32. STAR.

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Ese día comenzó con lentitud. No tenía duda de ello. Principalmente porque estaba cansado. Lo había estado durante toda la semana pasada hasta ese sábado.

La boda de Gemma había pasado con más drama que diversión y aún no podía huir de los recuerdos, pero daba gracias a cualquier Dios allí arriba que le había dado la habilidad de poder bailar para olvidar sus problemas.

Debía admitir que estaba cansado. Se mantenía bailando en el escenario durante todo el día para poder saber exactamente las limitaciones que tendría en el espacio en el que estaría, así que siempre llegaba a la habitación del hotel a la media noche maloliente, cansado y con pocas fuerzas para moverse.

Sabía que Harry lo miraba con los ojos entreabiertos apenas abría la puerta de su habitación, para luego hacerse el desentendido y "seguir durmiendo". Al final, cuando llegaba a la cama, se acomodaba de tal manera en la que podía hacerle saber que lo amaba y que lo cuidaría mientras descansaba. Lo que a la misma vez, le daba a entender el apoyo que le daba.

Los días pasaban lentamente y la música con rapidez. Los huesos se iban reforzando, la cama se alejaba más de su cuerpo y el momento de la danza se hacía eterno.

Para Louis todo era baile. Tenía que admitir que no cabía nada más en su cabeza que el hecho de bailar. Casi no había Electra o Harry. Él solo estaba concentrado en dar lo mejor de sí para todo el mundo que lo viera.

Hacía años que no tenía su propio solo, pues el último había sido en su propia graduación donde todos aquellos que no habían mantenido una relación estrecha con él – que realmente eran todos, a excepción de ciertas personas llamadas profesores – pudieron ver porque siempre se encontraba fuera de las fiestas y las relaciones, de todo aquello que tuviera que ver con ser una persona social.

Y que ahora su presencia fuera requerida y venerada, le hacía sentirse bien consigo mismo como nunca antes lo había estado. Que ahora todos quieran ver a Louis Tomlinson por ser Louis Tomlinson y no por ser "el novio de Harry Styles, el modelo estrella", lo hacía querer llegar a su máximo rendimiento. Quería que todo el mundo lo viera a él y que, por una vez en la noche, la atención fuera solamente para él.

Estaba sentado en la cama. Era la primera hora de la semana, de ese aquel sábado importante, en la que no se preocupaba por llegar a ensayar después de almorzar ya que todo el lugar debía estar siendo arreglado por la escuela. Harry estaba delante de su parte del armario – que no era tan suyo, porque al igual que en Paris, todo estaba mezclado – eligiendo algunos de los muchos trajes que se había traído desde Francia, sin siquiera prestar atención al silencio en el ambiente por parte de Louis y tarareando alguna vieja canción de Elvis Presley.

-¿Crees...? – Interrumpió él en el silencio - ¿Crees que me aplaudirán? – preguntó –

Harry dejó de cantar y mirar hacia el armario y lo miró con las cejas fruncidas: -¿De qué hablas cariño? Claro que lo harán. Eres uno de los mejores bailarines de nuestro país –

-¿Quién dice eso? – lo miro directo a los ojos desafiándolo a responder –

Harry, por su parte, se enderezó bien y frunció el seño demostrando su enojo: -Louis. Eres uno de los mejores pues tú reputación creció mucho los últimos años, te graduaste con las mejores notas, y ahora abrirás una muestra de baile clásico para uno de los anfiteatros de una de las mejores academias del mundo. No vengas a decir que nadie te aplaudirá, no pienses que no eres lo que eres, porque lo eres. ¿Entendido? – Louis asintió con sorpresa en sus ojos por la forma en la que su prometido lo había tratado – Ahora, por favor levanta ese hermoso trasero tuyo y metete a bañar que ayer no te bañaste y sigues teniendo ese olor a sudor horroroso – rió y se acercó a él – Vamos cariño – estiró su mano – levántate. Debes bailar en unas horas. ¿Quieres que elija uno de tus trajes PINAUD para ti? –

Shake a Leg and Model. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora