4 °S e n t i d o s O c u l t o s°

10K 677 15
                                    

"Cuando una persona nos decepciona es inevitable sentir esa pequeña marca en el alma, marca que funciona como brújula y advertencia de que nunca más nada podrá ser igual...como dicen por ahí, sí lo hizo una vez que te garantiza que no sucederá dos veces. Y en efecto piénsalo dos veces antes de traicionar algo tan valioso como la confianza."

Malva.

   Sentada sobre la superficie rugosa de un tronco, ahogo un suspiro y observo la situación que se desarrolla a mi alrededor, las personas que se mueven de un lado a otro comenzando a resultar molestas, el alboroto y la risas, demasiado fuertes para mi gusto, no obstante asiento con la cabeza en cuanto me preguntan si la estoy pasando bien; los mosquitos y la humedad hastiándome más de lo habitual, sin duda la caída del otoño comenzaba a ser de lo menos oportuna en este momento. El pasar de la semana resultando demasiado rápido, puesto que ya nos encontrábamos a sábado, fin de semana que se tomaría como excursión; propuesta que había sido dada por Ava el día anterior, acotación que me resultaba de lo más graciosa; pues desde la distancia podía observarla fruncir el ceño, rascarse los brazos y las piernas cada tanto, por culpa de los mosquitos que merodean en el área. En pocas palabras me encuentro riéndome de ella disimuladamente, la morena sabía que no debía escoger esta área del bosque para el camping, puesto que está es la más infestada por insectos en el monte Forest; no obstante por más que los chicos y mi persona pedimos cambiar el lugar, Ava se negó alegando que se trata del mejor prado que podemos encontrar en el bosque, en cierta parte tenia razón, pero el hecho de que nos encontráramos en la estación del año menos indicada, le restaba puntos.

   Me acomodo sobre el tronco, enderezando la espalda, la cual ya comienza a cobrarme factura por estar en una posición encorvada; bostezo para levantarme y acercarme a ayudar a los chicos con las carpas , tarea que no nos toma más de dos horas gracias a su ya habilidosa experiencia para armarlas. Todos los años, a inicio de curso, el equipo de futbol americano del instituto realiza acampadas durante cuatro semanas seguidas, recibiendo el ingreso de los nuevos estudiantes con alegría y diversión; para los más antiguos resultando una situación amena para llevar los exámenes que pronto comenzarían. Para muchos era una época del año que no volvería a repetirse, no cuando los integrantes del equipo son demasiados quisquillosos con sus reuniones; en pocas palabras se trataba de una oportunidad imperdible que les permitiría expandir su círculo social, o simplemente exterminarlo al no asistir.

    Se trataba de un ambiente que reúne a todo la escuela en un mismo lugar, congregándola a un ambiente de risas, diversión y alcohol garantizado para su disfrute. No obstante lo que para muchos resultaba excitante, para mí se trataba de un escenario de lo más irritante, puesto que solo se trata de una distracción a los estudios, espectáculo que me saldrá caro al haber sido arrastrada a la misma; mis planes para asistir a una sola reunión marchandosé por el traste; por lo que ahora  no solo asisitiria a una sola acampada como lo tenia planeado, sino que ahora tendría tambien que venir la próxima semana. Fecha para la que ya tenía confirmación de mi asistencia y que no podría saltarme debido a mi promesa hacia Killian.

Recordando mi desdichada situación, taladro con la mirada a mi mejor amiga, quien se encuentra a unos cuantos metros de donde me encuentro riendo y tonteando con Jake, nuevo ligue que planea llevar a cabo durante este fin de semana; coqueteo que me parece de los más innecesario, pues solo tendría que decirle lo que tanto ansiaba y el Tailback del equipo se lo daría, después de todo su fama le atribuía el papel de Fuckboy del pueblo. El que se haya revolcado con la mayoría de la población femenina de la villa, resultándome repulsivo; los gustos de mi amiga siendo difíciles de comprender para mí, pero como dicen por ahí, entre gustos no hay disgustos.

— ¿Qué tanto miras?

   La pregunta que emplea el chico a mi lado me trae de nuevo a la realidad, con las mejillas rojas de la vergüenza me volteo a mirarlo, el no estar ayudando a la organización del camping abochornándome por completo.

La Clave: Lazos de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora