Chapter 11

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Chapter 11

[Narra Allan]

La de ayer fue una noche inolvidable. Recuerdo al menos cinco días increíbles en mi vida, de la mayoría no me arrepiento, pero el de ayer supera largamente a todos ellos. Aún puedo sentir los labios de Allen sobre los míos, sus lágrimas saladas y su respiración entrecortada. Para aclarar (y que no quede ninguna duda) no tuvimos sexo. ¿Acaso nos ven cara de fornicarios? Jamás. De hecho, después de ese inolvidable beso, ella se durmió en su cama (y como yo no quería salir a la oscuridad de la noche) pensé en dormir en el sofá. Sólo que hubo un ligero problema.

No había sofá.

Alguien tocó a la puerta. Camino en la oscuridad, deseando no tener que alejarme de Allen, pero aún así abro la puerta.

-- Marlene. -- digo asustado. Es demasiado extraño estar en la misma habitación que Allen a estas horas de la noche.

-- ¿Allan? Creí que te habías ido a tu cuarto hace rato. -- se asoma a un lado e intento bloquearle la vista. Pésimo error, ya que eso hace la situación más sospechosa. -- ¿Dónde está Allen..? -- para de hablar repentinamente y los ojos le brillan. Una sonrisa traviesa se dibuja en su cara y me mira con diversión.

-- No es lo que parece. -- le digo, y ella no hace más que reír.

-- Sí, por supuesto. -- dice riendo a carcajadas.

-- ¡Shhh! Está dormida.

-- Oh perdón, seguro quedó agotada después de tanta diversión.

-- ¡Marlene! -- le grito-susurro sonrojado.

-- Ya, hombre. -- dice Mar riendo a lo bajito. -- Sé que eres más listo que eso. Pero de todas formas... se los dije.

-- ¿El qué?

-- Algún día quedarán juntos, eso dije. -- ella golpea mi cabeza. -- Tanto pelo te ha fundido las neuronas.

-- ¿Sabes que eso no tiene sentido?

-- Ay, cállate. -- dice sacando algo de su bolsillo. -- Toma. No te preocupes en dormir en la cama, es Queen Size, No creo que pase nada extraño.

-- Eres la mejor. -- digo tomando lo que sacó del bolsillo. -- ¿Qué hago con esto?

-- Dáselo mañana, ella sabe.

Sale por la puerta y se pierde en la oscuridad de la noche. ¿Cómo puede caminar en la oscuridad con tanta confianza? Regreso a la cama (y vaya que sonó mal) y me acuesto al lado de Allen. Está acostada boca arriba, con una mano en su frente y otra en su estómago. Su pecho sube y baja con su respiración, su cabello está desordenado a su alrededor, y sus labios están sutilmente abiertos. Ella es tan preciosa, tan increíble, tan perfectamente imperfecta... Y me ama. ¡Me ama! Millones de personas en el mundo, y ella escogió amarme a mí. De sólo pensarlo me entran ganas de demostrarle una y otra vez cuánto la amo, cuánto la quiero, cuánto la atesoro. Un hombre no puede pedir más nada en este mundo.

No resisto y beso sus labios una vez más. Ella sonríe y se acomoda. Debe estar teniendo un sueño hermoso, por alguna razón desearía estar en ese sueño. Me quedo viéndola hasta que me duermo.

{..}

Despierto con el sonido del agua de la regadera chocando contra el suelo del baño. Miro la hora en mi reloj de mano, 8:23. El desayuno se sirve a las 8:45, así que suspiro aliviado de no habérmelo perdido. Me froto los ojos y miro a mi lado.

No está.

-- Vale, le llamaré en cuanto pueda llegar allá. -- su dulce voz se escucha a mis espaldas. -- Vale, bie.

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