1x12: ¿Por qué? (Final de Temporada)

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La puerta se cayó, sólo quedaba el armario y Matías ya no podía controlar el empuje que hacían los muertos.

Mi tía comenzó a ayudarlo, Matías tomó la escopeta y comenzó a matar a los caminantes que se metían por las orillas.

Tenían que probar las cuerdas, y si podrían pasar. Matías dejó de disparar.

Comenzó a cruzar Matías, él fue el valiente que se ofreció, a probar la cuerda.

Las casas se separaban por 5 metros,a aproximadamente, por lo que al medio de la cuerda, se empezaba a hundir, así que tenían que pasar rápidamente.

Empezó a cruzar, cuando llegó al medio, se empezó a hundir, y los caminantes cada vez se ponían más locos por agarrarlo, estaba repleto y se hundía de a poco la cuerda

-¡Tiren, tiren, rápido!

De nuestro lado, todos comenzamos a tirar y Matías pudo lograr cruzar.

-¡Todo bien, cruzen!- gritó mi mamá-.

Comenzó a cruzar Amanda, ella lo logró rápidamente y todo salió bien, pesaba tan poco que ni siquiera se hundió la cuerda.

Sólo faltaba Alejandra, mi papá Luis, mi tía Carolina y Agustina.

Mi papá intercambio de puesto con mi tía, para cubrir, mientras mi tía comenzaba a matar a más muertos.

Mi tía decidió cruzar sóla, no tenía fuerzas, por detener el armario y no se arriesgaría a llevar a mi prima ya que probablemente se caerían.

Fue una mala decisión, ya que Alejandra era un poco de peso y tendría problemas para llevar a Agustina.

-Alejandra, cuidala como a tu vida, por favor, queda muy poco para que entren los caminantes, por favor, yo no tengo fuerzas.

Mi tía cruzó rápidamente con las pocas fuerzas que le quedaban y se puso en la ventana a recibir a mi prima.

Mi papá ya no los resistía más, estaban entrando y ya no podría aguantar por mucho más tiempo.

-¡Cruza ya, Alejandra!

Ella se subió y tomó a mi prima en brazos, se sujetaron con el arnés y empezaron a avanzar.

A medida que llegaban al centro, el peso se iba notando y estaban comenzando a descender.

-Rápido, por favor!- gritaba mi tía-.

Los caminantes salieron por las orillas y terminaron botando el armario.

Mi papá tuvo que correr y sujetarse de la cuerda y comenzar a avanzar colgándose.

La casa se repleto de muertos vivientes.

Estaban haciendo mucho peso, los pies de Alejandra ya tocaban las manos de los caminantes, que cada vez estaban más como locos por comer.

Mi papá no quería avanzar, para no hacer más peso.

-¡¿Por qué te demoras tanto?!

Llegaron al centro, la cuerda no daba para más y mi prima lloraba como loca.

Los muertos de la casa donde estaban, también, se "morían" por comérselos.

Alejandra, dejó de avanzar, paró por un momento y dijo con su voz rara que a veces usaba cuando hablaba cosas aún más raras.

-No podremos vivir, nadie vivirá, sólo una podrá cruzar...!- parecía que gritaba sin conocimiento-.

Ella se puso a repetir sin parar eso, y a todos nos sorprendió.

Mi tía sentía impotencia por no poder ir a buscar a mi prima, pues si se subía a la cuerda, ésta seguramente caería.

Los caminantes , ya estaban tomando las piernas de Alejandra.

-Sólo una va a vivir aquí...- comenzó otra vez-.

Y tomó a Agustina.

Todos nos sorprendimos, parecía que la iba a tirar hacia nosotros, aunque no llegaría, probablemente.

-¡¡¡Y esa soy yo!!!- lanzó a Agustina hacia abajo.

No borraré esa imagen jamás, Agustina llorando, la tomaron, desapareció entre la masa de caminantes y fue devorada, escuche a mi tía llorar y gritar como loca, cerré mis ojos y abrazé a Florencia.

-¡¡¡¡Noooo!!!!¡¿Por qué?!- gritaba mi tía- ¡¿Por qué?!, ¡¿Por qué?, ¡¡Maldita!!

Alejandra trepó y llegó hasta nosotros y con su tono de loca dijo:

-¡¡Estoy viva!!

-¡¡Te voy a matar perra!!- gritó mi tía, ella le quitó el machete a mi mamá, le partió el cráneo en dos a Alejandra y la empujó a los caminantes.

Nadie dijo nada, ni siquiera Fernando, sabía que su mamá estaba loca, por eso comprendió, aunque de igual manera lloró.

Mi papá cruzó, lentamente, tomó el arnés y llegó hasta nosotros, abrazó a mi hermano y a mi mamá.

Todos estábamos devastados por lo sucedido.

Día 16

Las hordas han empezado a aparecer con menos frecuencia, tomaremos lo que podamos y comenzaremos un nuevo rumbo, no se podía estar allí, prácticamente habían destruído todo en las casas y todo estaba lleno de sangre.

El día anterior, casi nadie habló, excepto mi tía, quien le pidió disculpas a Fernando, a lo que éste las aceptó, pidiéndole disculpas por la muerte de su hija.

Finalmente hoy empezaremos, otra vez de nuevo, pero desde ahora, no seremos los mismos.

Continuará...

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