Tres semanas.
Tres semanas sin el amor de su vida entre sus brazos. Sin el amor que le daba. Sin los besos que recibía. Y se iba destruyendo de a poco, sin saber nada sobre su amado. Temiendo lo peor.
Y estaba cansado. Tan cansado de todo. La gente hablaba. La gente lo perseguía cada vez que daba un paso en el asfalto. La prensa no se cansaba de perseguirlo, y hacerlo recordar... Hacerlo entristecer. Y en realidad no los culpaba del todo; Harry era famoso desde el último de sus pelos hasta el último milímetro que tenía la longitud de sus uñas en los pies, y por ende todo el mundo estaba al tanto. Todo el mundo quería saber, quería aportar... Pero esa no era la manera.
Y él ya no estaba bajo el cuidado de la familia de Harry. Había vuelvo al hotel con Electra pues no podía soportar la tristeza que cargaba Anne en sus acciones, ni la desolación en los ojos de Gemma, o el enojo en el ceño fruncido de Knox... Incluso, no podía soportar a Des Styles mostrarse preocupado por su hijo. En realidad, casi toda la familia Styles y Cox estaba en la casa. Sus abuelas, quienes con esfuerzo se encargaban de alimentar a todos, sus tíos, sus primos, sus hermanastros, y por supuesto su padrastro... Todos. Y todos encima de él, intentando alegrarlo con sus propias caras largas. Y no servía. Solo lograba atosigarlo más de lo normal.
Se fue porque no podía compartir su desasosiego, su tristeza, sus preocupaciones y su corazón rompiéndose con cada segundo de no tenerlo.
Y por más que la insistencia de Gemma y Anne le produjera dolor en el pecho, tomó las maletas que le pertenecían a él y Electra y se fue. Sin embargo, siempre estaba allí... Por lo menos ahora podía llorar solo en su habitación.
"Tan solo quiero saber si sigue con nosotros" escribió en el muerto Twitter que se había creado años atrás por haber seguido a la masa, y dejó el celular en su mesa de luz para poder abrazar a la dormida a pata tendida Electra, que se pegaba a él después de haberle dicho sobre su pesadilla. Y ahí estaba un Louis, completamente vacío, aferrado a lo único que lo mantenía con la energía suficiente para seguir buscando a Harry. Con la energía más que suficiente para encontrar la mínima pista de su paradero o siquiera estado.
Y a pesar del tiempo pasado, aún podía sentir los besos y las caricias de su prometido colándose entre los sueños y la realidad. Harry ya no era una persona presente pero su fantasma no se iba, estaba ahí, siempre con Louis. El viento eran las leves caricias que el chico de ojos verdes le había dado alguna vez y sentía aquel calor del sol como sus brazos alrededor de él.
Y aún podía recordar el primer beso. Aquel lleno de alcohol, incoherencia, y amor secreto. Aquel que decía más que "te quiero en mi cama", aquel que se aceptaba por el simple hecho de hacerlo. Aquel mismo que había ayudado a Harry a ser quien realmente era. Y extrañaba aquellos besos que lo hacían olvidarse de su nombre. Que hacían que el contexto en donde se encontraban desapareciera. Y necesitaba las caricias, los besos, el amor, el sexo, las miradas cargadas de todo, los secretos guardados en aquellos ojos esmeraldas. Y no pasaba día en el que no se lamentase, en el que no recordara todo eso, en el que no llorara en silencio por su dolor, por la pérdida que sentía dentro de su pecho. Uno que dolía tanto que apenas lo dejaba respirar. Quería a su modelo, a su chico de pelo rizado pero no tan rizado, al dueño de los orbes más verdes que él conocía, de la sonrisa más rosa de la tierra. Quería a su Harry, porque él no podía ser Louis sin su Harry.
Y no había relación más única que la de ellos, no había manera de que alguien tuviera algo igualado a lo que tenían Louis y Harry. No había persona que pudiera copiar su relación debido a que lo verdadero solo se consigue siendo uno mismo y no la copia de algo. Y ellos eran verdaderos y auténticos... tanto como su amor.
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Shake a Leg and Model. [Larry Stylinson]
RomanceMuchos dicen que todos los hombres que modelan son gays. Harry creía no entrar en esa categoría, antes de conocer a Louis.