Capitulo 28

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Los días en aquella zona paradisiaca comenzaban a irse volando, en realidad ninguno sentía el tiempo y estaba cada vez más cerca la hora de tomar diferentes caminos y regresar a la vida cotidiana que cada uno tenía.

Los sentimientos comenzaban a ser confusos para algunos, para otros era simple diversión y entretenimiento, algo que sacaba la monotonía y dejaba de ser aburrido, pero nadie sabía qué tan grave podían ser las dos situaciones.

Sus ojos miraban a lo lejos, quizá recordando lo que ya se había perdido y que si ella quisiera podría recuperarlo, pero sería una pérdida de tiempo y aparte estarse mintiendo a ella misma...haciéndose sufrir con tanto dolor...ella no era así.

Se separó un poco del grupo para estar sola unos instantes, de todos modos era la integrante más tranquila de todas...era la que hacía el equilibrio en la banda, era la más consciente y a veces la que hacía entrar en razón a las demás chicas. Sonreía al pensar en las barbaridades que sus amigas y compañeras han estado haciendo, incluso dentro de estas pequeñas vacaciones. Dentro de ella sabía que debía aprovechar...pero se había entregado tanto a un sujeto, que no podía ni si quiera concentrarse en ella misma, mucho menos lo haría en otra persona.

El aire acariciaba sus mejillas y se dijo a sí misma que saldría adelante, con el apoyo de su primera y segunda familia. Su pensamiento se desvaneció de a poco al sentir pasos sobre la arena...al girar lo miró a él.

No era el chico más atractivo sobre la faz de la tierra... pero eso ¿A quién le importaba? Tenía una sonrisa encantadora, unos ojos que brillaban más que el sol cuando su felicidad se veía reflejada en aquel pequeño rostro, para ella era casi perfecto... ¿Por qué casi? Porque aún no se sentía capaz de estar con alguien, habían roto su corazón, habían hecho pedazos si integridad, y sobre todo... ¿Cómo podría entregarse a alguien que apenas conoce?

Con esa cálida sonrisa se sentó a si lado y sin decir palabra alguna miraron al frente como el sol se sumergía en la orilla de la playa sin siquiera ahogarse, simplemente para descansar de ese lado del planeta y salir con más brillo del otro lado. El cielo se miraba de un azul oscuro, aún había un poco de luz que se reflejaba en las pequeñas ondas que se formaban en el agua, las cuales eran relajantes para ambos en ese momento. Entonces él la miró y sonriendo estiró su mano para sacar un mechón de cabello que estorbaba entre sus hermosos ojos oscuros.

- Te comportas distinto a tus amigos

- Soy el menos idiota de hecho – ella se soltó a reír entonces – los amo, son mis mejores amigos pero...a veces suelen ser algo aventados...no toman sus precauciones, pero aquí estoy yo para ponerlos un poquito sobre la tierra

- En eso nos parecemos un poco...a veces las chicas hacen bromas pesadas y es parte del juego...me gusta, me encanta estar con ellas...creo que si no nos tuviéramos una a la otra...seríamos un caos – él asintió suave, no dejaba de mirarla....

- Ahora que estamos...aquí...te veo como una persona común y corriente

- Lo soy, Johnny...no somos Diosas del Olimpo

- Para muchos si lo son...cambian vidas, cambian todo el entorno con solo entonar una canción es como...volver a nacer – ella lo miró fijo entonces – pero ya no me siento tan nervioso como la primera vez que te vi...

- También me siento relajada...y es lindo escuchar que hacemos todo eso en la gente que nos escucha...

Johnny no dejaba de observar como sus labios se articulaban para hablar, pronto dejaron de ser tan sentimentales para charlar de bromas, e incluso hablar del personal que acompañaba a la banda, hablaban como si se hubieran acompañado durante toda la carrera de Yess...solo era que Johnny era muy buen fan y se sabía toda la vida de la chica que amaba.

LadyBatsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora