Capitulo 22 Ahí comenzaron a entrenarme

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- Oye - dijo Liu - ¿vas a estar ahí todo el día?

- Eh no, pasa - dijo Rosa haciéndose a un lado.

- Gracias y oye.

- ¿Si?

- Me caes bien ¿desde hace cuánto eres Proxy?

- Hace casi dos meses creo, la verdad no me he dado cuenta del tiempo.

- Si, suele pasar ¿a dónde te dirigías?

- A cualquier parte, lejos de aquí yo solo... - la chica apretó los puños - no, no quiero hacerle daño a los demás y por eso me voy.
- Eres una cobarde inútil - Rosa volteó sorprendida hacia el chico.

- ¿Por que dices eso? - unas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.

- Porque lo eres, estás huyendo de tu problema, no lo enfrentas ¿crees que así le vas a servir a Slenderman? - la chica bajó la cabeza - Una vez que haces el trato con él no hay vuelta atrás, eres una más de nosotros y no volverás a ser una persona normal - la chica se tapó los ojos con las manos y comenzó a llorar.

- No es cierto... mientes.

- Yo nunca miento, cada palabra que dije es verdad, no tienes el valor para regresar y darle la cara a tu amo después de que te escapaste.

- ¡Si puedo! - Rosa levantó la vista y lo miraba con cierta rabia.

- No puedes.

- ¡Si puedo!

- No puedes.

- ¡Si puedo!

- ¡No puedes!

- ¡Claro que puedo! ¡Y te lo voy a demostrar! - Liu se acercó más a ella quedando cara a cara con las manos en los bolsillos y mirándola desafiante.
- Demuéstramelo - Rosa salió corriendo de la cabaña al bosque.

La lluvia casi había parado, se asomaban los rayos del atardecer y Liu se recargó en la puerta mirando como la chica se alejaba.

- ¡Ha! - exclamó el chico - por fin me deshice de ella, es una molestia - Liu cerró la puerta de la cabaña - ¿ella? ¿Una Proxy? Si claro.

Rosa corría por el bosque, no sabía a dónde ir ni por dónde. Se detuvo a descansar un rato y escuchó algunos ruidos que la alarmaron mucho. Miró a todos lados, pero no veía a nadie, pues todo se volvió oscuro en un instante. De pronto alguien le tapó la boca con un pañuelo, le amarró las manos y los pies y la metió en un saco. La llevaron arrastrando durante un largo rato y de pronto la soltaron.

Pudo ver que su captor tenía una sudadera blanca con la capucha puesta, una camisa roja, jeans, tenis y una máscara blanca manchada. Le daba algo de miedo.
- ¡Rosa! - escuchó una voz familiar - ¡Rosa, yo sabía que estabas bien! - era Toby quien llegó de pronto y abrazó a la chica - Oye Kate, fuiste muy ruda con ella, te dije que solo era una niña - ¿Kate? ¿a quien se refería? - además también te dije que estaba herida.

El secuestrador se quitó la capucha y la máscara y Rosa se sorprendió: era una chica.

- ¿Eso que? - dijo cubriéndose los ojos, algo cegada - No creo que hubiera venido por voluntad propia, de todos modos ella se escapó ¿no? - Toby le quitó todas las ataduras y le ayudó a levantarse.

- Ella no se escaparía - dijo Toby - estoy seguro, solo fue a caminar

- Si claro - dijo Kate - como sea, el Jefe nos está esperando, muévanse - la chica les dio la espalda y comenzaron a seguirla.

El pasillo por dónde caminaban era muy elegante y enorme. Había un tapete rojo en medio y a los lados se extendían varios pilares blancos y un poco más lejos se veían las largas ventanas. Todo parecía muy grande y Rosa miraba para todos lados, le parecía increíble ese lugar.

- ¡Oye novata date prisa! - le grito Kate del otro lado del pasillo abriendo una enorme puerta - ¡El jefe te está esperando! - Rosa corrió por el pasillo hasta llagar a ella y los tres entraron juntos a la sala.

Tenía la apariencia de una oficina sencilla y al fondo al centro se veía un escritorio con una silla. Sentado en la silla estaba Slender, parecía algo molesto. Ahí adentro también se encontraban Hoody, Masky y Hunter.

- Rosa - dijo Slender con una voz imponente - te estábamos buscando, quiero hablar contigo a solas.

- Huuuy - exclamó Toby en voz baja a los demás Proxys - yo reconozco ese lenguaje corporal (no puedo decir rostro porque... ya saben) es el mismo que cuándo me comí su tarta sin permiso.

- ¡QUE TU HICISTE QUE! - gritó Slenderman furioso.

- ¡CORRAN! - Toby salió corriendo de forma dramática y luego saltó al suelo para rodar detrás de la pared.

Mientras, Kate y Masky se dieron una palmada en la frente, negaron con la cabeza y todos salieron cerrando las puertas.

Slender se levantó de su asiento, deambuló un poco por la habitación mientras Rosa esperaba el peor castigo que jamás había podido imaginar.

- Rosa - dijo el hombre - te escapaste de la casa Proxy, sin que los chicos supieran cuándo y por qué te fuiste y todo era por alejarte de nosotros ¿no es así?

- S... si, señor.

- Era muy peligroso, en especial para ti, y no es que seas débil - le había leído la mente y ella se sorprendió - sino porque alguien te persigue.

- ¿Quien? - dijo la chica con curiosidad.
- Es un demonio llamado Zalgo, es muy peligroso... y creo que viene por ti.

- ¿Por mi? - Slender asintió.

- Tu tienes algo muy especial que no he visto en una persona hace mucho tiempo, eres especial, y el te quiere por esa razón.

- No soy especial - dijo la chica a punto de llorar - soy solo una estúpida, no sé hacer nada, no le sirvo para nada solo... abandóneme o máteme, solo seré un estorbo - Rosa ya estaba llorando y se tallaba los ojos con su largo suéter rosa.

Slender se acercó tiernamente y le levantó la cara a la chica, la cual estaba roja y todavía sacaba algunas lágrimas de sus ojos.

- No digas eso - dijo Slender secándole las lágrimas - tu eres fuerte y serás la Proxy más fuerte que he tenido y jamás tendré.

- ¿Enserio cree eso?

- ¿Sabes para qué es la marca que te puse? - la chica negó -. Eso significa que eres de mi propiedad y que nadie va a herirte, y si lo hace, yo lo haré pagar. En otras palabras, te protegeré, pero a cambio me darás tu lealtad. En cambio, ese tal Zalgo, no le va a importar eso.

- ¿No va a castigarme?

- ¿Eh?

- Por haberme escapado.

- Oh, si claro - Rosa cerró fuertemente los ojos, esperando algún golpe - no volverás a salir de la casa bajo ninguna excusa durante un mes y comenzarás con tus entrenamientos todos los días sin falta.

Rosa abrió los ojos sorprendida y se le quedó viendo a Slender un rato.

- ¿No va a golpearme? - dijo la chica - Es que... así me castigaban mis padres.

- No pienses en eso - dijo Slender - haremos una fiesta para ti.

- ¿Por que?

- Porque a partir de ahora eres una de nosotros. Bienvenida a la familia.  

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