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Narra Deniss

El gruñido de Ian en mi oído acompañado de la vibración de su móvil en la mesita hizo que abriera los ojos y la realidad me estallara en los morros.

Estaba en la cama de Ian desnuda haciendo la cucharita.

Lo mas lógico para mi persona hubiera sido levantarme de la cama sintiéndome la persona mas sucia del mundo y salir corriendo.

Pero la única realidad de este instante es que no quiero moverme de su lado por que me siento extrañamente cómoda, aunque este desnuda y tenga uno de sus brazos abarcando mis pechos y su "gran Somerhalder" contento en mi trasero.

No quiero huir, lo cierto es que estoy tan cachonda que quiero volver a revivir lo de anoche pero la vibración del teléfono de Ian no quiere que rememoré el mejor sexo de mi vida, el mas malditamente maravilloso que haya tenido. 

Aunque lo cierto es que el único sexo que he tenido a sido forzado y con el maltratador de mi primer novio así que esto del orgasmo es literalmente nuevo para mi, ahora entiendo porque a la gente les gusta tanto el sexo.

Ahora soy yo la que gruñe cuando vuelve a vibrar el teléfono intensamente por tercera vez esta mañana, me obligo a moverme lentamente pero un par de brazos me lo impiden, giro sobre mi cuerpo y me apoyo sobre mis codos para ver a Ian y al momento se que no esta durmiendo. Tiene los brazos alrededor de mi haciendo presión y esta sonriendo de oreja a oreja con los ojos cerrados, sonrío de vuelta aunque el no me vea y miro el reloj de la mesita de noche.

Las diez de la mañana.

Claramente estamos llegando extremadamente tarde al trabajo.

Pego un respingo y estiro mi cuerpo sobre el de Ian para coger su teléfono que esta vibrando por cuarta vez esta mañana.

-¿Si?

Ian se apoya en los codos para mantenerse sobre su espalda, mi cuerpo sobre sus muslos y en mi vientre una presión que se hace claramente mas evidente.

-¿Deniss?-Dice Francis -¿Ian sabe que son las diez?- Pregunta extrañado.

-¿Francis?- Digo evidente para que Ian sepa con quien estoy hablando -¿Que si sabe que son las diez?- Giro como puedo mi cabeza hacia Ian que esta de la misma postura que hace unos segundos y yo no puedo parar de admirar sus enormes brazos con los músculos tensionados. Muevo mi cuerpo para darle un toque ya que parece estar embelesado mirando mi cuerpo desnudo sobre el suyo, dirige la mirada a mi con una sonrisa picara.-Ahora mismo esta en la ducha- Digo escusandolo ya que parece estar para otra labor.

-Dile que estoy enfermo que no me espere- me dice en un susurro volviendo a recostarse en la cama.

-¿Que lleva tres horas en la ducha?

-Lo cierto es que le he contagiado...- me quedo parada ¿Que le había dicho anoche a los invitados para escusar mi claro aturdimiento? Miro a Ian quien esta observando como esta subiendo una de sus mano por mi muslo desconcentrandome claramente cuando para en mi trasero.

-Dolor de cabeza- me dice Ian en un susurro clavando su mirada en mis pupilas.

-Dolor de cabeza- Suelto sin pensar. Los rayos de sol entran por la ventana dando unas sombras realmente sexys sobre el escultural cuerpo de Ian. Me muerdo el labio sin pensarlo.

-¿Le has contagiado un dolor de cabeza a Ian?

-Aja- digo recolocandome en la cama al lado de Ian mientras pongo el altavoz, si sigo con esa presión en mi vientre acabaré por violarlo mientras hablo por teléfono.

A la tercera bala, vencida.(Ian Somerhalder)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora