Capítulo 5: Solo es un cuento de hadas.

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ALAN

- Aún sigo teniendo el sueño de siempre, es constante y cada vez más real - suspiré resignado -. Es cómo si yo fuera el villano de mí propia historia.

- ¿Qué haces en ése sueño? ¿Tú estás ahí? -. Pregunto mientras continuaba escribiendo en su libreta de blanca.

- Sí, yo me encuentro ahí, pero de una forma diferente. Estoy observando a Grant, él esta tomado de la mano de otra persona...

- ¿Grant? -. Preguntó interrumpiendo mis palabras.

- Sí -. Acaricié mi nuca -. Grant es mi mejor amigo - me mantuve cabizbajo para no observar a los ojos a mi padre.

- ¿Ahora mismo cómo estás? ¿Eres feliz? - preguntó.

- No, nunca he sido feliz - murmuré.

- Esta bien, habla un poco más alto, no puedo escucharte, ¿me lo puedes repetir? -. Preguntó mientras me observaba a los ojos.

- Bien -. Solté una sonrisa -. Me encuentro muy bien.

- ¡Perfecto! -. Se puso de pie -. Es todo por hoy, creo que hemos progresado.

Me puse de pie y observé desde la ventana del edificio, mi padre hablaba con el doctor. Mentir en cada cita era malo, realmente no te ayudaría de nada. Pero para ser sincero, esto no me ayuda en lo absoluto, solo me hace sentirme un completo idiota.

- ¿Listo Alan? - preguntó mi padre.

Asentí con la cabeza saliendo del lugar.

Llega un momento, dónde no esperas nada de nadie. Dónde sólo esperas que todos te digan la verdad, pero todo es una mentira; siempre ha sido una cobarde mentira y es lo que más suelo detestar en esta pequeña vida.

- Me alegra que finalmente nos encontremos bien - dijo mi padre una vez de averse colocado el cinturón de seguridad.

Solté una sonrisa.

- Bien - nos opacó el silencio -. Mañana tenemos que volver a la casa, necesito unos papeles.

- ¿De verdad? - tomé su hombro con mis temblorosas manos.

- Sí - se aparto de mí -. Pero después volveremos aquí.

- ¿Iré a mí graduación? - pregunté apenado.

- Aghh - rezongó tomando de su frente con fuerza -. Mierda, es verdad.

- Entonces...

- ¡No presiones! - golpeó el volante -. Está bien, mañana en la noche volveremos.

- ¡Si! - grité con victoria.

- ¡Pero! - gritó interrumpiendo mi felicidad -. Volveremos después de la graduación.

- Eres el mejor - besé su mejilla.

Frunció el ceño.

- No hagas eso, sólo hazlo con tu novia y claro, por decir novia me refiero a una mujer - prendió el motor del auto -. Deberías hacer amigos y alejarte de ese cuarto oscuro en el que habitas.

- Bueno, es mi lugar favorito - me oculte de hombros prendiendo la estéreo, volviendo nuestra plática un poco menos incómoda.

Mi sonrisa de oreja a oreja era lo que menos se lograba notar en mí, mis nervios y ansias era algo un poco mejor de describir. Pero por alguna razón, al final pude comprenderlo, sé que aveces cuándo todo cambia no es por algo, es por alguien.

*****

6:27 PM

- ¿Cómo me dijiste que te llamabas? - pregunté observando sus fascinantes ojos de color.

- Nev, me llamo Nev -. Contesto enfadado de tanto contestar la misma pregunta.

- Y dime Nev, ¿te has enamorado? - pregunté.

Asintió con la mirada.

- ¿Eres gay? - preguntó logrando cambiar de tema.

- Sí, a mí me gustan los hombres, ¿a ti te gustan?

- No lo sé, no sé qué significa el amor.

Solté una sonrisa.

- Eres joven. No sabes porque haces las cosas, pero siempre hay una razón - acaricié su cabello.

- ¿Entonces soy gay? - preguntó preocupado.

- Tranquilo pequeñín, no apresures el tiempo - dije.

- ¿Tienes novio? - tomó mis manos y comenzó a jugar con ellas.

- Sí - sonreí -. Es el mejor.

- Yo quiero un novio, pero todos me observan feo por mis ojos - limpió sus lágrimas.

Me incliné colocando mis manos en sus rodillas, lo observé a los ojos.

- Oye - limpié sus lágrimas -. Tú eres una persona muy hermosa.

- ¿De verdad? - tomó mis manos.

- Sí, lo eres - lo presioné con fuerza sobre mi pecho, su corazón latía muy rápido. Tragué saliva evadiendo el terrible nudo en mi garganta.

- Gracias - murmuró.

- Tranquilo - contesté.

Me aparte de él y limpié mis lágrimas.

- Bueno, tengo que llevarte con tu mamá - suspiré.

Asintió con la mirada.

- Bien, vamos - murmuré, tomando de su pequeña mano mientras caminábamos por el parque.

- Gracias, Alan - dijo colocando sus labios en mi mejilla dándoles un suave beso.

- De nada, emm. ¿Jenny? - pregunté confundido mientras mis mejillas tomaban un color rojizo.

Asintió con la cabeza.

Es algo muy incómodo, pero literalmente, no me puedo quejar.
Esto, solo es un cuento de hadas.

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