No de nuevo...

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XVIII

El sol por fin salió luego de una larga noche. Mordecai no había podido dormir absolutamente nada por pensar en todo lo que había sucedido el día anterior. Sus sospechas por Margarita y los sucesos en el desierto aún rondaban por su cabeza aunque muy poco esa mañana. Había intentado de todo anoche, desde beber leche tibia hasta tomar un baño caliente; pero nada pudo relajarlo.

Sentado sobre su cama y con ambas manos sosteniendo su pesada cabeza, Mordecai se inclinó a ver por la ventana desde donde estaba. De pronto, el estruendoso ringtone del teléfono de Rigby rompió el silencio de la mañana, poniendo al peliazul de mal humor. Ante la demora del castaño por despertar, tomó una de sus almohadas y se la aventó a la cabeza. Rigby se agitó escandalosamente.

Rigby: ¡Aaahh! !Fue la gallina, yo no lo hice!

El castaño rodó sobre el trampolín cayendo al suelo. Mordecai lo vio arrastrarse por debajo de éste y luego una delgada mano sobresalió por debajo del trampolín para llevarse el teléfono celular consigo. La alarma dejó de sonar pero ahora se escuchaban los ronquidos de Rigby en la habitación.

Mordecai: ¡¡Ya despierta, Rigby!! *patea el trampolín*

Rigby: ¡Cómo molestas!

En protesta, Rigby le devolvió el almohadazo, para luego salir corriendo del cuarto antes de que Mordecai pudiera alcanzarlo por haberle pegado en la cara. Papaleta, quien pasaba por la puerta en ese momento, los saludó a ambos alegremente mientras veía a Rigby correr hacia el ático.

Papaleta: ¡Hola Mordecai! ¿No es este otro bello día?

Mordecai: Que tal Papaleta... *bostezando*

Papaleta: Te ves muy cansado *preocupado*¿Te sucede algo?

Mordecai: Pesadillas... zzzZZZ... *Quedándose dormido de pie*

Papaleta: ¡Mordecai!

Mordecai: ¡¿Ah, qué?!... ¿qué?...

Papaleta: Oh, si Benson te ve así...

Mordecai: No... no. *Bostezo* Estoy bien, en serio.

Papaleta: Ven conmigo, creo que tengo algo que podría ayudarte.

Ambos salieron de la habitación pero Mordecai tropezaba y se golpeaba con las paredes. Papaleta intentaba llevarlo por el brazo pero parecía un ebrio... uno muy alto y pesado además. En ese momento en que ambos recorrían el pasadizo con cuidado de no ser vistos, Rigby bajó del ático deslizándose por las escaleras y golpeando el suelo con los pies. Mordecai y Papaleta se espantaron tanto por la sorpresa, que cayeron inevitablemente de espaldas al suelo.

Rigby: ........ ¿Qué? *extrañado*

Papaleta: ¡shhhh...! *mirando a los lados* Parece que Mordecai se siente muy mal hoy, ayúdame a llevarlo a mi habitación antes de que Benson lo encuentre como está.

Rigby: Claro... ¿por qué no?

Ambos se pusieron al rededor de Mordecai, quien parecía que acababa de dormirse en el suelo. Papaleta no supo qué pensar así que levantaron a Mordecai a ciegas mientras conversaban...

Papaleta: ¿Qué fue lo que le pasó? No me digas que estuvieron bebiendo, Rigby. *serio*

Rigby: No, no. En realidad... tuvo un mal día ayer... *recordando los echos en el desierto*

Sin saber lo que hacían, lo sujetaron de un brazo y una pierna; Rigby por el lado derecho y Papaleta por el lado izquierdo, causando que Mordecai gritara de dolor porque lo estaban abriendo como a un compás en sus piernas. Rigby lo soltó de repente y antes de que Papaleta pudiera advertirle de que no lo hiciera, la cabeza de Mordecai estaba dando vueltas por el fuerte golpe que acababa de "darse".

Regular Show - El Descanso de la Monotonía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora