Narra Amanda
Este lugar es muy normal, de hecho pareciese que todo la gente agresiva de Jyosef, no estuviera junto a las familias o grupos tranquilos que viven en las salas.
El colegio es muy grande, tiene muchas salas, un patio al centro muy grande, a la izquierda hay una especie de "plaza" con mucho pasto, y también todo el lugar está rodeado de paredes, que tienen escaleras, junto con superficies para poder vigilar.
Al parecer se están expandiendo, pues a la distancia, a la derecha, se puede divisar como las paredes, están alcanzando casas y más calles.
Aproximadamente deben haber unas 40 personas "normales", y unos 20 estúpidos, vestidos con protecciones como de policía, incluyendo a Jyosef.
Lamentablemente no pude lograr escapar, por lo que Jyosef, me está empujando y obligando a que camine, y vaya hacia una sala bastante grande.
Cuando él, va pasando por las familias, las personas saludan con mucha naturalidad a Jyosef, sin importarles que éste enfermo, lleve a una mujer sangrando, y que hayan muchas personas muertas tiradas en el piso, producto de la granada lanzada por nosotros.
Por suerte, los demás me escucharon y no volvieron, sino, probablemente ya estaríamos muertos.
-Vas a retorcerte del dolor, cuando te haga todo lo que tengo planeado para ti- dijo Jyosef con su risa de psicópata-.
-Ya veremos quien es el que se retorcerá cuando te maté- le digo seriamente-.
-Jajaja-rió irónicamente-tú,- me apuntó- hacerme algo a mí, una mujer, flaca y sin nadie que la proteja, que loca que estás.
Tomó mi larga cabellera castaña y me lanzó al suelo en medio de la gran sala, la cuál estaba a oscuras y con muchas cadenas atadas a las paredes.
-Diego, Sebastián,- los dos hombres lo miraron atentamente- vigilen a ésta y procuren que este preparada para cuando vuelva, iré a poner a la gente a que me rindan los honores.
-Sí Jyosef,- dijeron en tono militar- a sus ordenes-.
Los hombres me tomaron de los brazos, yo intentaba forcejear con ellos, pero aunque les dí problemas, me pegaron un puñetazo en la cara y me encadenaron.
Ellos salieron, pero se quedaron en las puertas por fuera, lo supe ya que se les escuchaba conversar.
Una luz muy fuerte, iluminó la pieza, dejándome por un momento enceguecida al no ver luz que no sea el sol, desde que todo comenzó.
De pronto, tres mujeres más, me miraron con una melancolía en su rostro, que me sorprendió, no tengo idea, de cómo no las noté al entrar.
-¿Quiénes son ustedes?- pregunté seriamente-.
-Yo soy Camila, ella es Sofía y ella Daniela- me decía mientras las dos, miraban todas demacradas-.
-¿Cómo llegaron aquí y quién les hizo eso?- pregunté haciendo una mueca con mi cara apuntando a sus cuerpos que estaban sólo con ropa interior y llenas de marcas de heridas.
-Creo que llegamos de la misma forma que tú,- dijo Sofía- se nota que no eres de aquí, llegamos hace unas semanas.
-Fue Jyosef,- comenzó a decir Daniela mientras dos silenciosas lágrimas caían de sus ojos- es un maldito sin cerebro, que nos ocupa de objeto sexual y nos tiene aquí-.
No pude contestar nada, quede perpleja a lo que contó Daniela. De pronto un golpe en la puerta nos interrumpe.
-Cállense allá dentro- gritó uno de los hombres-.
-Vete al diablo- le gritó Sofía-.
-¿Y tú, por qué llegaste aquí?- preguntó la delgada chica de ojos verdes Camila-.
-Venía con mi grupo, Jyosef y sus hombres nos habían atacado y llegamos hasta acá a contraatacar, pero después de un conflicto, intentamos volver, pero él me atrapó- dije sinceramente-.
-¿Y tu grupo te dejó?
-No, yo les dije que me dejaran, puedo cuidarme sóla y además, si ellos hubieran vuelto, ya estaríamos muertos.
Un silencio llenó la sala por unos minutos, hasta que volví a hablar.
-¿Nunca han intentado escapar?
-No se puede, en ningún momento salimos, incluso nos traen la comida y sólo nos sueltan un brazo.
Mi cabeza inmediatamente comenzó a idear un plan para poder escapar, durante esos momentos de comida, les quitaría un arma y saldría, pero será bastante difícil y necesitaré ayuda y no sé si pueda confiar en las chicas de aquí. Soy muy desconfiada y he podido valerme por mí misma antes de unirme al grupo de Franco.
Luego de unos 30 minutos, Jyosef nuevamente entró a la sala con su risa malvada y despiadada, la luz fue perdiendo fuerza, hasta quedar muy tenue.
-Supongo que hoy te toca a ti,- me apuntó- no te alarmes, esto está recién comenzando- iba acercando sus manos hacia mí-.
-¡¡Aléjate de mí, maldito psicópata!!
Me levanté del suelo y luchaba con todas mis fuerzas contra las cadenas.
-Te daré una última oportunidad,- dijo- para que veas que bueno soy, ¿Qué prefieres: O trabajas para mí y haces todo lo que te diga o te violaré hasta que ya no sientas ni una sóla pizca de dignidad sobre tu delgado cuerpo?
Puso su cara frente a la mía, que no dejaba de moverse.
No respondí, sólo me agitaba.
-¡Responde, maldita sea!- me pegó una cachetada en mi rostro.
Se acercó más a mi.
-Nin... gu...na- dije lentamente- ¡¡¡¡Ninguna!!!!
Levanté mi pierna y le golpeé la entrepierna.
-¿¡Cómo te atreves estúpida desgraciada!?
Levantó su puño y levantándose de su caída por el dolor que le cause, golpeó con su puño mi cara, haciendo que cayera al suelo sin fuerzas.
-Tuviste tu oportunidad- dijo comenzando a bajarse sus pantalones, ante la mirada de todas las chicas-.
Cerré mis ojos, esperando lo peor y pensando que algún día me vengaré.
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The Walking Dead
FanfictionCuando no queda nada más que sobrevivir o luchar por los que quieres es cuando en realidad se le toma el peso a la vida. Historia de lucha, sufrimiento y a la vez felicidad que demuestra lo que en realidad se puede hacer por mantener a salvo tu vida...