Capítulo 8: El último beso.

2.5K 196 9
                                    

ALAN

Mientras mi oído estaba recargado en su suave pecho, podía escuchar su corazón latir y su respiración desplomarse en cada suspiro.

- Te amo - murmuró Grant besando mi frente.

- ¿Qué estamos haciendo? - pregunté confundido.

- Pues, estamos celebrando nuestra luna de miel - besó mis labios.

- ¿Qué? - pregunté aterrado observando el gran cuarto de paredes blancas en el que nos encontrábamos.
Al frente nuestra había un televisor y a nuestra izquierda un ventanal que daba hacía el mar.
Era emocionante saber que nos habíamos casado, que por fin; logré estar en sus manos. Pero también era ridículo soñar esto.
Di un salto despertando por completo, suspiré resignado al darme cuenta que todo fue un tonto sueño, ¿yo casado con Grant? Esa posibilidad permanece muy lejos de mí en estos momentos.

******
10:30 AM

Guardar un secreto puede ser algo bueno, pero también algo malo. Necesitarías arriesgar una gran parte de tu vida, siempre ganarás ventaja, pero en algún momento ellos tendrán que ganar. Tomé asiento en mi cama observando el celular en mis manos, comencé a recibir llamadas de desconocidos constantemente, pero realmente no me importaba contestar.
Tomé de él y contesté al tercer tono.

- ¿Hola?

- ¿Eres gay? - preguntó una voz aguda que difícilmente se lograba reconocer.

- ¡Aja! - dije con sarcasmo.

- Bien, ya se dónde vives. Adiós - dijo colgando la llamada.

- Ok - murmuré con arrogancia dejando los ojos en blanco, la gente era poco creativa con sus amenazas.

- Hijo te llegó esta carta - dijo mi padre mientras abría la puerta de mi habitación.

- Gracias - tomé la carta -. ¿De quién es?

Negó con la cabeza.

- Voy al supermercado, ¿quieres venir? - preguntó.

- No, pero gracias - conteste.

- Esta bien - salió de la habitación.

~~~~~

Alan, tengo los resultados.
Quiero que sepas que sin importar cuál sea la respuesta, si quieres olvidar el pasado, es necesario recordarlo para olvidarlo.
Att: Dr. Collins.

~~~~~

Doble la hoja de papel y la introduje en mi armario, en un lugar que difícilmente la lograrías encontrar, no ocultaba nada, aunque sabía que era importante la noticia, como también sabía que aún no era el momento para hablar.

- Estarás a salvo - murmuré cerrando las puertas por completo.

*****
8:40 PM

- Hijo - me agitó con fuerza -. Hijo desperta.

- ¿Qué pasa? - bostecé -. ¿Qué hora es?

- Ya son las ocho cuarenta - contestó colocando su mano en mi abdomen.

- ¡Mierda! - me levanté con fuerza golpeando mi cabeza con la pared -. La graduación.

- Sí, lo sé - extendió su mano entregándome las llaves del auto.

- ¿Qué? - tomé de ellas.

- Ve, ya es tarde.

- ¿Me darás tu auto? - pregunté confuso.

Asintió con la cabeza, me confundía su comportamiento; no puedes hacer que las cosas cambien tan rápido, el enojo seguía corriendo por mi sangre al verlo.

- ¿Por qué? - pregunté confuso.

- Eres mi hijo - tomó aire -. Y te quiero.

Lo analicé, se veía un arrepentimiento en su mirada. Soltó una sonrisa y salió de la recámara. Suspiré agobiado, sus cambios de humor me causaban mareos.
Me observé al espejo, era un caos. Cepillé mi melena alborotada y me coloqué el traje con un moño negro sobre el cuello para un mejor encaje.

- Estoy listo - murmuré ligeramente insatisfecho apartándome del espejo.
Corrí hacía el auto de mi padre, tenía el tiempo sobre mí.

¡Perfecto! Soy el único chico que iba cuarenta minutos tarde. ¿Qué otra cosa podría sucederme?. Una ligera satisfacción me decís que podía retractarme y dar vuelta camino a casa. Pero, esto no volverá a suceder otra vez, tienes que disfrutar como nunca.
Cada pasillo de la preparatoria era molestamente estrecho, sucio y oscuro y cada parte de el permanecía solo y con poco brillo; mierda, si que le faltaba limpieza.
Y tal cómo era la tradición, la fiesta de graduación sería en las canchas de Basketball, realmente no me impresionaba, es algo muy popular en Estados Unidos.
Las puertas estaban abiertas, todos estaban abrazados de su pareja, bailando una canción romántica en la pista; para ser exactos "Ed Sheeran". Me perdí un instante, esperando encontrar a Grant para poder abrazarlo y decirle cuánto me había hecho falta. Pero él se encontraba lo bastante ocupado como para sentir mi estúpida presencia.
Grant se aparto de los labios de Russell, me observó con temor y camino hacia mi tocando mi rostro que ya se encontraba entre lágrimas.

- Te veo - murmuró.

- Yo no sé si estoy viendo a la persona de la que me enamoré - me aparte de él.

- Alan - susurró mientras las lágrimas ensuciaban su envenenado rostro -. No creí que vendrías.

Me alejé de la pista, no tardó en aparecer un mar de gente. Nos veían, me veían, observándome con enfado y arrogancia; tal como si yo fuera el villano de la historia, de mí propia historia. Pero realmente no me importó lo que creían de mí en ése precisó momento. Las personas siempre se hacen una idea de mí, pero yo soy todo lo contrario de lo que ellos creen.
Mantuve la mirada baja, pensando si realmente yo hacía lo correcto al salir por esa puerta. Suspiré resignado intentando negarme, pero necesitaba tener sus labios contra los míos una vez más.
Me di vuelta intentando respirar, caminé hacia él y enrolle mis manos en su suave cabello que tanto solía acariciar para conciliar el sueño y una vez más... presioné mis labios temblorosos contra los suyos. Fue un beso corto y lento.

- Perdón - susurró nuevamente una vez apartado de mí.

- Es muy tarde - contesté.

No quería marcharme, quería tomarlo del cuello y seguir besándolo, pero sabía que eso no era lo correcto. Solo lo volvería más débil; lo haría creer que su seducción lo llevaría muy alto, pero no quiero un futuro para él así. Y realmente, no quiero ver llorar a quién me ayudó a dejar de hacerlo.
Acaricié sus mejillas por última vez, suspiré con dolor y me di vuelta alejándome de él para siempre.
Uno...
Sigue sin venir por mi.
Dos...
Tres...
¿Por qué no corre para detener? ¿Fue un error? Lo miré de reojo, sentí mi corazón explotar al verlo tomado de la mano de ese chico.
Ahora creo que cometí el gran error de mi vida. Pero esto, en algún momento me beneficiará de por vida... o eso creo.

Diferentes [DISPONIBLE EN FÍSICO] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora