Mi pasado es vuestro futuro

5. El principio de todo.

Disclaimer: Todos los personajes aquí mencionados, al igual que el mundo de Harry Potter pertenecen a J. K. Rowling, yo solo los tomo prestados. A excepción del personaje principal y su familia, que es creación mía.

Sin nada más que añadir: aquí el siguiente capítulo.

El principio de todo.

Cuando llegaron a Hogwarts, Avril subió a los carros tirados por los desde hace ya mucho tiempo visibles Thestrals, con el resto de alumnos. En el gran comedor se sentó junto con Lily, que le presentó a sus otras dos compañeras de cuarto Mary Macdonald y Marlene McKinnon. Pasaron toda la cena charlando sobre el verano y lo que les emocionaba empezar el nuevo curso.

Mary era una chica alta, de pelo castaño rizado y unos preciosos ojos verdes muy claros. Era de cara dulce y mona, con algunas pecas salteadas por ahí y por allá. Se comportaba de forma tímida y tranquila además de llevarse de fábula con Marlene. Esta era más un poco más baja que Mary, pero su seguridad en sí misma era abismal. Su pelo rizado y rubio la convertía en una femme fatale, con unos ojos marrones que expresaban todo lo que por su cabeza pasaba.

La ceremonia de selección y la cena pasaron tranquilas. En el momento de la canción del colegio, James y Sirius se pusieron de pié sobre los asientos y la cantaron a voz en grito variando la melodía (y de vez en cuando la letra), ignorando las miradas reprobatorias de la profesora McGonagall, pero siendo acompañados y guiados por la varita de Dumbledore. Después Avril fue a su Sala Común junto a sus nuevas compañeras de cuarto.

Allí subieron a su habitación donde encontraron todos sus baúles. Sin sueño alguno, decidieron celebrar la llegada de Avril con una guerra de almohadas hechizadas, que no duró mucho, pues todas estaban muy cansadas.

Esa noche, Avril soñó con su ceremonia de selección. Cuando el Sombrero fue colocado en su cabeza, ella cerró los ojos con fuerza, deseando estar en Gryffindor junto a Harry, Ron y Hermione de nuevo. Al volver a abrirlos, delante de ella el Sirius y Remus adultos estaban muertos en el suelo. Detrás de ellos, toda una pila de cuerpos más, en la que estaban su padre y su madre, su abuela junto al resto de su familia y todos sus conocidos y amigos: Tonks, Snape, Dumbledore, toda la familia Weasley, Hermione,... Girando hacia un lado, completamente horrorizada, una Lily y un James adolescentes estaban tirados inconscientes y cogidos de la mano.

- Es culpa tuya. - susurró una voz en su oído.

Asustada se giró a ver a quien pertenecía.

- Tú eres la culpable. - era Harry. Pero sus ojos no eran los de él. Tenía el iris rojo y su pupila era una línea en vertical - Es tu culpa. Todos están muertos y es tu culpa.

El Gran Comedor estaba lleno de alumnos muertos por todos lados. Incluso los profesores.

- Es todo culpa tuya - ella solo negaba con la cabeza, llorando y sin poder hablar. - Podrías haberlo evitado... pero no has querido. Por lo tanto, es culpa tuya.

Avril despertó de madrugada, empapada en sudor y con lágrimas recorriéndole el rostro. Le apetecía un vaso de leche, pero no se atrevía a romper las reglas nada más empezado el curso simplemente por un hábito. Tardo una hora en volver a dormirse.

- ¿Deberíamos despertarla?

- Parece realmente agotada. Dejémosla dormir.

- Pero va a perderse el desayuno y podría acabar llegando tarde a clase.

Los murmullos alrededor de ella terminaron penetrando en su mente y despertándola un poco.

- Maldita sea Hermione, ¿cuántas veces te he dicho que no me despiertes hasta que sea la hora de desayunar? - dijo somnolienta y tapándose con las sábanas.