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Undertaker era consciente de lo que había sentenciado con su comportamiento. Sabia que había perdido la total confianza de Ciel, pero necesitaba intentarlo. Ahora vagaba con pesadumbre por su piso, recapacitando sobre lo sucedido mientras curaba sus heridas.
- ¡Hola amor! - Entraba por la ventana un animado pelirrojo haciendo un gesto con la mano
- Hola... - Undertaker se hayaba tirado en el sofá boca arriba tapando su rostro con su brazo
- Vengo a levantarte el ánimo y no en el sentido que yo quisiera
- Déjame regocijarme en mi inmundicia
- Que negativa actitud para lo que te traigo
- Suéltalo y déjame pudrirme tranquilo - descubrió su rostro dejando entrever sus enrojecidos ojos, rogando al otro soledad
- Tu querido "conde" pregunta por ti, te busca
- Es por ser un híbrido ... - sus palabras sonaron amargas
- Aunque sea por eso Ciel te esta llamando, parecía triste y el mayordomo enojado
- Solo es su naturaleza
- Pues su naturaleza hacía una mueca de sufrimiento muy real, igual que sus sollozos. Parecía realmente afligido - Grell hizo un gesto de despedida - vine por petición explícita del Conde. Ya he cumplido mi cometido - Grell se marchó dejando esa incertidumbre en el peliblanco.

En la mansión Phantomhive un niño lloraba sobre un más que enfurecido demonio.
- Bocchan siento que me esta siendo indirectamente infiel - repetía el demonio una y otra vez ofuscado
- Perdón, no puedo evitarlo. Lo añoro, es como si me faltase algo importante ...
- A eso me refería exactamente ¿Que tiene el que no tenga yo?
- No eso. Tampoco podría perderte a ti, sería horrible. Te necesito
- El único motivo por el cual le estoy pasando esto es porque se que es culpa de su extraña naturaleza
- Perdón - Repetía el niño realmente alicaído. Sebastián sabia que no podía evitarlo era culpa de su nueva naturaleza y no podía evitarlo. Ciel había propuesto tener a Undertaker también como mayordomo, ambos. Aunque Sebastián ardía en celos de solo pensarlo, tendria que acostumbrarse si llegaba a suceder.
- No es necesario que se disculpe... Grell ya debe haber entregado el mensaje - trataba de calmarlo acariciando la espalda del menor
- ¿Y si esta enfadado? Lo trate muy mal...
- Trato de secuestrarte, seguro entenderá ese comportamiento
- Fui estúpido
- Fuiste lógico
Así pasaban el rato, Ciel se inculpaba por el trato al peliblanco y Sebastián agradecido por su partida, en algún momento aquella conversación se volvió tórrida.

Lujurioso, así era el ambiente cuando una peculiar voz sonó tras la puerta.

Ahí se encontraba Ciel sentado en su escritorio con Sebastián escondido bajo este mientras intentaba hablar con el invitado. Sebastián sucumbió a la lujuria y no pudo evitar comenzar a devorar la parte sensible de su amo, inclusive cuando trataba de hablar con su rival amoroso. Ciel se estremecía con cada roce, no podía ocultar su sonrojo mientras su mayordomo lamía su miembro. Deseaba moverse estremecerse y gemir pero no podía más que mantener la compostura mientras aquella placentera sensación lo hacía perder la cordura, bien sabía por el comportamiento del demonio lo mucho que lo estaba excitando la situación.
- Grell me informo que me quería de vuelta - el albino miraba divertido la situación fingiendo no saber nada, con una sonrisa ladina. No esperaba semejante bienvenida.
- Si. Desearía que te quedases en la mansión Phantomhive, conmigo - Sebastián jugaba con su lengua sobre la sensible uretra del menor que luchaba por mantenerse sobrio aunque sus piernas estaban enlazadas al cuello del mayor con fuerza - Quiero que no vuelvas a alejarte nunca, quiero que te quedes a mi lado - Ciel sentía su miembro palpitar como loco y rezaba por que Undertaker no notase nada raro con una mueca entre el fastidio y el placer. El por su parte se recostó en el asiento disputando el espectáculo.
- Esto le va a salir un poco caro Conde he he he - Undertaker sabia lo que debía estar pasando bajo aquel gran escritorio, perfectamente cabía el demonio arrodillado y la cara extasiada del niño era una delicia, pero no suficiente - es un tanto arriesgado con ese acaparador demonio suyo cerca- el peliblanco se relamia imaginando el pequeño cuerpo del conde - aunque no soy capaz de negarme, yo también lo amo... - Ciel cerro los ojos fuerte corriéndose en la boca del mayor que lo recibia encantado, el niño trato de recobrar la compostura aun temblando y sudando, excitando a Undertaker.
- Que es lo que deseas Undertaker - dijo tratando de recuperar la compostura. El peliblanco aparto el flequillo con una mano clavando sus ojos verdes sobre el azul del Conde dedicándole una burlona sonrisa le dio un beso en los delicados labios del niño que contra la silla no tenía donde huir.
- Deseo un poco de usted - de un empujón lo aparto con dificultad el menor - No pido tanto, solo lo mismo que le permite al mayordomo ya que seremos ... ¿iguales? Espero que algo más que simples cuerpos para su disfrute - El peliblanco se ralamio los labios mientras un enfurecido demonio se oía gruñir a lo que el menor lo pateó.
- Entiendo, nunca ha sido negociable quiero que seas mi amante. Te necesito - esas palabras sonaron sinceras adornadas por el dulce rostro indefenso del extasiado Conde
- Me estas tentando mucho Ciel, necesito todo de ti ... aun que me conformaré con la mitad más tentadora- ante el sorprendido menor Undertaker salto el escritorio arrancando al semidesnudo niño de su asiento corrió hasta el cuarto - No puede estar poniendo caras indecorosas en mi presencia sin esperar resultados hehehe - lo recostó en el colchón inclinándose sobre el menor haciendo un espacio íntimo con su abrigo holgado que ahora caía a los costados dejando al menor dentro del espacio - porque soy de rápida reacción y larga duración - guiando la mano del menor hasta su miembro lo dejaba palpar
- Es una pena que tenga a Sebastián también así - la mirada lujuriosa del Conde no era descriptible, mezclando esa tierna silueta con esa mirada lasciva daban una provocativa imagen .
- Que se una a la fiesta, presiento que tendremos que pasar mucho tiempo juntos, será mejor que nos conozcamos - Con gusto besaba los tiernos labios del menor siendo dulcemente correspondido.
- No se a que esperas estúpido demonio - inmediatamente entraba un malhumorado Sebastián que se sentaba formal en el borde del colchón. Ciel sonreía ante el comportamiento del demonio y en calidad de tentativa desvistió al shinigami tumbandolo en la cama. Ciel sobre el daba suaves mordiscos en los pezones del peliblanco mientras se desvestía el quedando desnudos ambos. - Sabes, soy bastante bueno en esto - Ciel restregaba sus genitales sobre los del shinigami lamiendo y mordiendo los pezones a la vez, mientras Sebastián contemplaba la escena claramente excitado.
- Eres todo un bello amante - Undertaker movía las caderas ansiando penetrarlo
- Si me disculpas un momento - Con un sensual movimiento felino se dejó caer sobre Sebastián quitando sus pantalones apresurado comenzando a lamer el desatendido falo del demonio
- Que mente lasciva, montando un trío a tan corta edad. No diré que me desagrade del todo - decía Sebastián comenzando a acariciar el cabello del híbrido marcando el delicioso ritmo. Al mismo tiempo Undertaker acariciaba la espalda del menor que ahora estaba en cuatro jugando con su miembro en la entrada del menor y se una estocada lo penetró notando como era deseado por el este. Sebastián y Undertaker hicieron contacto visual comenzando aquella extraña pelea comenzado ambos con embestidas vertiginosas que Ciel trataba de corresponder. Una mezcla de calor, gemidos y sudor invadía el cuarto donde los amantes gozaban ambos del habilidoso Ciel.
- Bocchan, puede intentarlo cuanto deseé pero no pienso correrme hasta probar su cálido interior. - Sebastián hacia muecas de éxtasis inminente pero no se dejaría vencer tan fácilmente, el deseaba el cuerpo del menor.
- Pues entonces hagamos un cambio - Con sugerente mirada se alzaba un poco besando al demonio con ternura
- Ohh ¡Conde! - Se retiraba Undertaker con reproches y cara de disgusto observando la triunfal mirada del azabache
- No te vas a arrepentir Undertaker - dando la vuelta Sebastián enseguida lo embistió con brusquedad y ansia. Golpeando su cuerpo ferozmente contra el del menor mientras mordía la espalda y masajeaba el miembro. Al tiempo Ciel lamía con lasciva y velocidad el miembro del shinigami haciéndolo retorcerse y gemir cercano al éxtasis.
- Conde si continúa así no aguantare más
- Pues córrete - con lasciva beso el glande del mayor y siguió con el vaivén recibiendo el perlado fruto del ansiado éxtasis del shinigami, con un gemido seco y un cálido fluido indicaba que el demonio también había culminado. Inmediatamente después Ciel sentía esa esperada corriente eléctrica por su columna y las deliciosas contracciones.
- Bocchan, es usted un lujurioso, con dos a la vez...- Sonaba Sebastián recostado a su izquierda
- ¡El Conde es todo un maestro! - Undertaker estaba a su derecha
- Callaos estúpidos - y Ciel en medio disfrutando de los dos seres que amaba.
Los des mayores observaban como a Ciel le vencía el cansancio y poco a poco se relajaba hasta dormir. Undertaker se preguntaba cuando su suerte había cambiado otorgándole la mitad del corazón del Conde. A pesar de no tener su totalidad se sentía inmensamente feliz, podría vivir junto a su ansiado niño. Por otro lado Sebastián fraguaba la manera de deshacerse del shinigami, como demonio era egoísta. Pero debía admitir que amaba ver lo feliz que estaba Ciel con aquello. Ambos recostados cada uno a cada lado del menor observando el ser que unia cielo e infierno, aunque podría ser por un corto tiempo pues el benevolente cielo cede mientras el egoísta infierno atrae al menor. Quien podría definir lo que aquel precario equilibrio podría durar.

El secreto en el baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora