigirme hacia el probador, me lo probé todo rápidamente y al ver que me sentaba bien volví a ponerme el vestido y abrí la cortina -Creo que me voy a llevar el del jersey verde- le dije a Ian que estaba apoyado en la pared de enfrente -No, Nos lo llevamos todo- dijo quitándome la ropa de las manos para dirigirnos a pagar -Dame dos conjuntos de ropa interior- le dijo Ian al dependiente haciendo que abriera mis ojos de par en par e intentará esconderme bajo mi pelo -¿Que talla?- preguntó el dependiente, cuando levanté mi mirada tímida hacia Ian el me miraba con la cabeza ladeada y una sonrisa de satisfacción al verme así -100C- dije tímida haciendo que Ian formará una "u" con sus labios y aspirara aire -¿Y de braguitas?- el diminutivo por parte del dependiente lo hizo más incómodo -L- dije sonrojada mientras el chico se dirigía hacia la estantería de ropa interior -¿Algún color en especial?- preguntó el dependiente mirándonos intermitentemente, antes de que pudiera contestar Ian se me adelantó -Blanco y negro- miré hacia el lado contrario donde estaban ellos, no puede ser cierto, el hermano de mi novio me está comprando ropa interior -No ese no, el de tanga con encaje- contestó Ian haciendo que me sonrojada todavía más -Toma, ves al probador y ponte esto- dijo dándome el conjunto del jersey verde y la camisa beis a cuadros. El único problema es que está vestido no permitía sujetador, así que no llevo -Cuando lleguemos a tu casa, no llevo sujetador- dije sin ni siquiera mirarlo a la cara, después pagamos y me dio las bolsas para que las llevará yo. Entramos a la zapatería de al lado y miramos las botas -¿Que talla usas?- preguntó mirando conmigo los zapatos -39- estaba entre unas botas y unas deportivas -¿Crees que se haya...?- dije refiriéndome a Yavé y su problema con las drogas, el frunció el su ceño -No lo sé- contestó sincero mientras yo dirigía mi mirada hacia los zapatos otra vez. El cogió unos botines marrones -Nos llevamos estos- me los probé y tuvieron que sacarme una talla más, Ian los pagó y yo los cargué hasta llegar a su casa. Fuimos a su cuarto y sacó una maleta. Yo me cambié en el baño y me puse el conjunto de la camisa beis y el jersey verde botella con los legins negros y las botas. Salí del baño encontrándome a un Ian sin camiseta y abrochándose unos pantalones grises. Me giré dándole la espalda- Lo siento- dije avergonzada, unos pasos sonaron detrás mía para coger mi vestido -Sólo estoy sin camiseta, bombón- dijo entre risas para después coger las bolsas de la ropa, me giré y todavía se mantenía sin camiseta y de cuclillas guardando mis cosas en una maleta enorme, se me hacía raro ver un torso limpio de tatuajes -¿Que usas para peinarte?- preguntó levantándose para entrar en el baño -espuma, secador y peine- abrió un armario y sacó todo eso para meterlo en la maleta - Me estás asustando - dije preocupada -¿Cuanto tiempo se supone que vamos a estar fuera? Porque mi padre viene dentro de tres días- cerró la tapa de la maleta e intentó cerrar la cremallera -pues imagino que uno, dos como mucho, estamos a once horas de Valencia- la maleta estaba tan llena que ni siquiera cerraba, me senté encima de la maleta y me puse a la altura de Ian, el intento volver a cerrar la maleta, el pelo de su nuca hacia cosquillas en mi barbilla y de un tirón cerró la maleta para después ponerse de pie -Vamos a comer, bombón - dijo dándome la mano para ayudarme a ponerme de pie, después nos dirigimos a la cocina, la verdad es que no tenía mucha hambre, me senté en la mesa -¿Y qué vamos a comer?- era demasiado distinto a su hermano, el es expresivo y Yavé no expresa nada, Ian no tiene ningún tipo de tatuaje y Yavé está completamente tatuado -Pizza- dijo Ian a lo que yo asentí en aprobación. A Ian no se le ven los calzoncillos por el pantalón ya que los lleva altos en cambio a Yavé se le suelen ver todo el tiempo ya que usa pantalones caídos, Además de que la piel de Ian es muchísimo más blanca que la de Yavé -¿Que miras tanto?- preguntó Ian con una sonrisa de medio lado sentándose enfrente mía
-Que eres muy diferente a tu hermano.
-La gran diferencia entre mi hermano y yo es la madurez, yo la tengo y Yavé no- dijo Ian abriendo y cerrando sus ojos ligeramente -No me refiero a eso, tu eres jodidamente expresivo y haces esas cosas raras con los ojos y las cejas- dije mientras el hacia esos movimientos, sonreí.
