Capítulo 25: Soy un idiota.

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~ Grant (Casper) ~

Mis problemas quedaban cortos comparando los problemas de los demás, pero de igual forma, mi vida era una mierda al igual que mi reputación. Alan de una insignificante forma, mejoro y arruino mi vida instantáneamente, positiva y negativamente y me resulta completamente agotador.
El día permanecía lluvioso, desde la ventanilla de el comedor, podía observar como las gotas de agua caían con tal encanto perdiendo su suave belleza al tocar el suelo. Es un impacto muy bello en el mundo que todos suelen ignorar, pero me hacía sonreír, tanto como el frío clima y los ahogadores recuerdos que viví con Alan.
- Fui un completo idiota - murmure recargando mi frente en mis manos que permanecían apoyadas en la mesa del comedor.
- ¡Casper! - grito Alan desde fuera de la casa.
Abrí la puerta observando su suave rostro empañado, sus delicados labios tomando un color morado y su mirada perdida al observarme.
- Hola - dije con una sonrisa de oreja a oreja.
- Hola - murmuro abrazando me bruscamente con ambos brazos.
- ¿Qué haces aquí? - pregunte apartando me de él.
- Lamento lo de ayer.
- Tranquilo, ven acompáñame arriba - dije tomando su hombro húmedo y frío.
Me causo gracia como Alan observaba con discreción mi habitación, extendía sus manos tocan cada uno de mis discos, con una ligera pero discreta sonrisa resbalando de sus labios.
- ¿Era...?
- Sí, son los mismos que solías escuchar - dijo interrumpiendo me, con una sonrisa de oreja a oreja.
Se mantuvo cabizbajo y camino con precaución hacia la pizarra blanca que permanecía a un lado de mi armario, tomo un plumón y comenzó a escribir. Me provoco una severa sonrisa verlo parado escribiendo en mi pizarra que yo consideraba muy especial. Al despegar el plumón, dio un paso atrás permitiéndome observar.
"Ambos dicen odiarse, pero a ambos les duele verse con otras personas ".
Caminé hacia él y tome el plumón que permanecía en sus frías manos, sus ojos seguían cristalinos y continuaba perdido viendo cada parte de mi rostro.
- ¿Por qué me miras así? - pregunte en susurro a pocos centímetros de sus labios.
- He venido aquí en busca de tu amor - susurro.
Derribe mis labios en su isla friolenta, comunicando el gran paisaje que necesitábamos ambos. Alan me tomo del cuello y comenzó a arañarlo, descubriendo mi espalda con lentitud. Tome sus manos mientras una lágrima recorría mi rostro.
- Alan, tengo que ir por algo - murmure apartando me de él -. Ya vuelvo.
Asintió con la cabeza.
Salí de la habitación cabizbajo, con la mirada perdida, preguntándome que hacía con mi vida. Subí a la azotea, comencé a mojar mi cuerpo con gran rapidez. Podía sentir como el frío y la derrota recorrían mi cuerpo por si solos. Caminé hacia la orilla, deteniéndome justo antes de la deriva. No sabía si llorar y lanzarme o lanzarme y llorar.
Cerré los ojos y suspire, dispuesto a dar el último paso de mi vida.
- Buena idea - murmuro Alan distrayendo me.
- ¿Qué haces aquí? - pregunte enfadado.
- Sabes que - dijo subiendo a un lado de mí -. Hagamos lo juntos.
- ¡¿Estás loco?! - grite observando su desquiciado rostro.
- Todos me lo dicen pero, con todo respeto, yo no soy el que esta dispuesto a lanzarse del edificio - dijo tomando mi temblorosa mano.
- No sé que es lo que estoy haciendo - dije observando el cielo oscuro.
- Tranquilo - dijo Alan logrando que yo bajara del lugar -. Sé como te sientes.
- No soy gay, lo lamento - murmure cabizbajo.
- No - tomo mi rostro logrando que lo observara al rostro -. No has conocido al indicado, solo es eso.
Corrí engarrotando me a sus brazos, permitiendo que ambos lloráramos mientras las gotas de agua golpeaban con fuerza nuestro frío cuerpo.
- ¿Y eso es la vida? ¿Reír un rato y sufrir el otro? - pregunte en susurro, recargando con suavidad mi cabeza en su hombro.
- Talvez así es realmente el mundo que siempre solemos evitar - murmuro sosteniendo mi mano.

Diferentes [DISPONIBLE EN FÍSICO] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora