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En medio de la noche el pequeño hibrido un tanto inquieto se incorporaba en la cama, desde que se volvió híbrido era capaz de percibir cosas aunque no sabia lo que eran le inquietaba y frustraba no tener control sobre las transformaciones o las percepciones. Las inquietudes se acentúaron cuando un ruido tras el llamo su atención y este utilizando su vision felina escrutava la oscuridad buscando el intruso.
- Hehehe Conde si sige asi dentro de poco no necesitará protección - el peliblanco apareció ante el con una gran sonrisa sarcástica que parecía querer ocultar algo - su demonio seguro le desagradara el no tener un pequeño Conde al que proteger - Ciel creyó ver malicia en los ojos del mayor
- Se quitara un trabajo de encima - Ciel se dejó caer otra vez con algo de fastidio - ¿Que haces aquí Undertaker?
- Pues resulta que acabo de llegar de la sociedad shinigami - el shinigami desvío la mirada y su sonrisa se quebró dejándolo serio - parece que tengo que devolver el valioso espécimen que me lleve, el que tanto cuide y atesore
- No soy un espécimen y no pienso volver - el menor se molesto ante aquel comentario y el shinigami volvió a reír
- No esta bajo tu control dulce Conde, William quiere su espécimen si yo quiero seguir viviendo tranquilo y alejarte de el demonio hihihi - el shinigami hizo un amago por cogerlo y el menor anonadado apenas pudo esquivarlo
- ¿Undertaker? - Ciel retrocedió cayéndose de la cama - ¿me vas a llevar? - retrocedio aun más ya en el suelo
- Ayi podré cuidarte yo y olvidaras al demonio - hizo una pausa entre risas dejando ver su vacío emocional, Undertaker necesitaba tener el monopolio  - además no puedes oponerte pequeño Conde, tu querido demonio tampoco pudo - una presión atenazo el pecho de Ciel que abrió los ojos y llamo desesperadamente a Sebastián sin obtener respuesta mientras sus ojos se volvían vidriosos - Hehehe no llore querido Conde, mi corazón le sigue perteneciendo - Undertaker comenzaba a acercarse al menor que sentado en el suelo miraba la nada emitiendo una extraña aura oscura. Cuando estuvo encima hizo por cogerlo pero al tocarlo su expresión cambio por ira y furia sus ojos azules ahora resplandecían en el rojo escarlata más intenso que hubiera visto y se clavaban sobre los suyos verdes como dagas - No me intimida Conde usted no será capaz de d- antes de terminar de hablar una inesperada garra había atravesado su costado. Ciel había adoptado rasgos felinos pero más que un gato juguetón parecia un felino salvaje con sus orejas negras dobladas hacía atrás en señal de pelea y su cola oscilando lenta y provocadora mientras Ciel lamía su garra ensangrentada.
- ¿Que le has echo? - Undertaker parecía descontento ¿cuando se había vuelto así de fuerte? se sujeto su costado sangrante con fuerza y lanzó una mirada desafiante y una sonrisa .
- Lo que debí haber hecho el día que lo vi por primera vez, ese ser no merece estar al lado de un ser como tú - dos zarpazos fueron esquivamos hábilmente por el peliblanco y un tercero dio en la hoja de la death scythe - no estés furioso pequeño Conde era cuestión de tiempo que os separase, el es una criatura muy oscura, la más oscura. Tarde o temprano su luz abría sucumbido a la oscuridad de el príncipe del averno - Undertaker intento abrazarse pero Ciel aprovecho la cercanía para atravesar su hombro haciendo que este retrocediera - No creas que eso te librará - la sonrisa de Undertaker se dejaba entrever en la oscuridad y el sonido de su sangre gotear comenzó a cautivar los demoníacos sentidos del menor cuyos ojos brillaban con fuerza y se fijaban sobre el rojo fluido que comenzaba a encharcar el suelo. Al ver aquello la sensatez se apoderó del shinigami que intento golpearlo con el canto de la death scythe pero este la esquivo con agilidad felina y salto sobre este dejándolo en el suelo con el menor encima apunto de atacar con su acelerada respiración agitando el pelo del shinigami.
- ¡FUERA! - Ciel se retiró despacio de el mayor dejando caer unas lágrimas que con amargura resbalaban por la cara del menor - ¡LARGO!¡NO QUIERO VERTE!¡FUERA!- Antes siquiera de que Undertaker saliera Ciel salió corriendo por el pasillo sintiendo sus lágrimas caer como perlas por su mejilla y un olor entre ferroso y dulce que invadía toda la mansión y que guiaba al menor que con las orejas caídas y la cola entre las piernas buscaba sala por sala sintiendo como ese olor se acentuaba según llegaba a la habitación del mayordomo principal.
Abrió la puerta con acertado miedo para encontrarse con la grotesca imagen. Sebastián se hallaba tirado en el suelo con los ojos abiertos mirando la nada y con una enorme brecha en la espalda que dejaba ver todas las entrañas y asta el suelo atraves de ella , aparentemente había intentado moverse porque el lugar donde estaba toda la sangre era la cama cuyas sabanas y mantas claras estaban de un intenso rojo que con el tiempo comenzaba a oscurecer.
El grito desgarrador del menor resonó por toda la mansión y este corrio hacia el frio cuerpo del mayor dandole la vuelta lo poso con cariño sobre su regazo manchandose de sangre.

