1. La maldición.

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Solo decir antes de empezar, que este fic está por completo dedicado a mi hermana Rebeca (RebecaOM). Sin ti esto no solo no habría salido a la luz, sino que además no habría salido de mi cabeza. Tu apoyo e insistencia hicieron que escribiera y lo hiciera con ganas. Además, sin tus ideas y ayuda en las partes difíciles jamás habría llegado tan lejos. Te quiero.  



El día que Avril conoció a Sirius Black, le pareció el hombre más desgraciado del mundo en todos los aspectos. A sus catorce años recientemente cumplidos, Avril no había visto nunca, lo que años de encierro, odio y deseos de venganza podían hacer en una persona. Sirius Black apareció ante ellos en su forma humana como si de un fantasma del pasado se tratase. Una masa de pelo sucio y revuelto le caía hasta los codos. Su piel como de cera, estaba estirada sobre los huesos, marcándolos en exceso, haciendo que pareciera un cadáver, y así lo hubiese jurado, de no ser por el brillo de sus ojos en las oscuras y profundas cuencas. La mueca que formaba en su cara, dejaba al descubierto sus dientes amarillos. Al principio, por un momento, sintió una inmensurable pena por él, por lo que Azkaban le había hecho, pero rápidamente desechó el pensamiento, al recordar la traición cometida.

- Pensé que vendrías a ayudar a tu amigo -dijo con voz ronca. Su voz sonaba como si no la hubiera empleado en mucho tiempo-. Tu padre habría hecho lo mismo por mí. Habéis sido muy valientes por no salir corriendo en busca de un profesor. Muchas gracias. Esto lo hará todo mucho más fácil...

Al escuchar la burla sobre su padre, observó como Harry deseó lanzarse a por él. Rápidamente, ella y Hermione lo sujetaron para evitarlo. Ron con un esfuerzo considerable, se levantó del suelo y le increpó con fiereza.

- Si quiere matar a Harry, tendrá que matarnos también a nosotros.

Algo titiló en los sombríos ojos de Black, y Avril no supo cómo interpretarlo.

- Échate - le dijo a Ron en voz baja - o será peor para tu pierna.

- ¿Me ha oído? - dijo Ron débilmente, apoyándose en Harry para mantenerse en pie -. Tendrá que matarnos a los cuatro.

- Sólo habrá un asesinato esta noche -respondió Black, acentuando la mueca.

- ¿Por qué? - preguntó Harry, tratando de soltarse de ella y de Hermione -. No le importó la última vez, ¿a qué no? No le importó matar a todos aquellos muggles al mismo tiempo que a Pettigrew... ¿Qué ocurre, se ha ablandado usted en Azkaban?

- ¡Harry! - sollozó Hermione -. ¡Cállate!

- ¡ÉL MATÓ A MIS PADRES! -gritó Harry.

Y haciendo un último esfuerzo se liberó de nosotros, y se lanzó.

A partir de entonces, todo fue un caos. Harry al lado de Black se veía tan poca cosa y sin embargo, no dudó un instante y se lanzó a por él, pegando, pataleando, lanzándose a por las varitas. Dejando a Ron en la cama, Avril y Hermione trataron de echar una mano para recuperarlas.

Pensando las cosas con calma, tiempo después, Avril se daba cuenta de la temeridad cometida; que de haber sido realmente quien decían que era, ellos no hubiesen salido vivos de allí así como así.

Cuando llegó Lupin, por un momento todo fue a peor. La sorpresa era inmensa. Tanto Avril como Hermione sintieron algo parecido. Juntas descubrieron el secreto de Lupin y tomaron la decisión de ocultarlo ya que confiaban en él. Descubrir que eran amigos y que lo ayudaba fue un golpe muy duro.

Mi pasado es vuestro futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora