El recuerdo de su infancia siempre lo atormentaba, no había día en el que él no recordara y odiara cada día de esa época, la cual ya había pasado, ya había quedado atrás...pero que él seguía cargando sin necesidad alguna.
Las constantes burlas y la forma de expresarse hacia un chico que era demasiado introvertido lo convirtieron aún más en un muchacho sin esperanza de crecer. Cada paso que daba era una decisión de hacia dónde ir, pero siempre confió en sus amigos virtuales, al menos ellos no se burlaban de él, ellos no lo negaban y no lo forzaban a muchas cosas. Su simplesa y carisma hacían que de él se formara un chico totalmente adorable, pero aun así era demasiado tímido para realizar algunas cosas.
Mientras caminaba tras de ella, su sonrisa se hacía más tímida, en sus brazos recaía el peso de casi 10 kilos, no sabía de qué...pero la cargaba sin importarle nada, ella llevaba unas bolsas de plástico con lo que parecía tela...quizá unas camisetas. Su mirada permanecía fija al frente, no quería ocasionar un desastre por desviar su mirada a otro lado que no fuera el camino. A pesar de que era un chico tímido, le gustaban las chicas y lo que ellas cargaban...y basado en eso, le encantaba la chica que ahora caminaba delante de él, moviéndose como si no importara nada...como si el chico que llevaba atrás no fuera importante...o quizá sí.
― Por fin llegamos – dijo con esa enorme sonrisa al bajar las bolsas y sacar un llavero con algunas llaves colgando
― ¿Aquí qué es?
― El almacén...debemos sacar y guardar algunas cosas de mercancía...por desgracia me encargo yo de eso
― ¿No te gusta?
― Es complicado, no me gusta pero debo hacerlo...hace unos años nos hicieron mierda con la mercancía, éramos prácticamente nuevas en eso y...nos robaron mucho, así que...desde ese día me hago cargo yo y todo va en orden
― Eres muy aplicada entonces
― Se podría decir que si – se giró para sonreírle y este en automático hizo sonrojar sus acolchadas mejillas – bueno...veamos por aquí
Caminaron por un enorme pasillo que los conducía a un cuarto más pequeño...ahí había altas columnas de cajas de cartón que contenían las playeras, gorras, tazas, llaveros y cualquier otro accesorio de venta de la banda, habían llegado apenas ayer y Sophie debía darles na revisada, por suerte estaban a tiempo y las chicas que venderían no tardarían en llegar, así que era necesario dejar todo listo.
― Lo que vamos a hacer, Zacky, es que moveremos estas cajas de acá y sacaremos la mercancía para meterla en una sola caja...obviamente estará más grande...esto para economizar espacio
― De acuerdo – dejó el par de cajas que cargaba y se puso en marcha
― Estás de acá son las chicas, yo me encargo de las tallas mediana y grande
Zacky solo asentía y obedecía al amor de su vida. Pronto comenzó a ser un desorden pero cosa que no se pudiera arreglar. Ambos reían, al menos más ella, al hacer algunas bromillas y cantar despacio para amenizar el ambiente en silencio.
― ¡¡Oh, qué maravilla!! – gritó la chica – encontré una grabadora
Zacky no dijo nada...solo se dispuso a mirarla cuando prendió la misma y salió una canción que parecía gustarle. Su cuerpo se movía despacio al ritmo de la música, se contoneaba muy suave y él no dejaba de verla, su cuerpo reaccionaba lento...pero era seguro de a dónde correría la sangre en abundancia después. No quería parecer idiota y mejor se giró para otro lado...sus mejillas no podían calcular el enrojecimiento por tanta presión, por tanto deseo de gritarle que la amaba con locura. Se apretujaban las entrañas por dentro al tratar de controlar aquella desesperación que sentía por abrazarla, besarla y decirle sin miedo que era todo lo que él quería en su vida.