Los primeros rayos de sol mostraban la imagen de un niño llorando inconsoloble sobre el cuerpo inerte de su amado con su cabeza apoyada en el pecho enjugando sus lágrimas de rabia e impotencia sobre la ensangrentada tela del mayor , llorando como no lo había echo nunca, ni cuando sus padres murieron, ni cuando mancillaron su cuerpo, ni siquiera cuando tuvo que tomar la decisión de matar a su tía, este dolor era diferente como si le arrancaran su corazón, su motivo de vida, quien lo había alentado a vivir un día más un dolor que lo estaba matando ¿Cuando había dejado que cálidos sentimientos como el amor lo llenasen? Por ese error el calido sentimiento ahora era frío y cortante.
La temblorosa voz del menor comenzó a sonar - Estúpido demonio - Ciel golpeó el pecho de Sebastián con su tembloroso puño - prometiste que estarías conmigo asta cumplir mi venganza... - abofeteó al otro salpicando la sangre que este tenía en la boca y cara -... hiciste que te quisiera solo para abandonarme a mi suerte otra vez ... Dijiste que no me mentirías - Ciel sentía toda su vida desmoronarse ante sus ojos y volvío a apoyar su cabeza sobre Sebastián rodeando el cuello del otro en un tembloroso abrazo - ¿me escuchas? Yo te quiero
- Yo también te quiero - lentas y roncas palabras salieron de los finos y azulados labios de Sebastián dejando Al menor con una mezcla de incredulidad , asombro y alegría - Necesito tu ayuda - Ciel casi salto en el sitio esperando órdenes - Necesito tu sangre
- ¿Como? - Ciel se toco la clavícula recordando cuando Sebastián mordió ayi
- Acercame tu...- la poca voz de Sebastián pareció apagarse por un instante - muñeca a la boca - no sabia cuando pero Sebastián había adoptado su forma demoníaca y cada vez que intentaba dar una bocanada de aire sus prominentes caninos quedaban a las vista unas milésimas que un poco asustado se decidió y lo hizo. Sebastián beso la muñeca y seguido mordió con ansias comenzando a succionar el líquido fluido. La heridas de Sebastián comenzaron a sanar a un ritmo increíble, incorporándose cuando pudo para succionar con más efectividad al mismo tiempo a Ciel le comenzaba a costar mantenerse erguido y en un momento dado cayó de costado y poco después quedo dormido.

Parecía medio día porque la luz despertó a Ciel que ha poco iba recordando lo traumatico , la sangre, Undertaker, Sebastián. Intento incorporarse pero un dolor severo que se extendía de su muñeca y un peso encima suyo lo hizo volver a caer percatándose de que estaba sobre la cama todo limpio como si nada hubiera pasado.
- ¿Sebastián? - como un susurro imperceptible lo nombro para recibir un apretón como repuesta, Sebastián estaba acostado a un lado abrazado a Ciel apretándolo contra su pecho. Ciel apoyó su cabeza sobre Sebastián y puso sus manos sobre donde debía estar la herida que ya no existía - Te odio demonio estúpido - se acurrucó más mirando a los ojos rubí del mayor.
- yo también te quiero Ciel - acarició el pelo del menor con ternura y se quedo boca arriba con el menor tumbado encima. - ¿me querías más cuando me vistes tirado en el suelo? - río un poco mientras el menor se sentó observándolo con fingida molestia.
- definitivamente te odio mucho

El secreto en el baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora