twenty one

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A la mañana siguiente había ojeras debajo de los cansados ojos de Michael debido que después de despertarse a las tres de la madrugada debido a aquel sueño ya no había podido dormir.

Esa mañana se quedó en la cama a pesar de no poder cerrar los ojos sin tener miedo. Le había dicho a su mamá que estaba enfermo mientras fingía unos estornudos que su mamá no se creyó, pero viendo a su bebé así le permitió que descansara por un día. Se pegó el día dando vueltas en su enorme cama mientras escuchaba sus discos de vinilos favoritos.

Por la tarde llamarón al timbre y sabía quién era, pero no le apetecía bajar a abrir, se encontraba realmente mal, así que no lo hizo.

Después de unos minutos sin que el timbre de la puerta principal dejara de sonar, su móvil empezó a vibrar.

lukey : ¿por qué no me abres? Puedo oír la música desde aquí

lukey : ábreme ahora mismo

lukey : ¡Michael!

Suspiró, pero en cierto modo le pareció tierno el que luke estuviese preocupado por él, porque lo estaba, ¿no?

"Entra por la puerta trasera del garaje, está abierta" Envió, seguro que luke se enfadaba, y no tenía ganas de soportarlo ahora, pero sería peor si lo ignoraba.

En menos de cinco minutos su lukey entró por la puerta de su habitación un tanto enfadado sin si quiera querer disimularlo. No dijo más que un seco 'hola' y se sentó a su lado en la cama.

El silencio acompañó las caricias en el cabello que le daba luke al menor durante casi una hora, pero finalmente Michael cansado de la situación rompió el silencio, con algo de miedo a decir verdad.

-Luke, ¿te puedo preguntar algo?

-Voy a ahorrarme el 'ya lo estás haciendo' – Se encogió de hombros.

-¿Eso es un sí?

El rubio asintió levemente con la cabeza, mirando a la rosada pared cubierta de adornos de la habitación del otro.

-Últimamente no me tratas muy bien, ¿es por qué estoy haciendo más amigos? Lukey, yo nunca te voy a dejar.

Michael había pronunciado suavemente, con sus mejores intenciones pero el otro lo miró desconcertado como si hubiese dicho la mayor tontería del mundo.

-Yo siempre te trato bien bebé. – Dijo más serio de lo normal.

Michael le miró, y sintió algo miedo al no ver la misma mirada dulce que conocía, una más agria a la que se estaba empezando a acostumbrar. Pero no podía más y estalló, se separo bruscamente sentándose sobre el colchón y gritó:

- Con respeto pero, ¡no soy un pedazo de pastel para que tu sólo me deseches!


***

siento no actualizar, le echo toda la culpa a la escuela de mierda :(


happy bday cry baby; muke auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora