Capítulo 2 ° M a l o s R u m o r e s °

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17 de Septiembre 2019.

Malva.

   Oscuridad, la penumbra parece arremolinarse a mi alrededor como si yo fuese su centro gravitacional; estoy soñando, lo sé por la sensación de adormecimiento y surrealidad que me cala hasta los huesos, sin embargo eso no impide que mi corazón palpite desbocadamente, el palpitar en mis oídos resultando ensordecedor. Estoy asustada, mi cuerpo tiembla en donde sea que me encuentre, tengo miedo por lo que pueda ver o escuchar en esta quimera, siendo lo único que me alivia el saber que recordare muy poco cuando despierte, lo que parece aliviarme efímeramente. Siendo así cuando repentinamente la opacidad a mí alrededor se aclara, sin saber si realmente se ha tratado de un parpadeo, o solo es el sueño que ha decidido hacer acto de presencia; poco a poco las cosas a mi alrededor comienzan a esclarecerse, arboles y pinos llenan el lugar, el olor a tierra mojada y leña quemada me crispa.

    El bosque es lo único que parece hacerme compañía, los arboles y pinos resultando ridículamente grandes a la distancia; por lo que observo me hallo en un claro de la floresta, el olor de los arboles de álamo y el césped, opacando precariamente el hedor que segundos antes me acojono. El aire que azota la arbolada me hace estremecer, por lo que me veo encaminándome en dirección al área boscosa en busca de refugio; la tierra y las rocas bajo mis pies me provocan cosquillas, el ulular de los búhos a la distancia me apacigua provisionalmente, mis pensamiento danzando vigorosamente alrededor del sueño acontecido anteriormente, ensoñación que al esclarecerse no hace más que provocarme terror, siendo así el momento en el que súbitamente el ambiente que me envuelve cambie.

   La luminiscencia que me ciñe baja impetuosamente, transformándose en un ambiente opaco en el que espectros parecen vagar arbitrariamente , me siento estremecer cuando los mismos ojos del sueño anterior se hacen presentes, risillas resuenan a mi alrededor, opacando el canto de los búhos que segundos antes me propagaban calma. Pero lo que más me inspira pánico es el hecho de que parecen notar mi presencia, los ojos clavados fijamente sobre mi anatomía me estudian; un sudor frío me recorre la espina vertebral cuando más de ellos comienzan a surgir. Sus orbes me observan con malicia y una promesa siniestra parece esconderse tras estos, siento pánico por mí, de lo que pueda pasarme, de lo que pueda acarrear esta pesadilla en mi mente.

   Pesadilla, porque eso es justo lo que es, ya no puedo simplemente engañarme sobre el tema, ya no más, no después de tantos años con sueños recurrentes, sueños tan reales como mi misma existencia en este mundo. Trago grueso y lanzo un vistazo a mi alrededor, en una manera de escapar ilesa de un posible ataque, sin embargo cuando ya he encontrado una salida potencial, los múltiples ojos que me analizan se dan media vuelta, la forma de su silueta mostrándose momentáneamente; ahogo una exclamación de tan solo verlos, arcadas y un pavor demandante me inundan como si de una avalancha se tratase. Para mi alivio, las criaturas se voltean en dirección contraria, observando algo que yo no vislumbro o escucho; suelto un pequeño suspiro en cuanto las sombras salen andando en esa dirección, no obstante uno de ellos me lanza una mirada amenazante, como tratando de decir que volverán por mí, y no puedo estar más segura de ello.

   En cuanto han desaparecido de mi vista, suelto un suspiro, la sensación de pánico en mi pecho sintiéndose menos pesada, sin embargo aún estoy con los sentidos alerta. Tras el pasar de unos segundos o minutos, no sabría decirlo con exactitud; pues el mundo de los sueños no resulta preciso, me veo avanzando en dirección a donde los espectros se han esfumado, no podría explicar el porqué me veo haciéndolo, no obstante lo hago y avanzo en dirección en donde los he dejado de avistar. La curiosidad y el por venir me provocan excitación y exaltación a la vez, sentimientos que me resultan tan extraños como placenteros a la vez, como si hubiesen formado parte de mi vida pasada.

La Clave: Lazos de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora