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Habían pasado seis días desde ese patético lunes donde toda mi vida se vino abajo en apenas veinticuatro horas. Yavé y yo llegamos un acuerdo y el voluntariamente decidió internarse en una clínica de desintoxicación.

"-Me alegro de que hayas decidido esto, es lo mejor para ti- me sonrió a desgana.
-Voy a llamar a mi hermano- dijo Yavé sacando el teléfono de su bolsillo y mirándome como si estuviera esperando algo. Debo admitir que después de la escena de antes estaba fría e incomoda con su presencia. -Puedes...dejarme solo- dijo Yavé levantando el teléfono. Lo miré como una niña que le quitaban una piruleta, asentí y recorrí el pasillo de la clínica hasta que estuve lo suficientemente lejos.

¿Por que no podía escuchar la conversación que tenia con Ian?.

Espero que Ian me cuente algo luego, como un buen amigo.

Sin duda me ha sentado mal lo de "No quiero que escuches".

Quizás ni siquiera esta llamando a Ian.

Este maldito bache es una mierda.

Al rato en el final del pasillo esperando al príncipe rana se me hizo eterno. El se dirigía a mi con paso decidido, tan decidido y lento que daba hasta miedo. Frenó su paso justo enfrente mía y me miró detenidamente.

-Ian vendrá a recogerte- guardó su móvil en el bolsillo -Lo imaginaba- contesté cortante.

-Te mereces algo mejor que esto- contestó yavé fijando su intimidante vista en el suelo.
-Lo sé- contesté sincera.

-Eres preciosa, tienes un futuro brillante, eres fuerte-¿Realmente estaba hablando de mi? -Y mírame a mi- dijo Yavé- no tengo futuro más allá de las drogas. Lo mejor es que no vengas a verme- fruncí mi ceño esperando lo peor mientras Yavé bajaba su cabeza.

-¿Que estas insinuando?- pregunté aceleradamente para que fuera al grano.

-Estoy rompiendo contigo- dijo frió mirándome directo a lo ojos. Otra vez, otra maldita vez.

Pero esta vez fue diferente, esperaba dolor, derrumbarme, ganas de llorar pero simplemente no sentí nada, como si un muro aplastara todos los sentimientos.

-¿Puedo besarte por ultima vez?- preguntó con miedo.

Vas a perderlo para siempre, no mas besos, no más caricias. No mas Yavé.

El se acercó lentamente a mi para chocar sus labios con los míos pero yo simplemente agaché la cabeza para evitarlo -No puedes romper conmigo y luego intentar besarme- dije llena de valentía."

Después de cinco días, siento que en el fondo no me pillaba de sorpresa, como si lo hubiera estado perdiendo hace tiempo, como si realmente lo hubiéramos cagado al decidir estar juntos.

Otras veces siento que me falta algo, que mi cuerpo pide un abrazo, un beso, una caricia... Supongo que es humano, pero me pone triste como hemos acabado el y yo.

Llevo cinco días viviendo definitivamente en casa de Ian, cinco días que lo he estado evitando, apenas he salido de la habitación que me había asignado en su casa, había salido a comer cuando el se iba a trabajar y a ducharme, y veía la tele en el salón para evadirme un poco, aunque era imposible no pensar en mi padre y su ultima llamada.

A la tercera bala, vencida.(Ian Somerhalder)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora