2x03: Fiel a ustedes

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Era un centro comunitario gigante, estaba como nuevo y encerrado por dos cercas de hierro que lo rodeaban y no permitían pasar a casi ningún muerto.

Sólo debíamos eliminarlos y sería nuestro, ya no volveremos a sufrir nunca más y podremos descansar.

Comenzamos a descender el cerro, habían unos 30 no-vivientes, nos demoramos unos 5 minutos en bajar, habían muchas rocas sueltas y tuvimos que bajar entre todos para no caernos.

El centro era de unos 20 metros de ancho por 30 de largo, era muy grande y estaba demasiado protegido y lindo como para estar en este holocausto.

Se veía muy grande y posiblemente con muchas habitaciones, lo que nos hacía muy felices, pero entraremos con cuidado en caso de que haya un grupo o algo.

-Florencia, Matías, tía y yo por la derecha- los mandé- mamá, papá, abuela y Fernando por la izquierda, Amanda, tu te quedas con mi hermano.

Amanda no se opuso.

Los eliminamos sin mayor problema, por nuestro lado Matías los eliminó a casi todos, creó que en realidad es muy bueno con las pistolas.

Por el otro lado, los mataron casi todos mi abuela y mi mamá.

En verdad lo hice así, porque quiero que estemos todos preparados para pelear.

Mientras peleábamos, mi hermano, abrazó a Amanda, ya que creó que le está empezando a tener miedo a los caminantes.

La puerta estaba abierta, eso era muy sospechoso, entramos, caminamos por entre las dos rejas que habían y finalmente entramos por la segunda reja, en un portón para autos.

El patio era muy grande, al igual que el edificio, que tenía dos pisos y era de color verde claro.

Habían algunas cosechas muertas, secas y pisadas, había un camino que llegaba directamente al lugar, éste estaba cerrado por un portón grande, que estaba cerrado con un candado.

-Por suerte, llevamos unas bolas de hierro con puntas- dijo Amanda-.

Comenzó a pegarle al candado, éste comenzó a machacarse hasta abrirse, ella tomó el candado y dijo:

-Preparense para disparar, uno...dos...¡tres!

Ella abrió el portón hasta el fondo y no había nada, sólo un pasillo largo con 6 habitaciones y con escaleras al fondo.

Nos separamos en tres grupos y comenzamos a revisar las habitaciones.

Íbamos muy precavidos, y en cada una de las piezas habían juguetes y camas; todo desordenado.

Al final subimos todos juntos y arriba estaba lleno de cosas tiradas, más juguetes, papeles, dibujos, ropa, muebles en el suelo, todo esto en el pasillo de la izquierda, pues habían dos pasillos, uno para cada ala del segundo piso.

Luego de revisar, el área izquierda, fuimos a la derecha, en donde había un baño, un "ático" y una pieza que no habíamos revisado, íbamos a abrir la puerta hasta que...

-¡Son pasos! ¡Tomen sus armas!- dije-.

Abrí la puerta.

-¡Alto! ¡No se acerquen!

Era una chica de unos 20 años con un cuchillo, que tiritaba en su mano, incluso lo tenia mal sostenido.

-Tranquila, no te haremos daño- dijo mi mamá- ¿Quién eres?, ¿Hay más personas aquí?- acercándose a la chica y quitándole el cuchillo-.

-Me llamó Catalina y no, no hay nadie más, todos se escaparon y murieron, yo sólo me encerré aquí y no he salido desde el principio.

Nos llevó hasta la cocina, que estaba en el piso de abajo, en una sala que estaba en el primer piso.

-Gracias a este lugar he sobrevivido, está lleno de comida para un año y tambien mucha agua- dijo Catalina-.

-Disculpa, pero ¿Qué tipo de centro era éste?- preguntó Florencia-.

-Era un centro para huérfanos,- dijo- estoy aquí desde hace 10 años, ahora tengo 19, ¿Y ustedes de dónde son y cuál es su historia?

Le contamos nuestra larga historia y ella también nos contó que nadie había estado aquí, desde que comenzó, está más vacío que ningún otro lugar, sólo un hombre grande que pasó por el lugar sin siquiera acercarse y con apariencia muy desgastada.

-Bueno, tendrás que aprender a sobrevivir, creó que ya eres parte de nuestro grupo,- dije- aquí nos cuidamos entre todos sin dudarlo, así que si quieres seguir viva y aunque suene duro, vas a tener que aportar y hacer el pacto de sangre.

Ella lo hizo sin dudar, después de todo no tenía otra elección.

Era muy simpática, se hizo muy amiga de todos y nos dió de comer y beber.

Ya se hacía de noche y nos fuimos todos a dormir, por primera vez todos separados, y muy cómodos.

-Buenas noches- le dije a Florencia-.

-Buenas noches- me dijo- mañana será un largo día y un nuevo comienzo, hay mucho que hacer y tienes que distribuir las tareas.

-Sí, crearemos un lugar de vigilancia, organizaremos lo que tenemos, comenzaremos a cosechar y mucho más.

-Confío en Catalina- me dijo-.

-Yo también, y todos, pero hay alguien que no confía, Fernando, el me dijo que la vigilará, ya que cree que está fingiendo y que es imposible que haya sobrevivido tan fácilmente, pero se le pasará.

Al otro día, comenzamos con las tareas, mi madre, será la encargada de la cocina, lo que tenemos y como racionamos, mi abuela estará con su ametralladora desde una torre que construiremos junto a mi padre y Matías con Fernando.

Mi tía se encargará de matar a través de las rejas a los muertos que se acerquen, para que no se acumulen.

Amanda hará clases con las armas y cuidará de mi hermano cuando pueda.

Y, por último Catalina, cultivará para poder tener alimento cuando se acabe.

Estoy seguro de que funcionará...

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