Epilogue.

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Dos años pueden cambiar mucho a alguien... Especialmente si estas rodeado de las personas adecuadas. Y mucha mierda puede pasar, pero al final del día siempre estará esa sonrisa o ese abrazo, esa pequeña risa infantil, ó aquellos ojos que dirán mucho más que unos labios. Al final del día, siempre habrá un hogar al que volver. Unos brazos a los que llamar casa.

Cuando Harry abre los ojos esa mañana y respira profundo, sabe esto. Sabe que todo el mundo, todas las cosas, y todos los segundos, pueden cambiar de un momento a otro. Pero no puede importarle menos.

¿Por qué? Bien, podemos decir que se pasó mucho tiempo pensándolo. Solía ser porque tenía el mundo a sus pies, y que todos lo amaban y que tendría a cualquiera que quisiera para él. Que nunca sentaría cabeza y que sería un soltero codiciado como muchos otros. Y tenía en cuenta que esos pensamientos llegaban porque no había nada ni nadie que los detuviera. Pero ahora, la respuesta a porqué realmente no le importa que el tiempo pase es su familia: Su propia familia y descendencia. Aquellas cuatro personas que hacen de su vida una aventura, y algo por lo que sonreír al despertar por las mañanas y soñar por las noches.

Esa mañana, cuando abre los ojos no importa casi nada más que su familia. No importa si tiene que salir pronto de la cama porque debe encargarse de pequeños y últimos detalles de la boda. Ni tampoco importa que su pelo aún largo tape su frente, molestando. Electra está abrazada a Louis mientras que éste, a su vez, está abrazado a su torso raspando su barba sin afeitar de hace días en su pecho. Aza y Harper duermen tranquilamente en sus respectivas cunas, haciendo sonidos con sus bocas cada vez que se mueven entre sus sueños. Y en su mente, no hay mejor manera de despertar.

Es un día importante, eso sí. Así que realmente, realmente (realmente) tiene que bajar a preparar el desayuno y cambiar los pañales de los bebés aunque no lo necesiten.

Pero, por las mañanas, cuando las pesadillas no han atacado a Harry (y no lo hacen seguido) y todo está tranquilo fuera y dentro de la casa, le es tan difícil dejarlos a todos allí. Separarse de su familia. No importa si es para hacer la cosa más pequeña del mundo. Simplemente no puede. Y ¿Quién hubiera imaginado que él sería así? ¿Quién hubiera dicho que de un día para otro su vida daría vueltas entre dos bebés, un bailarín bastante desordenado y una niña que prefiere trajes a vestidos y negro en vez de rosa? Si alguien le hubiera dicho hace tres años que esta sería su vida, se hubiera reído en su cara y le hubiera dicho que estaba demasiado borracho como para escuchar ese tipo de cosas; Los giros del destino pueden ser impresionantes si le preguntas.

-Tú respiración... - el suave murmuro de Louis hace que Harry sienta cosquillas en su pecho y mariposas en su estomago. La voz de su muy pronto a ser esposo, por las mañanas siempre ha sido algo que admirar, pues es más profunda y delicada que cuando está completamente despierto–

-¿Qué pasa? – responde él con su misma voz profunda y baja –

-Mmm – Louis se acomoda mejor en su pecho. Ahora lo está mirando con la mirada cansada - ¿Pesadilla? –

-No – responde sonriéndole y dejando un beso en su frente –

Louis sonríe dormido, demostrando su felicidad: -¿Estás listo? –

-Lo he estado desde el primer día – sonrió –

Es entonces cuando Louis sonríe por una última vez y vuelve a cerrar sus ojos. Después de todo es temprano en la mañana y el sol recién comienza a salir por el horizonte, pero de todas maneras se aleja de la cama despacio y revisa a Aza y Harper decidiendo que no es necesario cambiar nada y camina hasta el baño para tomar una ducha y "ponerse más bonito" como su muy futuro a ser esposo siempre dice que hace por las mañanas. Después de todo, él forma parte de una rutina que empezó sin querer y que según Tiana le hace bien.

Shake a Leg and Model. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora