Apenas eran las seis de la mañana y sus pasos retumbaban por aquellos pasillos. Miraba a todos lados por si veía a algún profesor que le ayudara con esto, pero simplemente se dignó a ir a la dirección, sabía que el director le ayudaría con esto.
― ¿Estás seguro de esto, Haner? Tus padres no parecían estar muy de acuerdo
― Bueno, ellos no van a hacer su vida...ya la tienen hecha
― Eres único hijo...considera eso
― Mira - se sentó bien en la silla mirándolo - sé que usted es muy buen amigo de papá...pero digamos que quiero irme...y necesito los papeles
― ¿Sigues con la idea esa de tus amigos imaginarios?
― No son....dios, es imposible hablar con usted - se apretó el medio de los ojos, en el arco de la nariz
El director suspiró mirando la desesperación de Brian frente a sus ojos...sacó una carpeta y la puso sobre el escritorio, él levantó la mirada esperanzado, luego miró al director fijamente a los ojos.
― Te los voy a dar....con una condición
― ¿Y cuál es?
― Que en verdad te vayas a meter a la universidad de California
― ¿Qué lo hace dudar? Solo quiero empezar de nuevo - sonaba desesperado
― ¿Tina tiene que ver con todo esto, Brian?
Se recargó bien en el asiento, soltando todo el aire que tenía en los pulmones, sacándolo por la nariz y la boca en forma de bufido, cosa que le molestaba demasiado, miró a otro lado comenzando a sentirse incómodo.
Tina Orton era una de las famosas alumnas en la universidad de Oregon, la llegaban a entrevistar de otras universidades por su alto coeficiente intelectual, por su personalidad y su singular belleza. Cabello rubio, ojos azules y unos labios color durazno que resaltaban con esas mejillas llenas de rubor natural. Tenía una hermosa sonrisa que cautivaba a cualquiera...pero esa era la máscara, solo una máscara. Tina enamoró a Brian con tan afamada hermosura, él cayó sin pensarlo y así fue que duraron casi tres años de relación, pero eso se terminó hace poco...hace semanas.
Tina prometió no enamorarse de ningún hombre, pues para ella solo servían como objetos de manipulación y sonsacar sus pertenencias. Lo hizo por mucho tiempo, incluyendo a Brian...hasta que no soportó más. Se había enamorado de Brian, era un chico bastante apuesto con cabello corto y peinado hacia arriba, con una sonrisa tan sincera que confiarías en él al instante...pero eso lo miró hasta que lo vio perdido, fuera de sus manos, fuera de su alcance.
Tina le fue infiel a Haner durante mucho tiempo...y él no se daba cuenta de nada, hasta que entró en la habitación de ella, para saltar con una sorpresa...el sorprendido fue él.
Orton era la sobrina del director, por lo que Brian sospechaba que no querían darle los papeles gracias a ella, pero ya estaba harto y si no se los daban no le interesaba no ser aceptado en la universidad y comenzar de nuevo. Quería alejarse, quería irse para despejar su mente...para ser él de nuevo.
― Vete, Brian - lanzó la carpeta a sus piernas - quiero que me sorprendas, Haner
― Eso sin duda...lo haré...señor
Algo enojado tomó la carpeta y se fue de ese lugar. Caminó apresurado a su casa de nuevo, no quería esperar más tiempo, se sentía asfixiado y con ganas de gritar para sacar el nudo que lo oprimía por dentro.
