Capitulo O4

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Casi todas las mañanas él odiaba despertar en casa, casi todo el tiempo era un tremendo infierno el hecho de que su padre llegara borracho a mandar, a decir qué hacer y qué no hacer. Estaba harto pero no podía meterse en los asuntos familiares, que ridículo porque era como si él no viviera en esa casa, como si él no fuera de la familia.

Por lo general despertaba para salir enseguida de casa y caminar a la universidad, no quería saber de nada ni de nadie. Estaba harto de la monotonía por lo que decidió largarse de una vez por todas. Recordaba ese día con algo de melancolía, porque uno de sus amigos estaba dispuesto a ayudarlo en lo que él se propusiera, en lo que a él le hiciera feliz.

A veces pensaba que Ian era homosexual....a veces pensaba que por haber hecho todo esto por él, Ian esperaría algo a cambio de él, pero bueno...no era así.

Zacky estaba enamorado de una chica que era inalcanzable para él. Si, una estrella de rock, guitarrista en una banda bastante famosa en, digamos, todo el mundo.

Desde el día en el que llegó a vivir con James, su vida había cambiado por completo, Zack disfrutaba de una tranquilidad increíble, de una paz que disfrutaba tanto hasta de andar en calzoncillos por la casa sin que nadie le dijera nada.

Caminaba sin preocupaciones y hasta en la universidad iba mejor que nunca, su mirada había cambiado atrayendo la atención de algunas chicas curiosas por los pasillos. No extrañaba su casa, no extrañaba a sus padres....no extrañaba, para nada, al odioso de su hermano mayor, lo odiaba en serio...por ser el maldito mimado de la casa.

No había sido muy bueno con las chicas, la mayoría le decían que era algo retraído por ser un poco nervioso y tímido a la hora de estar frente a las personas. Al reír tapaba su boca para ocultar su carcajada, le daba algo de vergüenza que lo escucharan o vieran sus perfectos dientes, quizá ya era un mal en él, o algo que lo traumó bastante en la infancia.

Zacky no era muy social, solo con aquellos que él consideraba sus amigos...solo con ellos podía ser en verdad como era. Un chico agradable, tierno y algo loco a la hora de jugar videojuegos con Matthew, quien era un maestro en ese tipo de entretenimiento.

― ¿Adivinen quién llega hoy por la noche?

James se tiró en el sofá mientras miraba a Matthew y le aventaba una cerveza de lata, él, con la boca llena, lo miró preguntándose quién vendría.

― Nada más y nada menos que el sensual Haner

― ¡¡¿De verdad?!! – se emocionó la mole

― Si...me acaba de mandar un mensaje

― ¿Por qué tú siempre eres el que se entera primero de todo esto? – preguntó Johnny tomándole a la cerveza

― No lo sé, quizá me tienen más confianza a mí que a ustedes par de vagos

― Bueno...como sea, es emocionante esto

― Seguro, se va a quedar en mi departamento

― Sí, es buena idea, Matt

― Estaremos completos – Zack los miró a todos – es emocionante en verdad

Sonrieron bebiendo de su cerveza los cuatro mirando a cualquier lado, pensando cada uno en las barbaries que harían apenas Brian tocara la central de autobuses, estaban más que emocionados, estaban más que dispuestos a servir al mundo estando juntos...revolviendo al mundo...hasta ideando la oportunidad de conocerlas a ellas...las chicas de sus sueños.

Terminando las cervezas, los demás se quedaron en el sofá jugando algunos videojuegos, estaban en el departamento de Matthew. Caminó despacio al baño y se sentó para pensar seriamente en el escusado. Tomó su celular y comenzó a ver algunas imágenes de ella, sonrió...no era un mal momento ni un mal lugar, quizá para muchos sí, pero no le interesaba en absoluto. Miraba esa sonrisa que, aunque tenía frenillos, se veía totalmente adorable, esos labios gruesos y ojos oscuros, la manera en la que hablaba, su cuerpo esbelto....adoraba la forma en que sus manos hacían magia con las baquetas y suspiró quedándose por horas en el baño sin siquiera haberse dado cuenta.

― No es que quiera distraerte o desconcentrarte...pero necesitamos el baño – tocó desde el otro lado un Johnny casi orinándose

― Ya va....

Se colocó los pantalones y lavó sus manos para salir y ver que habían puesto uno de los dvd's de las chicas.

― Pensé que esperaríamos a que llegara Brian – guardó el celular en el bolsillo

― Solo...veremos un poquito, podemos repetirlo cuando Haner esté acá

― ¿Quieres ver las nalgas de tu chica, no?

― Obvio – Zacky sonrió mirando la pantalla

"Pasajeros con destino a Huntington Beach favor de abordar por la puerta 5, el autobús está por salir"

Tomó sus maletas algo cansado, del día...de esa vida tan pesada y haber aguantado tres horas sentado en la sala de espera de la central. El autobús se había atrasado y no sabía la razón del por qué. Arrastró las maletas hasta el lugar donde le darían el pase para abordar, no llevaba muchas cosas solo lo necesario.

Miró a todos lados, estaba lleno de personas, unas emocionadas, otros de campo llevando sus cosas de nuevo quizá a las orillas de la ciudad, suspiró mirando a la nada cuando una multitud estaba acercándose despacio a la ventanilla de boletaje, no le tomó mucha importancia y se fue directo al autobús, quería sentarse y al menos dormir un poco.

Ni siquiera miró atrás para despedirse, quizá volvería quizá no...sus padres no habían querido llevarlo, ya estaba muy grande para cursilerías...le daba igual.

Tomó el celular y ahí marcó a los chicos.

― Hola... ¿Matt?

Si, guapo... ¿Ya te subiste?

― Así es...en cuanto esté entrando a la central te marco de nuevo...

De acuerdo...estamos emocionados ya porque llegues – Brian no pudo evitar sonreír

― Nos vemos en unas horas

Colgaron ambos y este sonrió mirando por la ventanilla, había algo de gente esperando abordar por lo que se tardaría un poco. Cerró sus ojos y se dejó llevar para poder dormir un poco. No midió las horas, ni siquiera las contó...la película que habían puesto se había terminado...quizá era la cuarta que ponían y él ni enterado. Con pesadez abrió los ojos al darse cuenta de que estaba entrando en la central. Entonces decidió llamar a Matthew ya que bajara y se metiera a uno de los baños públicos. Bostezaba en cada paso que daba, fue a buscar sus maletas y comenzó a caminar para ir directo al baño.

― Lo lamento, los baños están fuera de servicio

― Entonces ¿Me orino aquí o qué? – el guardia lo miró con cara de pocos amigos

― Puedes ir a los baños del hotel

― ¿quedan lejos?

― Se encuentran acá a la vuelta

― Mierda

Arrastró la mochila, se estaba orinando de verdad. Así que decidió caminar algo rápido al hotel que estaba pegado a la central de autobuses. Era un lugar bastante normal y aburrido, paredes de un verde pistache...quizá un poco más opaco, con columnas en blanco y demasiado solo...se acercó a la recepción y miró a la chica tras el mostrador.

― ¿Baño?

― Buenas noches...a la derecha al final del pasillo

― Gracias...

― Necesitarás esto...están cerrados con llave por seguridad

― Puta vida – susurró

Las tomó y comenzó a caminar con la vejiga a punto de explotar...casi lloraba porque no llegaría jamás. Tomó las llaves y abrió la puerta al meterse con todo y maletas. El baño era enorme, había un pasillo con quizá unas cinco puertas que dividían los inodoros, ahí se acercó a los mijitorios y comenzó a orinar, su alma descansó en un momento que hasta cerró los ojos. Terminó, lavó sus manos y las luces se apagaron de repente, no pudo evitar sentir un miedo terrible pues se encontraba solo en el baño...

― Shhh solo quédate quieto



LadyBatsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora