12

547 66 4
                                    

- Undertaker llevame a la mansion - Ciel suplicaba por el pasillo ante la negativa del peliblanco cuya expresión era de tristeza profunda .
- Yo no te llevare asta ahí - realmente había hundido el animo del mayor perder al menor tan rápido como lo ganó.
- Necesito ir - Ciel sabia que Sebastián lo estaría pasando mal y ese hecho causaba un nudo en su garganta, por otra parte estos días había conocido el verdadero Undertaker, y también le dolía dejarlo asi. Su corazón se había dividido.
- ¡ES QUE NO SE PORQUE TE EMPEÑAS EN PROTEGER AL DEMONIO!El puede defenderse solo- La voz de Undertaker sonaba quebrada, estaba intentando no llorar, Ciel sabia que esas palabras salían desde el más profundo dolor del mayor y eso le dolía tanto como pensar en el sufrimiento que estaría pasando Sebastián.
- Es porque... - la voz del menor sonó amarga  - Los que son tan fuertes como vosotros andan constantemente protegiendo , pero soys tan fuertes que no teneis a nadie que os proteja a vosotros ... Yo... Quisiera intentarlo...Quisiera protegeros - a pesar de que el pelo largo de Undertaker tapaba su cara Ciel sabia que estaba llorando, a lo que el solo lo abrazó intentando calmarlo igual que el peliblanco lo calmaba a el. Undertaker se dejo caer abrazando él cuerpo del menor que lo acariciaba con delicadeza con una mano mientras con la otra se tocaba él ojo del contrato.
-aqui no puede localizarte... - Undertaker se alejó un poco para mirarlo a los ojos - En esta dimensión sus poderes están bloqueados, el es incapaz de saber donde estas sin que lo llames - quitó la mano de Ciel de su ojo y lo observó unos segundos - y por lo débil que esta ni aunque lo llames podría escucharte.

Ciel horrorizado corrió al espejo más cercano para contemplar estupefacto como su ojo parecía casi normal, la marca era tan sutil que casi ni se veía.
- ¡Sebastián!
- No puede escucharte
-Llevame a la mansión - ya no soñaba como una orden, más bien parecía una súplica desesperada - Undertaker por favor

Unas horas después habían abandonado la sociedad shinigami adentrándose en una Londres nevada en plenas celebraciónes navideñas, con rumbo a la mansion. Undertaker llevaba en brazos un cansado Ciel que se quejaba de ir incomodo pues todavía no sabían muy bien como ocultar las alas de Ciel por lo que solo se limitaron a poner la camisa por encima encerrando susodichas.
- ¿No lo vas a llamar? -Preguntaba Undertaker un tanto confuso y dudoso.
- Mejor le damos la sorpresa - Undertaker no supo distinguir si fue con sarcasmo o no pues el joven Conde parecía molesto con el echo de que su demonio no lo hubiera buscado.

Sebastián se encontraba en un estado lamentable, el tiempo que había estado de incubo con Ciel se había fortalecido, pero todo este tiempo buscándolo con todo su potencial lo habían reducido a poco más que un cadáver andante. Había prometido fidelidad al menor, pero este no aparecía y necesitaba energías rápidas y fáciles por lo que llamo a unas tres "amigas" que le debian un favor para que le "dieran energía" de la manera en que incubos y sucubos lo hacen. Esto iba a llevar un tiempo por lo que simplemente se tumbó y lo dejo todo en las expertas manos de aquellas damiselas que lo hacían gozar pero no olvidarse de su pequeño amado.
Un lapso de tiempo después que no supo definir su instinto comenzó a alarmarlo , ¿sería por la sucumbo ?era la menor de las tres e intentaba engullir el miembro de este con torpeza por el estrecho tamaño de su boca, le recordaba alarmantemente a Ciel, tanto que casi creía olerlo ¿olerlo? Eso era imposible.

De un portazo se abrió la puerta - ¡SEB- el menor asta entonces sonriente, ni siquiera entro, cambio su rostro al de frialdad que solia usar con todo el mundo y con las mismas cogió la mano de Undertaker y comenzó su salida.
- ¡Ciel !- gritaba desesperado quitándose a las sucubos de encima y corriendo al pasillo tras Ciel y Undertaker - ¡Déjame explicarte! - El menor aceleró el paso pisando con más fuerza - ¡Ciel por favor, si me de- en ese momento las alas del furioso Ciel atravesaron la camisa y el abrigo dejándose entrever entre las ajadas ropas alzadas amenazantes.
-Escuchame bien Señor Michaelis, a partir de ahora y asta nuevo aviso no quiero verte- Los poderes demoníacos del menor estaban comenzando a salir dejando ver unos cortos cuernos finos hacía atrás y un aura amenazante oscura.
-Ciel esper- Undertaker que intuía el porque de todo aquello intento convencer al menor pero este solo abrió la ventana y se tiro. Debido a su falta de práctica solo planeo asta el jardín y se escabulló entre las sombras de la incipiente noche.
- justo hoy, el día en que recupera la memoria, el día que recuerda al dichoso demonio, resulta que este decidió serle infiel- Sebastián habría esperado burla y cachondeo del shinigami pero en cambio este estaba serio mirándolo - este tiempo que no recordaba quien era ha estado comportándose conmigo como lo hacía contigo -Sebastián apretaba los puños - No me extraña que ser tan dulce haya enamorado un demonio - Undertaker mostraba una sonrisa burlona y reía por lo bajo- Pero trate de advertirle que los demonios son seres desleales ... Aunque por otro lado quien iba a imaginar al gran gobernante del averno sometido por un híbrido asta este punto.- Sebastián no estaba enfadado con el otro, más bien no sentía nada, la nada más profunda, como si un pozo lo hubiese tragado. En un principio sentir le abrumaba, ahora no sentir lo asustaba porque significaba que realmente había perdido la confianza del menor.
- ¿Donde puedo encontrarlo ? - Sebastián se agarraba él pecho preocupado sin mirar al otro que paro de reir.
- En la torre cercana a mi tienda, es el único lugar en el que puede esconderse. Estará asustado por su nueva forma... - hizo una pausa cambiando su expresión a una triste -...aunque no me corresponde consolarlo esta vez.

En apenas unos segundos Sebastián estaba en la ventana giado por las indicaciones, observando a Ciel que solo estaba tirado sobre la blanca cama dando vueltas. No lloraba, tampoco estaba feliz, permanecía neutro mirando a la nada, demasiado serio .
- Ciel - nombraba con suavidad en demonio entrando, el menor se coloco boca abajo en la cama y utilizo sus alas para cubrir su cabeza - Te busqué todo este tiempo, Undertaker te llevo cuando yo baje la guardia - comenzaba a notar la espalda del menor moverse irregular, estaba sollozando - pero enseguida gaste mis energías... No tenía él menor indicio de donde podrías estar - acariciaba el suave y fino pelo del conde - ...Te busqué con todas mis fuerzas, negándome a creer que habias muerto como decian - Sebastián apoyo la cabeza en el pequeño hueco de la espalda entre las alas del Conde - Para cuando supe donde estabas yo ya estaba muy débil
En ese momento entro Undertaker arrancado al menor de debajo del demonio
- Hehehe lo siento por ti demonio, pero el tiempo que tu no estuviste, estuve yo - Ciel seguia llorando intentando disimularlo, abrazado al peliblanco que sonreía con sorna - Suficiente como para notar lo delicado que es, suficiente como para saber lo que le duele esto - Sebastián quedo estático, estaba intentando convencer al menor para que lo perdonase, por lo mucho que lo había echado en falta, pero no había pensado en que esa imagen podría haber sido extremadamente dolorosa.
- Ciel yo...no... Yo...- Sebastián no sabia como expresarse jamás había estado en esa tesitura - yo te amo - dijo finalmente
-¡AAAAAAHHHG!- Repentinamente Ciel se arqueo hacía atrás cayendo de los brazos del shinigami y agarrándose el ojo del contrato, retorciéndose de dolor apretando con fuerza el parche que sangraba.
- ¡Ciel! - Gritaban ambos seres corriendo a socorrer al pequeño niño que gritaba y se retorcía.

El secreto en el baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora