Historia de un Destino. (NO TERMINADA)

Compañera de la Luz

Año 2942, Tercera Edad:

-¡Rápido Aragorn! Con un poco de suerte no se habrá despertado aún.

Mis palabras hacen correr a mi compañero y que yo pueda recoger cuanto antes las pocas pertenencias mutuas que llevamos encima. Salimos de la posada con prisa pero con sigilo, no queremos cruzarnos con esa singular muchacha, no es de fiar. El sol todavía no ha salido. Por fin llegamos a los caballos, que siguen amarrados al barrote donde los dejamos ayer y caminamos hacia las puertas principales. Ordenamos al centinela que nos abra la puerta pequeña y cuando creemos que ya todo nos ha salido cómo planeábamos, vemos ante nosotros un caballo pequeño y muy simple acompañado de una compañera que esta parada delante de nosotros.....Pronto reconozco esa muchacha y una frase sale de mi boca.

-No puede ser verdad....

Aragorn al oírme saca unas carcajadas de su garganta y se acerca a ella, susurrándome.

-Tranquilo, sobrevivirás.

La muchacha se acerca a nosotros con un rostro de evidente enfado pero pacífico. Pronto me dirige la mirada y pregunta, con una pícara sonrisa.

-¿Nunca te han dicho que tienes el pelo como una princesa mimada?

Yo no respondo, sólo me quedo mirándola fijamente, con curiosidad, a lo que Aragorn me responde, antes de subir al caballo.

-Creo que nos lo vamos a pasar muy bien juntos....

Yo saco una mueca leve de risa, de burla y me siento en mi caballo blanco como la luna. Aragorn se posiciona delante nuestra y grita a lo lejos.

-Legolas y yo vamos a nuestro ritmo, si quieres venirte con nosotros tendrás que acatar nuestras normas y no retrasarnos.

La muchacha se pone delante de mí, me observa, mueve su cabello pelirrojo con burla y responde, casi chillando.

-Tranquilo, he cuidado de mi misma toda mi vida.

Galopa Aragorn a lo que ella responde haciendo lo mismo. Yo suspiro y miro al cielo, con melancolía y pronto cojo las riendas de mi montura, siguiéndolos de muy cerca, por el camino principal.

Durante el trayecto no comentamos nada, sólo unas pequeñas señas entre nosotros. Leliana poco conversa, sólo nos obedece y se queda absorta en sus propios pensamientos. Hacemos pequeños parones para beber agua y dar de comer a nuestros caballos. También tengo que reconocer que cuando veo esa melena pelirroja cabalgar contra el viento me recuerda a esa persona....esa persona la cual tiene la culpa de que esté tan amargado....

Se hace de noche y el sol se esconde, dejando paso a las hermosas y relucientes estrellas....La luna se posiciona orgullosa y erguida en el cielo estrellado. Aragorn y yo decidimos parar a descansar, ya es suficiente por hoy.

Decidimos que Aragorn vaya a cazar la cena de esta noche, mientras Leliana se ha ido a dejar los caballos al lado de un río cercano, a la vez que yo preparo una hoguera. Son cinco minutos los que tardo en prender la llama y en terminar mi labor. Me pregunto por un momento cuánto tarda la muchacha en amarrar los caballos....Cómo el aburrimiento se apodera de mí y sospecho de ella, voy a su encuentro.

Pero mis sospechas me traicionan pues visualizo detrás de unos arbustos, agachado, cómo acaricia a los caballos, con pasividad y armonía, con cariño. Para mi propio asombro, me quedo agazapado observándola.

La luz de las estrellas ilumina tanto el fino riachuelo cómo el propio rostro de Leliana. Sus ojos azules observan ahora la inmensidad del cielo oscuro, pero pronto baja los párpados. Ahora que mis ojos están más fijados en Leliana, puedo apreciar su bello rostro y su escultural cuerpo, tapado por el grueso ropaje que lleva encima. Tengo que reconocer que la joven es preciosa y tiene un bello atractivo....Además es muy misteriosa....De pronto empiezo a sentir compasión y diría que hasta un aprecio por la joven humana. Mientras que la observo encandilado, ella empieza a recitar una canción extraña para mí, delante del brillante río y de los ojos de la oscuridad, en un lenguaje muy antiguo. Yo la presto aún más atención y escucho con sutileza la melodía de su voz.