De noche llegamos a Peñaflor, entramos en su centro, encontramos una tienda de armas, de todo tipo, las tomamos y las metimos en la camioneta.
Dormiríamos ahí, haríamos turnos, empezando por mi papá, Luis.
Costó hacer dormir a los bebés, lo que hizo atraer muertos, pero con los silenciadores no producimos ruido.
-Cuesta acostumbrarse a matar personas que estuvieron vivos, duele - dijo mi papá-.
-No es fácil- dijo Maggie, mi mamá-.
Me tocó dormir en el auto con Matías y Fernando, mientras que los adultos en la camioneta.
-¿Quieres hablar?-dijo Fernando a Matías-.
-No, estoy muy triste, no quiero vivir-dijo Matías-.
-No digas esas tonterías, tu familia desearía que éstes feliz y que no sufras- dije-.
-Dejenme respirar, voy a dormir.
Fernando y yo salimos un momento y nos sentamos arriba del auto.
-Fernando, ¿como estás?-dije-.
-Bien, tengo esperanzas de que podremos salir adelante si nos cuidamos y si nos mantenemos cuerdos-. Se río-.
-¿Qué opinas sobre seguir juntos en esto?
-Creó que si, mientras más juntos mejor.
-Quizás debamos pasar a un supermercado a buscar comida, si es que la hay- dije-.
Él se fue a acostar y yo fui a la camioneta, me subí y comenze a hablar con mi papá.
-Papá, ¿Qué vamos a hacer?
-Sobrevivir hijo, nada más.
-No quiero que muera más gente- me puse melancólico-.
-No llores, vas a tener que ser fuerte, tienes casi dieciocho años y ya éstas grande, está demás decir que no van a vivir todos, tienes que proteger a tu madre y a tu hermano, sea como sea, te quiero mucho- poniéndose a llorar-.
Nos abrazamos y nos quedamos haciendo guardia por un rato, luego me mandó a acostar, ya que luego me tocaba hacer turno.
Mi turno estuvo muy tranquilo, sólo un par de esas cosas, aunque igual me daba náuseas matarlos.
ESTÁS LEYENDO
The Walking Dead
FanfictionCuando no queda nada más que sobrevivir o luchar por los que quieres es cuando en realidad se le toma el peso a la vida. Historia de lucha, sufrimiento y a la vez felicidad que demuestra lo que en realidad se puede hacer por mantener a salvo tu vida...