Había desaparecido por algunas horas...viajaba en su auto particular dejando que el aire golpeara su rostro y el cabello revoloteara detrás de su cabeza...necesitaba despejarse antes de que ellos llegaran, por fin se sentía a solas y tenía la necesidad de descargar un poco el estrés estando con ella misma.
Bajó del auto y caminó por aquella arena blanca, suspiró y tranquilizó sus sentidos...estaba cerca de casa y apenas se quedara aquí unos días, iría con su familia a pasar quizá un par de semanas y regresar a su casa...el infierno que vivía en California. A veces pensaba si eso era lo que ella quería en primer lugar, ya no quería aparentar nada...ya no sentía nada por aquella persona que la rodeaba y acechaba para que ella no escapara de sus garras...cerró los ojos tratando de soltar aquellos pensamientos que la agobiaban...y el timbre del celular la sacó de aquella concentración.
- Mi amor... ¿Estás bien, Lu?
- Si, hermosa... ¿Ya debo irme?
- Así es...iremos por los chicos al aeropuerto
- En seguida las alcanzo...solo vine a....
- No tienes que darme explicaciones, mi amor...aquí te esperamos para irnos juntas en la camioneta
- Gracias, Lois
Ella suspiró y ahí sonriendo subió de nuevo a su auto y manejó rumbo a la inmensa casa que habían comprado para pasar las cinco aquí las vacaciones, pero ahora no estarían solas...
Apenas se abrió aquella puerta esos cinco pares de ojos brillaron con felicidad al bajar como si fueran las estrellas, los héroes de este mundo. Sonriendo felizmente se dieron cuenta que el sueño parecía ser menos alcanzable cuando las vieron ahí en frente...a las cinco chicas más hermosas de su mundo, no había nadie más...en verdad nadie más que ellas...
- Mierda me cago – dijo un espontáneo Zacky, lo cual hizo estallar la risa de todos sus amigos
- No te preocupes, gordo...tenemos pañales – James palmeó su espalda
Se acercaron ya saboreando el aroma de su perfume, ya sintiendo el calor de su piel y la energía de su hermosa sonrisa...sin más al estar cerca las chicas los saludaron efusivamente...como jamás lo imaginaron, como si ya se conocieran de hace años...muchos años.
- Hola Matthew – Lois lo miró alzando su ceja sonriendo de costado haciendo que el chico tuviera una pequeña erección que no quería hacerse notar en esos momentos tras el pantalón
- Ho...hola Lois – saludó idiotamente
- Bueno...vámonos...tenemos un lindo día por delante – Sophie fulminó con la mirada a un nerviosísimo Zacky
La camioneta se llenó de almas, risas y emociones encontradas pues a la vez ellos deseaban que esto jamás terminara...que esto fuera parte de su día a día...pero claro, eso podría pasar...quien sabe, ahora eran invitados a unas deliciosas vacaciones de casi dos semanas con las chicas que amaban más que a ellos mismos.
Apenas pisaron esa enorme residencia la boca de los chicos se desprendió de la quijada, era inmensa, había árboles por todos lados, había plantas algo llamativas y césped por casi todos lados. La residencia de dos pisos estaba cubierta por tonos cálidos que la hacían notar de entre tanto verde y vegetación, parecía rústica para estar en el lugar donde estaba...y más al fondo...el delicioso sonido de las olas romperse en la orilla de la playa, un perfecto clima para solo usar camisetas sin mangas y algunos shorts, sandalias, lentes oscuros y bebidas frías de aquí para allá.