-¿A qué te referías con lo de "Mi hermano quiere creer que mi padre nos abandonó"?- sus expresiones se tornaron serias al instante -Mi padre era la mano derecha de una pequeña mafia, éramos tres bocas que alimentar ya que en ese entonces no estaba Valeria y sólo éramos mi hermano, mi madre y yo. Había una gran crisis y no había trabajo por ningún sitio así que necesitaba dinero para mantener a su familia. Yavé nunca lo supo, el tenía diez años y yo diecisiete y bueno, es complicado decirle a tu hermano pequeño que su padre vende drogas así que nunca le dijimos nada. La noche en la que mi padre no volvió a casa tenía una entrega, imagino que la cosa se complicó y lo asesinaron. Se lo dijimos a Yavé unos años más hacia delante, pero el ya tenía sus propias conclusiones.- miró a horno pensativo -Debió de ser difícil, luego ¿Fuiste tu quien sacó la familia hacia delante?- clavó su cristalina mirada en la mía - Me puse a trabajar en un restaurante importante, me ascendieron y tuve mucha suerte poco tiempo después- No le costaba hablar de su pasado, no había que sacárselo como a Yavé, no resultaba incómodo estar con alguien que conocía de apenas unas horas -¿Y tus padres? Quiero decir ¿Están juntos?- me reí "Juntos" suena gracioso -Mi padre se enteró de que le estaba poniendo los cuernos, vinimos a Valencia para empezar supuestamente desde cero y nunca volvimos a empezar por que mi madre empezó a viajar por negocios y cuando volvió a casa mi padre se enteró de todo lo que estaba tapando sobre mi ex y todo eso y la tiramos de casa, no la he vuelto a ver desde entonces- Ian asintió sorprendido mientras le contaba mi pasado -¿Y cómo se llama el capullo De tu ex?- preguntó mientras se dirigía hacia el horno -Eduardo- me levanté para ayudarlo, cogí un plato y lo puse a la altura perfecta para que con la paleta pueda sacar la pizza del horno -Tiene nombre de paleto- reí mientras me dirigía a poner la pizza en la mesa -¿Que vas a beber, bombón?- dijo abriendo la despensa -Agua.- "Bombón " ya me lo había repetido un par de veces antes, me acerqué a el para que me diera el agua y los vasos para colocarlos en la mesa para que después el seguidamente colocara los platos y el cortador. -¿Cuantos años tiene tu madre?- es una cuestión que ha estado rondándome por la cabeza varios días y no me atrevía a decírselo a Yavé -Pues...Si te soy sincero no lo sé seguro, sesenta y tres. Creo- abrí mi boca y mis ojos en sorpresa -No puede ser, imposible, ni siquiera le echaba cincuenta y cinco- sonrió burlonamente - Los genes ¿O a caso yo no soy sexy con veintisiete años, bombón?- Me reí mientras el pasaba las manos por si torso desnudo-Hablas como si fueras un abuelo- frunció el ceño- Al lado tuyo lo soy- rodee los ojos mientras cogía otro trozo de pizza y lo dejaba sobre mi plato, miré la muñeca y divisé mi pulsera de Pandora, la di un par de vueltas mientras sonreía. Serán cinco momentos importantes, pero al menos fueron los más felices para mi -¿Te la regaló Yavé?- dijo sacandome de mis pensamientos -Mi padre, la tengo mucho aprecio- dije dándole el último vistazo para coger la goma del pelo -Tienes una buena relación con tu padre ¿Verdad?- recogí con mis manos todo el pelo hacia atrás -Es lo único que me queda, estoy bastante aferrada a el- después lié toda la goma aguantando una gran cola, Ian se quedó mirando un punto, frunció el ceño y después abrió sus ojos -Tu oreja parece una regadera- estallé en risas mientras envolvía mi coleta en un moño-Eres un exagerado- levantó una de sus cejas -¿Cuantos agujeros llevas en la oreja izquierda?- me despeiné un poco el moño -no se, unos siete o así- entrecerró sus ojos -Y el exagerado soy yo.

Después de comer lo recogimos todo, Ian se puso una camiseta de manga corta blanca y cogió una chupa marrón. Fuimos a por el coche he hicimos una parada a unas dos horas de Ceuta para poder reservar en un motel y dejar las maletas, seguidamente nos volvimos a montar en el coche y nos dirigimos a Ceuta.

A la tercera bala, vencida.(Ian Somerhalder)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora