Pasado Imborrable

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Año 2942, Tercera Edad:

-Vive libre.

-Muere en paz.

Separamos las manos y Aragorn se da la media vuelta, montándose en su corcel y guiñándome un ojo. Parte al galope y su melena se mueve libremente contra los primeros rayos del día, un día que preveo, será largo.

Yo me dirijo hacia los caballos y las mochilas donde se encuentra Leliana y empezamos a recoger nuestras pertenencias. Pronto acabamos y me subo al caballo, Leliana me detiene.

-Es mejor no utilizarlos por el camino, llamaría demasiado la atención. Además, no sabemos exactamente lo que nos deparará.

-Creía que sabías como llegar.

-Así es. Pero mejor prevenir que curar. Sígueme y mantente alerta.

Yo hago caso a sus indicaciones y ando detrás de ella a su vera. Pero me vuelvo a extrañar, ya que su intención es adentrarse otra vez por el bosque, cosa que no me convence mucho.

-No es buena idea adentrarse en el bosque.

-Si tomamos el camino principal, probablemente nos estarán esperando demasiados bandidos y anochecerá, cosa que no recomiendo. En cambio, conozco un atajo que nos librará de esos ladrones y llegaremos sin ningún rasguño.

-Me sigue sin parecer buena idea.

-Confía en mí.

Yo trago saliva y asiento con la cabeza, a lo que ella muestra una leve sonrisa y se adentra en el bosque. Un poco inseguro y con las dagas preparadas, la sigo pisándola los talones. Parece que sabe dónde va. Es joven, pero posee una experiencia impropia de una mujer de su edad. De todas formas, no me queda más remedio que hacerla caso.

El camino se me hace lento pero tranquilo. Leliana no habla, yo tampoco, ¿para qué? Sigo desconociendo muchas cosas de ella que me tienen bastante preocupado....Supongo que ya habrá tiempo de conocerla mejor....De momento sólo quiero llegar cuanto antes a La Comarca. Por lo que dice Leliana, falta poco y a este paso, llegaremos al anochecer a la puerta de Bolsón Cerrado. Por momentos parece que el sol va bajando a una velocidad sobrehumana. El tiempo se me hace escaso. Y pronto empieza a anochecer. La doy indicaciones a Leliana de que prosigamos, que no hace falta parar a descansar, tenemos que llegar cuanto antes. Estos lares me infundan extrañeza e inseguridad.

Mis sospechas se confirman, de entre los arbustos salen dos hombres grandes y mal armados. En un abrir y cerrar de ojos, armo mi arco con dos flechas y se las clavo profundamente en el pecho, casi al mismo tiempo. Mis ojos captan movimiento en otro arbusto por lo que lanzo una daga certera a las hojas. De entre ellas sale un chillido seco, fácil. Pero algo me sorprende, otro humano se acerca peligrosamente a la espalda de Leliana, pero no hace falta que la avise, pues en un rápido movimiento de caderas, coge un cuchillo de su pie y atraviesa el estómago del atrevido hombre, el cual cae al suelo, desangrándose, todavía moribundo. Parece que no existe ninguna amenaza más, así que me acerco a Leliana.

-¡¿No me dijiste que era seguro?!

-Deben de habernos seguido desde Bree....

-¿Por qué, que ocurre? ¿Qué está pasando?

Leliana tras oír y esquivar esto, empuña su otro cuchillo y se agacha hacia el hombre herido. Pienso que lo interrogará o algo similar, pero nada más lejos de la realidad. Posiciona al humano bocarriba y clava sus dos dagas en la barriga, sonando hueco. Yo me asombro ante eso.

Historia de un Destino. (NO TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora