El pelirrojo huyó al ver las miradas de ambos seres que enfurecidos se disponían a matarlo.
-Seb...ba... - era imposible que el menor sobreviviera a una herida así y Sebastián lo supo nada más verla
- ¡Bocchan! - se arrodilló al lado del menor cogiéndolo en brazos y dibujando un pentagrama en su frente con su sangre. -bocchan resista un poco más - el demonio comenzó a decir unas palabras en un idioma parecido al latín al mismo tiempo el shinigami coloco una pluma de ángel sobre la herida y comenzó con otras palabras envolviendo a los tres en una espiral de luz blanca y roja que ascendia perdiendose en el techo. Ambos seres de manera apresurada recitando esos rituales mientras el pequeño confuso y agonizante bloqueaba intentando retener aire que se le escapaba mientras todo se le hacia negro a la vista. Se moría y solo podía escuchar con impotencia los gritos desesperados del demonio y después nada. La nad, la más absoluta y aterradora nada.Un tiempo que el no supo definir después despertó en un extraño lugar. El sitio no era conocido, lo sabia bien por la cama azul claro con dosel blanco en la que estaba y las paredes blancas «¿estoy muerto?» preguntaba parados adentros.
Cuando miro al costado pudo ver una extraña máquina que estaba conectada a su brazo por medio de vías y supuso que sería algún tipo de hospital. Lo último que recordaba era haber sido atravesado, pero no recordaba porque y realmente ahora no le importaba mucho.Inspeccionando un poco la sala se topó con un jarrón lleno de lirios del valle que parecían de fechas distintas a jugar por los más marchitos «¿cuanto tiempo llevo aquí?¿Quien me trae las flores?» se recriminó mentalmente al ver la cantidad de lirios que había. Intentando hacer memoria no recordaba mucho de su pasado, solo recordaba ser atravesado todo su demás pasado no estaba y eso lo desconcertaba.
Dos personas se acercaban por el pasillo a pasos ligeros.
-¿El demonio sabe algo de esto? - Decía una voz burlona y singular
-No sabe nada, ni siquiera sabemos donde fue después del accidente... En cualquier caso así tenemos él espécimen para nosotros - esta voz soñaba sería y firme, si el menor hubiera tenido que definirla la palabra era aburrida.
-No es un espécimen - marcaba con seriedad él otro mientras abría la puerta.
Se acercó a la mesilla dejando una nueva flor y acaricio la cabeza del menor con dulzura este había decidido hacerse el dormido .
-William no tienes excusa para lo que hiciste... - el de la voz singular parecía dolido y el otro estaba indiferente
-Sigue vivo, Undertaker - marcaba él otro - y no huvo guerra entre vosotros.
- Esta no es vida para un niño... - marcaba el de la voz singular a la vez que plantaba un beso sus labios «¿tengo pareja?»
El menor abrió los ojos con dificultad y curiosidad quería saber quien era el que lo trataba con tanta cercania y cariño. El ser que vio llevaba una chaqueta negra de cuello alto y unos pantalones negros ajustados, a un lado de los pantalones colgaba una cadena con medallones funerarios, tenía una laga cabellera blanca-plateada recogida en una gran trenza hacía un lado dejando ver sus imponentes ojos esmeralda que se habían fijado en él desde el momento en el que despertó.
- ¡Conde! - El mayor reflejo una sonrisa sincera - Que oportuno su despertar - el menor no entendía porque tanta formalidad si anteriormente lo había besado
- ¿donde estoy? - inmediatamente se reprochó haber soñado tan inseguro no sabia porque tenía la necesidad de aparentar fuerte
- Algo así como un hospital - el peliblanco se agachó asta quedar a la altura del menor - Me ha dado un buen susto Conde
- Perdón, yo no quería - esta frase sonó tan infantil e impropia que hizo que el otro sospechase
-Conde ¿Cuanto recuerdas? - con intriga se volvió a alzar sin perder la mirada del otro que se sentó en la cama mostrando dos alas de las que no era consciente, una blanca como la nieve pura y la otra negra como el abismo más profundo, morfologicamente iguales que las de un ave de caza.
- Recuerdo ser atravesado - coloco la mano donde debía estar la herida - Pero eso es todo
Sobre los labios del peliblanco se dibujó una enorme sonrisa a la que el otro ser que había en la sala solo chasqueó la lengua y quitó las vías que conectaban al menor con la maquina -Haz lo que quieras con el pero no estropees el espécimen- el de la voz aburrida salió de la sala con un gesto de desgana - tampoco lo pierdas...-¿Sabes donde estas?- preguntaba sentándose sobre la cama y acariciando sus piernas con cariño.
-No... - Miro hacía todos lados intentando encontrar algo familiar
-Estás en mi casa en la sociedad shinigami - El mayor se acercó un poco más peinando con los dedos los cabellos del pequeño.
-¿Eres un conocido? Te siento familiar... Como... Importante...- el menor cogió el extremo de la trenza jugueteando con el pelo del otro con inocencia, olvidando totalmente su carácter anterior.
- Algo así, alguien muy muy cercano - el otro sonreía ante él jugueteo del menor.
- ¿Que paso? Me refiero, para acabar atravesado - El menor agitó un poco las alas inconscientemente
- Las cosas tienes que recordarlas por tu propia voluntad - acaricio con delicadeza el ala blanca del menor captando las atención de este sobre sus alas.
- ¿Tu no tienes alas? - El menor giró la cabeza como intentando ver la espalda del otro
- Solo los seres muy especiales pueden tenerlas - Se giró Un poco para que el otro comprobará su espalda.
- ¿Cuanto tiempo llevo aquí ? - El menor hizo un amago por levantarse pero sus piernas cedieron y el mayor lo cogió en brazos.
- Un par de semanas, te va a costar volver a ponerte en pie por un tiempo - el mayor sonrió ante él menor que se agarraba a su cuello con suavidad.
- Quiero salir a pasear - el menor apoyó su cabeza en el hombro del otro hablando a su oido.
- Eso es bueno, siempre has sido muy curioso - dejo al menor en el suelo y cogiéndolo de un brazo para ayudarlo a andar - tendrás que ir andando, asi te ejercitas - dedico una sonrisa serena que el menor devolvióPasearon lentos por muchos lugares de aquel blanco sitio, todo parecía muy "puro" habían montones de shinigamis que miraban maravillados o asqueados al menor, despertaba ambos sentimientos por igual.
- ¿Porque nos buscan tanto? - el menor se escondía tras las piernas del peliblanco
- Porque somos seres conocidos por aquí - Acaricio un poco el hombro del menor intentando calmarlo cuando una estruendosa voz los llamo a ambos
- Uuuuundeeer-chaaaan , mocooosooooo - Aquel pelirrojo se acercó contoneándo las caderas haciendo difícil al menor distinguir él sexo del ser - ¡Ahhh! Mocoso, por fin despertaste, te hiciste de rogar por un cortecito - aquella voz se le hizo conocida y no sabia porque le hizo abandonar él carácter relajado y sumiso y adoptar uno temperamental y altanero. - Sebas-chan por fin me perdonara - Antes de dar tiempo a Undertaker a cortarlo salto Ciel exigiendo información
- ¿Quien eres? - la cara del mayor se volvió duda y al mirar al mayor comenzó a comprender un poco
- Ahhh que cruel olvidarte de mi, soy Grell Sutcliff - el pelirrojo hizo una pose dramática - Y ahora mismo Un corazón roto indefinido ~ death - El pelirrojo se alejó dramático igual que había llegado mientras mascullaba algo sobre un tal "Sebas-chan" al mismo tiempo que el menor abandonaba ese carácter y ganaba en curiosidad
- ¿Como te llamas? - pregunto El menor sin apartar la mirada del ser pelirrojo
- Undertaker - respondió con un poco de miedo a que el otro recordase
-¿y yo?- ahora el menor dirigió su mirada al mayor con curiosidad
- Tu eres Ciel - El menor quedo pensativo
- ¿y quien es el tal Sebas-chan ? -
Los ojos del mayor se abrieron como platos
- Es un demonio, uno que te alejo de mi durante demasiado tiempo - El menor lo miraba un poco confuso - pero lo importante es que ya estas a mi lado - le dedicó una sonrisa serena que trajo algunos recuerdos al menor.Undertaker burlón, riendo por todo, exigiendo su pago en carcajadas.
- Tu no eras asi ¿no? Tu eras... Te comportabas diferente... - El menor quedo mirando al otro que lo cogió en brazos
- Me has tenido tan preocupado este tiempo que creo que he cambiado - Ciel miraba directamente a los ojos a Undertaker que apoyo su frente contra la del menor.
-Siento que el tal Sebas-chan es importante para mi... - el menor se abrazó al otro con delicadeza, el otro sabia que mientras no recordase el nombre Sebastián no podría saber donde estaba el menor, y mucho menos si había despertado y con el tiempo el contrato podría debilitarse asta desaparecer. Aunque sabia que eso era difícil ya se notaba un tanto borroso el contrato en su ojo verde.Desde el día en que Ciel lo dejo Sebastián había saboreado la soledad de la eternidad. Se le veía demacrado despeinado, ojeroso, mal arreglado, sus ojos habían perdido esa intensidad carmesí y habían quedado en un opaco castaño dando al pobre demonio un aspecto mayor del que realmente quería aparentar. No sabia si el menor seguia vivo o muerto, tenia la esperanza de que continuara vivo pero el simbolo del contrato se esfumaba de su mano. Jamas habia tenido sentimientos y nunca los habia querido, pero no queria dejar de sentir ese dolor porque significaba que todavía no estaba con Ciel. Sabia que Undertaker se habia llevado el cuerpo y se odiaba por no haberlo seguido, seguia esperando que lo llamase, el nombre es como la cadena que los unía, si no lo pronunciaba esa cadena desaparecía y el echo de notar desaparecer él contrato le dolía . Cada hora, cada minuto, cada segundo se preguntaba cuanto tiempo tendría que esperar hasta poder tener a su pequeño Conde de nuevo mientras tanto seguiría en la mansión ahora vacía pues Los sirvientes estaban en la casa de Londres. Esperando.
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El secreto en el baile
Fiksi PenggemarEl joven Conde quería aceptar el reto de su mayordomo demoníaco le ofrecía con lascivia, aunque esperaba con más ansia la derrota que la victoria y a sabiendas del estado de su mayordomo le dedicó un lascivo baile. Así comenzó una lucha por el peque...