[Narra Deniss]
13:06
Cargué las bolsas desde el supermercado que estaba a dos manzanas de casa de Ian. Las manos dolían lo suficiente para poder descansar las bolsas a un costado del patio.
Saqué mi teléfono.
Nada de mi padre, nada de mi novio.
Tenia el cuerpo revuelto desde anoche y no saber nada de mi padre en casi dieciocho horas me daban arcadas.
Suspiré y guardé el móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón.
Cogí un par de bolsas en una mano.
-¡Espera!- una voz masculina habló a mis espaldas, me giré con las bolsas en la mano.
-Déjame ayudarte- dijo cogiendo mas de la mitad de las bolsas.
-Gracias- dije sincera entrando en el ascensor con el.
-Ya me dolían las manos- dije soltando las bolsas.
-¿Piso?- preguntó el chico.
-Quinto- Apretó el número sorprendido.
-Yo también vivo en el quinto- extendió su mano hacia mi- Soy Max- apreté su mano por educación.
-Deniss- me presenté.
Quizás estas hablando con un psicópata.
¿Un psicópata con polo de Ralf Lauren?
Nunca se sabe.
Max me ayudo a sacar las bolsas dejándolas en la puerta de casa de Ian.
-Vaya, justo en la puerta de enfrente, supongo que por fin conozco a mi vecina- ¿Esta ligando conmigo? Sonreí incomoda y poniendo las llaves en la puerta.
-No vivo aquí, es la casa de un amigo, hoy comemos juntos- el tocó al timbre de su casa.
-Desde que me casé no he visto a nadie entrar o salir de esa casa, y de eso hace ya un año- Soy una creída.
-Pues es un placer Max- dije abriendo la puerta, creo que he sonado cortante, que mal se me da conversar.
La puerta de en frente se abrió con una mujer y un bebe de apenas un año en brazos.
-Oh vaya, pensaba que esa casa estaba encantada- contestó la esposa de max dandole el bebe a este.
-Soy Margaret- dijo esta dándome dos besos.
-Deniss- contesté cogiendo las bolsas del suelo.
-Te ayudo- dijo Margaret cogiendo las otras bolsas. Una vecina cotilla.
-Por aquí- dije por delante de ella cruzando el gran salón y entrando a la cocina.
Margaret dejo las bolsas al lado mía.
-Si necesitas algo, lo que sea, sal, azúcar, ayuda con las bolsas, sabes donde encontrarme- me sonrió simpática.
-Gracias, pero no es mi casa- salí por la cocina con ella al lado para dirigirla hacia la puerta.- solo vengo a comer con un amigo.
-Bueno, al menos me alegro de saber que no esta encantada- bromeo ella saliendo al pasillo de la escalera donde los lloros del bebe se escuchaban desde su casa abierta.-Mi bebe me reclama- dijo Margaret, le di dos besos.
-Un placer margaret- Margaret entró a su casa y yo a la de Ian sintiéndome como una idiota. Seguro he sonado como una antipática. Me quité el abrigo y me dirigí a la cocina. Vacié las bolsas y las tiré a la basura, a continuación encendí el fuego y puse una cazuela con agua. Rabiolis de calabaza con salsa de cuatro quesos seria la comida de hoy, eso junto a una ensalada italiana que he comprado ya preparada.
Cogí mi teléfono del bolsillo trasero y me apoyé en la encimera para poder llamar a mi padre.
-¡Cariño!- mi cuerpo se relajó al segundo de escuchar la voz de mi padre.
-¿Donde estas?- pregunté algo enfadada.
-Pues estoy en Francia, han cancelado todos los vuelos de salida y no se cuanto tardará esto.
-¿Y no puedes avisarme?- seguí preguntando algo enfadada, estaba preocupada por él.
-Tienes razón cariño pero he estado ocupado intentando informarme de todo, sabes que de ingles hablo lo básico y lo hablo mal y del francés ni te cuento- creo que el ingles de mi padre no puede llamarse un idioma -Y he estado buscando un hotel alejado de la cuidado por los atentados y las aler....
-Para el carro- creo que me he atragantado con mis propias tripas.-¿Atentado?
[Narra Ian]
-¿Así que bombón?- interrumpió francis, mi amigo gay desde el instituto, sacándonos de nuestros asuntos a mi y a Isabel. Esa sonrisa me la conocía perfectamente.
-No empecemos- le aseguré mientras se sentaba al lado de Isabel.
-¿Quien es bombón?- preguntó Isabel dirigiéndose a Francis como si yo no estuviera delante.
-Una chica muy mona que ha venido a preguntar por el- le contestó francis a lo que los dos me miraron con esa maldita sonrisa acusadora.
-Es lunes y no llega ni a urgencia uno- asesiné con la mirada a Francis. No quería hablar del tema, todavía tenia la imagen de Deniss y sus largas piernas apenas adornadas con la camiseta verde que le había prestado para dormir. Ese maldito verde resaltaba su porcelanosa piel, todavía puedo imaginar ese maravilloso contraste en sus piernas y su pelo alborotado. Ese maldito pelo alborotado donde sus puntas claras del flequillo se mezclaban con el color oscuro de sus raíces en perfecta armonía.
Francis pasó una mano por delante de mis ojos sacándome de mis pensamientos.
-Ey- me saludó como si hubiera desconectado totalmente. Y lo había hecho.
-¿Que?- pregunté dejando las facturas que se supone que estaba revisando encima de la mesa.
-Que de que color quieres las carpetas- volvió a insistir francis mientras Isabel se concentraba en su trabajo. ¿De que color quiero las carpetas? ¿Y esa gilipollez? Que mas da el color de una carpeta.
-¿carpetas?- pregunté sin saber el contenido de estas.
-En algún lado tendré que archivar todo esto- contestó isabel con la mirada fija en su libreta ¿Y que mas da el color?
-Verdes- le contesté a Francis para volver la vista hacia mis facturas. No mas distracciones por hoy.
Francis puso la mano encima de las facturas intentando molestarme. Subí la vista hacia el rubio.
-¿Verdes? ¿Como los atractivos ojos de Deniss?- contestó Francis burlón haciéndome sonreír para después salir de mi despacho.
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A la tercera bala, vencida.(Ian Somerhalder)
FanfictionRESILIENCIA II : A la tercera bala, vencida Todo está conectado ¿Quien esperaría algo así de mi? Sola, allí, con todos mis miedos en una batalla que ni siquiera era mía. Intentando salvar mi relación entendiendo los demonios de mi novio. Yo estaba p...