Año 2942, Tercera Edad:
-Déjame entrar a mi primero.
Accedo con silencio y ella golpea con sus nudillos la puerta de madera. Estamos varios segundos esperando en la oscuridad y Leliana retoma otra vez, ahora con más fuerza, el aporrear la casa. Ahora si, se oyen pasos fuertes acercándose. Se abre la vieja puerta de un golpe y de ella salen tres arcos apuntándonos directamente a la frente. Nosotros no nos inmutamos y Leliana no dice nada, solamente se limita a bajarse la capucha. Tras esto uno de los arcos cae al suelo y una muchacha de rostro castigado pero joven y valiente de cabellos oscuros y mediana estatura, sale al encuentro de Leliana, fundiéndose las dos en un corto abrazo y la desconocida rompe el silencio tenso.
-¿A qué esperáis? Es Leliana.
Las flechas ahora van dirigidas a mí, portándolas dos hombres, uno bastante joven, no más de una treintena de años humanos. Otro maduro, con media cara calcinada o quemada, el cual no me transmite buenas vibraciones. Al más joven de ellos dos le tiembla el pulso y yo correspondo bajando ahora sí mi capucha. Al ocurrir esto, mi compañera habla.
-Viene conmigo, es de fiar.
La amiga de Leliana hace un gesto hueco con el cuello a los demás y ellos bajan los arcos. Entramos en la casa, casi derruida, bastante descuidada, dónde sólo el techo se mantiene estable. En el centro hay un hueco de piedra que hace la función de chimenea improvisada al parecer. Está todo vacío y claro queda que no es su vivienda fija. Nadie me quita el ojo de encima, a lo que el joven habla con mucho asombro.
-¡Es un elfo!
La joven de cabellos oscuros pregunta a Leliana, con curiosidad y una leve impaciencia.
-¿Qué hace un elfo contigo, Leliana?
El más mayor blande ahora la espada y con un movimiento rápido me la pone en la nuez. Yo no me inmuto, sólo le miro con seriedad. Es más, ni si quiera llevo mi mano a mi daga, simplemente permanezco expectante. Él me visualiza amenazándome y finaliza.
-Cómo les toques o les hagas algún daño...
Leliana chilla ahora con orden y mando.
-¡Basta! Si hubiera querido matarte ya estarías muerto, no seas necio.
El desconocido mira ahora a su compañera y ésta le ordena que separe de mi cuello la espada mellada. Él baja el brazo ahora lentamente y escupe delante mía, dándose media vuelta y sentándose en frente del fuego. Yo no despego mi mirada de su persona. Simplemente decido aguantar mi ira interna y me tranquilizo yo sólo. Leliana me pide disculpas con la mirada. El joven interrumpe la incómoda situación.
-¿Es un elfo del bosque?
Mi compañera asiente y la muchacha de pelo negro se acomoda junto a Leliana. Yo me doy la vuelta y poso mis pertenencias y todo nuestro poco equipaje en otro rincón de la casa. Mis oídos de elfo me permiten escuchar la conversación entre Leliana y su amiga.
-Leliana, conoces a la perfección nuestras reglas. Sobre todo últimamente y más todavía por esta zona.
-Lo sé. Es mi compañero de viajes y no os hará ningún daño.
-¿Qué te trae por aquí? ¿Cómo nos has encontrado?
-Vamos a adentrarnos en el Bosque Negro. Llevamos varios días viajando y supuse encontraros por aquí. Ha sido pura suerte. Mañana al alba partiremos.
-No entiendo por qué quieres adentrarte ahí. Es un sitio lúgubre y sombrío. Algo malo crece en su interior...Y todavía menos entiendo que hace un elfo del bosque contigo.
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Historia de un Destino. (NO TERMINADA)
Fantasy'Cuando menos te lo esperas el pasado puede venir a remover el presente, y nunca sabes a donde te va a llevar, sólo puedes confiar en que sea un sitio al que deseas ir.' Historia totalmente diferente a los ya escritos. Historia fiel a los libros del...