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Capítulo 4: Mi nuevo vicio.

GRANT

- ¿Crees que vuelva? - preguntó Taylor mientras hojeaba las páginas de su libro.

Liberé una risita y murmuré.

- Sí, yo sé que él volverá.

Rodó los ojos.

- ¿Cómo lo sabes? No eres él -preguntó.

Cerré su libro aplastando sus manos con un poco de fuerza. Se quejó en demanda.

- Volverá, yo lo sé - contesté.

- Bueno, esa carta es muy sospechosa - agregó guardando sus libros en su mochila.

El timbre de las 2:00 PM había sonado, lo cual implicaba; fin de la escuela.

- Tiene que volver, tenemos nuestra cita de campamento -contesté mientras colocaba la mochila a mi espalda.

- Claro grandote - golpeó mi espalda -. Yo te apoyaré.

Me mantuve cabizbajo, no sabía que contestar.

- Con un agradecimiento basta - guiñó el ojo -. Nos vemos mañana Grant.

- ¡Gracias! - grité mientras Taylor caminaba por los pasillos.

Taylor era una de las chicas con más pretendientes de la Preparatoria, claro "literalmente", ninguno tenía la menor idea de que Taylor es una persona transgénero. Pero lo puedo admitir, me causa gracia ver como todos babean al verla sin saber realmente cómo es, pero así son los hombres, no lo puedo negar.

- ¡Hola princesa! - gritó Austin golpeando fuertemente mi abdomen, no fue buena idea, el hijo de puta me sofocó por completo.

Rodé los ojos mientras acariciaba mi abdomen.

- ¿Qué necesitas Austin? - pregunté con enfado.

- Me enteré que tú novia por fin se fue - me coloco una margarita en la oreja -. Pero la entiendo. ¿Quién quisiera estar contigo?

- Cállate - murmure.

Tomó de mis hombros estrellándome en los casilleros que se encontraban detrás mío. Gemí del dolor.

- ¡Cuidado Sivan! - me señaló el rostro con sus dedos gastados de tanto masturbarse y jugar Basketball -. Te veré en cuatro días en la fiesta de graduación, no querrás ir con un moretón.

- Grandioso - suspiré alejándolo de mí -. No te tengo miedo.

Me fulminó con la mirada, tal como yo lo hice. Pero el problema realmente no se expandió, gracias a la directora Miller.

- ¡Síganme! - grito Miller tomándonos del cabello a ambos.

******

Su oficina era lo bastante infantil, me asqueaba ver el gran cuadro de su familia que se encontraba al entrar, era repugnante ver a su hija repleta de granos; aunque ahora mismo era muy hermosa.

- ¿Qué ocurrió allá afuera? - preguntó con enfado.

Me oculté de hombros.

- Nada - contestó Austin creyendo que podría convencerla.

- Bien - suspiró resignada -. Grant, ¿qué sucedió?

- Nada, no ocurrió nada -. Contesté con la mirada firme.

Me fulminó con la mirada.

- Supongamos que no paso nada, ahora -. Extendió sus brazos dando un fingido bostezo -. Deberían abrazarse como buenos compañeros que son.