Varias semanas habían transcurrido, trayendo consigo la mejora en la imagen de Hermione (quien ya había salido de la enfermería) y el regreso a clase, pues las vacaciones de Navidad habían llegado a su fin. Los alumnos rumorearon por semanas acerca de su desaparición, creían que había sido petrificada. Mientras tanto, Harry, Ron y yo nos escabullíamos todas las noches para hacerle compañía y llevarle los deberes. Ahora ella se encontraba en la mesa de Gryffindor, suspirando por Lockhart. Finalmente, nuestra mejor amiga había podido desmentir los comentarios con su presencia.
Me senté en el Gran Comedor con náuseas que trataba de controlar. No me había levantado con el mejor ánimo del mundo, además que las paredes del lugar estaban decoradas con enormes flores de un rosa chillón, y del techo caía confeti con forma de corazones, todo haciendo alusión al famoso «Día de San Valentín» y causando en mí un repulsión inmensa.
— Merlín, qué asco —musité.
Era uno de los días más ridículos que conocía, o al menos así lo hacía ver Lockhart. Ahora mismo todo el mundo se rodeaba de tonos rosas (o si mucho, rojo chillón) y sonreía como si estuviese en un anuncio de El Profeta promocionando un nuevo dentífrico. Era el mismísimo infierno.
— ¡SIRRAH, SIRRAH! —corrió hasta mí Margot, llamando la atención de toda la mesa de Slytherin, los cuales (la mayoría) compartían un semblante similar al mío— . ¡¿Tomaste mi colgante?!
— Buenos días a ti también —solté sarcástica.
— ¿SÍ O NO? —escuché muchos "ohh" a mi alrededor, pues el rostro de la rubia se estaba llenando de pequeñas y superficiales plumas. Siempre resultaba emocionante de ver.
— ¡SÍ, cálmate! —la senté de un jalón. Ella suspiró con dificultad e inhaló hondo, dejando el rastro de su furia en sólo dos pequeños ojos que iban recuperando su tamaño normal con el paso de los segundos— . Lo encontré tirado en nuestra Sala Común y lo recogí. Toma y de nada.
— Lo siento, Sirrah, ¿sí? Es que... Es muy importante para mí, me lo regalaron hoy para el día de San Valentín —extendió su mano para alcanzar algunos corazones y los oliscó— . Qué hermoso —soltó con voz ensoñada.
No me sorprendía nada que tuviera la misma reacción que Herms.
— ¿Quién te lo dio? —pregunté comiendo, pues mi amiga había recibido numerosos presentes, al igual (extrañamente) que yo. Ella se mordió el labio, bajando la cabeza— . Ya, no es necesario que digas su nombre. Ya sé quién.
— Lo siento —murmuró— . Ahm... vi tu cama, hay bastaante regalos, ¿eh? —me codeó las costillas.
— Ajá —respondí con mi boca llena de galletas de chocolate.
— Te dije que tenías muchos admiradores —la miré incrédula— . Por Salazar, ojos grises, piel pálida, cabello largo perla; eres una criatura exótica —arrugué la nariz, ¿eso es un cumplido?— . ¿Algún presente de George?
— No, espero que no —admití.
— ¿Qué? ¿Por qué? ¡Si son novios!
— ¡Shhhh! —la halé de la túnica hacia mí, para que pudiera escuchar mis susurros— . Porque él sabe que no me gustan estas cosas.
— Pero ¿por qué? Si es un día para el amor, la amistad, l'amour —murmuró, haciendo un baile con sus cejas.
— L'amour ne signifie pas cadeaux —susurré «El amor no significa presentes». Ella asintió sin convencerse.
— Es verdad, pero tienes que admitir que los presentes son grandes demostraciones.
Para empeorar el asunto, Lockhart interrumpió de repente.
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Sirrah Black & la Cámara Secreta | SBLAH #2
FanfictionDespués de un primer año de muchas sorpresas, Sirrah Black debe enfrentarse a una verdad sobre sí misma que parece cambiarlo todo. Sin embargo, su don para meterse en problemas la distraerá con una cita con el ministerio, un enfrentamiento con el mi...